Uno de los molinos más desconocidos
para los alcalareños es el de Tragahierro. De su antigüedad no
cabe duda. Curro López Pérez, en su última publicación: “Un valle perdido en
la memoria”, dice que en 1360 una cuarta parte del molino era propiedad del
Cabildo de la Catedral de Sevilla y que el resto pertenecía a María Alfonso
Girón, viuda de don Fernando Pérez Portocarrero. [1] Posiblemente la propiedad
pasa a los Martínez de Jaúregui, familia de hidalgos de origen guipuzcuano, en
la década de 1570, cuando se establecen en la provincia de Sevilla. [2]
Molino de Tragahierro |
Sin duda a partir de 1595.[3] Curro nos comenta que el
molino tuvo un “protagonismo literario” con la novela sobre bandoleros: "Las
fieras de Andalucía", de Fernando de los Ríos y de Guzmán. Su abandono
a mediados del pasado siglo, la destrucción de parte de la atarjea para la
construcción de un colector destinado a la cárcel de mujeres y el nulo interés
de nuestro Ayuntamiento por la recuperación de los molinos del arroyo de
Marchenilla han propiciado su estado ruinoso.
En gran medida acolmatado por las escorrentías y
escombros, las cañas, higueras, acacias y chumberas están dando buena cuenta de
los restos que aún sobreviven.
Andaluces de Alcalá denuncia, una vez más, la
desidia municipal, con relación a nuestro patrimonio y propone la limpieza de
maleza y escombros y la consolidación de los restos.
[1] Archivo de la Catedral de Sevilla, Diputación de
Capellanía, 37-1-14, en Francisco López Pérez “Un valle perdido en la memoria”
“Historia, paisaje y formas de vida en torno a los molinos de marchenilla”. Pg
110.
[3] Francisco López Pérez “Un valle perdido en la
memoria” “Historia, paisaje y formas de vida en torno a los molinos de
marchenilla”. “Reclamaciones del cabildo catedralicio a don Miguel Martínez de
Jáuregui.