Chumberas con la plaga en el camino de los molinos de Marchenilla |
Recuerdo las chumberas, a las que hace referencia nuestro amigo Pepe Luque, situadas en las faldas de la colegiata de Osuna. Si mi memoria no me falla, en la parte trasera del edificio religioso existen unas casas cuevas y una barriada que atrajo mi atención por su paralelismo con el Castillo de Alcalá de Guadaíra. Cuevas y barriada junto a chumberas. Y, como ocurre en todos los rincones de Andalucía, también allí, nadie ha tomado medidas para evitar la propagación de la cochinilla.
El insecto apareció en Alcalá de
Guadaíra hace un año, más o menos. En estos momentos puede que afecte a un 20%
de las tunas existentes en nuestro término municipal, pero se extiende con
mucha rapidez. En diciembre de 2017, el grupo Solano – Ecologistas en Acción
denunció que habían “… llegado al corazón mismo de El Viso del Alcor, tras
arrasar Carmona.” [1] Es la dirección de
la propagación de la plaga, en la comarca de Los Alcores: Carmona, El Viso del
Alcor, Mairena del Alcor y Alcalá de Guadaíra. Si no se hace algo con
urgencia, dentro de poco, la situación aquí será a la inversa, ochenta a veinte.
Los que hemos tenido una relación
estrecha con el campo, y un padre jornalero, el higo chumbo supuso, en nuestra
niñez, un recurso alimenticio y económico en momentos complicados para nuestra
familia ... aún hoy se sigue vendiendo chumbos en las calles de nuestro pueblo,
lo que denota, junto a otros termómetros, que importantes capas de la población
lo sigue pasando muy mal, a pesar de que deberíamos estar ya viviendo en la
“California del Sur”.
Por otro lado, el paisaje de Los
Alcores sin la presencia de la chumbera, delimitando padrones, junto al antiguo
trazado del “tren de los panaderos”, en las faldas de los castillos: de Alcalá,
de Marchenilla, de Luna o junto al parador de Carmona, no sería el mismo. Como tampoco
lo sería en buena parte de Andalucía. Si seguimos así, los alcoreños tendremos
que bucear en la pintura de la escuela paisajística sevillana, y en la de
Alcalá de Guadaíra, en Emilio Sánchez Perrier, José Arpa Perea, Manuel García
Rodríguez, José Pinelo Llull … o en fotografía de Lucien Levy (1882), para
encontrar la chumbera como un elemento asociado a nuestro paisaje natural.
Al parecer, existen dos tipos de
cochinilla, la “Dactylopius coccus, que normalmente no se considera plaga ya
que se instala en la opuntia pero no llega a matar a la planta…” y la “Dactylopius opuntiae” que sí es plaga
de la opuntia y llega a matar a la planta.”
[2]
Se han aplicado varios tratamientos en lugares concretos,
químicos y biológicos. Desde un sector de la agricultura ecológica se plantea la
siguiente solución a base de jabón y aceite, que no deben mezclarse: “Primero se aplica
el jabón, a la dosis que indique la etiqueta, ya que hay varias concentraciones,
pero puede ir de 0.75 a 1.5% (de 7.5 a 15 cc/litro) y que sirve para disolver
la capa de cera que protege a los insectos, causando su muerte. A continuación,
unos días después, se puede aplicar el aceite (por
ejemplo, de parafina, que normalmente tiene un 83% de riqueza y se aplica al
1%, o sea, 10 cc/ litro). Sirve para asfixiar –efecto físico– las larvas o
huevos y ovisacos que hayan podido quedar, y este es el tratamiento ideal que
podría repetirse cada vez que se detecta el inicio de nuevos ataques.”
[3]
Por otra parte, se ha puesto en marcha un proyecto de investigación auspiciado
por la Diputación de Cádiz, la patronal agraria y la Universidad de Córdoba,
cuyo estado de desarrollo ignoro.[4]
Para la administración
autonómica, Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la
Junta de Andalucía, son equiparables, como plantas invasoras, la “Opuntia ficus-indica” con la
“Opuntia dillenii”, sencillamente una estupidez. [5]
Ni la especie, ni el medio físico, composición y comportamiento de los suelos, ni
los datos visibles las hacen equiparables. ¿Qué podemos esperar de un gobierno que no tiene
ningún plan para erradicar las verdaderas especies invasoras, como el ailanto, Ailanthus
altissima, la cotorra de
Kramer, Psittacula krameri o el pez
gato, Ameiurus melas, por citar ejemplos
de invasoras de tierra, aire y agua o que después de cuarenta años mantenga la
mayoría de las vías pecuarias usurpadas y desforestadas, que no ha impedido el
arranque masivo de padrones, lentiscales y palmares a lo largo y ancho de toda
la geografía andaluza, permitiendo, por el contrario, la implantación masivas
de cultivos de regadíos que esquilman los acuíferos e hieren de muerte a
numerosos ecosistemas y a espacios naturales, por ejemplo, el Parque Nacional
de Doñana?.
Presidenta
de la Junta de Andalucía, Consejero de Medio Ambiente, Alcaldes y Alcaldesas, por
la misma regla de tres, patatas, tomates, naranjos …, y una lista que sería interminable, no son
añadidos a la relación de especies invasoras, y dado que, con toda seguridad no
se añadirán, sacad a la Opuntia ficus-indica de la lista y empezad a actuar ya para
salvarla de la plaga de la cochinilla, la ciudadanía se lo exige.
Alcalá
de Guadaíra, 18 de agosto de 2018
Francisco J. Gavira Albarrán
[3]
Idem y https://www.ingenierosagricolas.org/wp-content/uploads/2016/01/presentacion_chumberas_2016_control.pdf
[5]
http://www.juntadeandalucia.es/medioambiente/site/portalweb/menuitem.7e1cf46ddf59bb227a9ebe205510e1ca/?vgnextoid=517a32ff3143b210VgnVCM2000000624e50aRCRD&vgnextchannel=7b5cb2c42f207310VgnVCM2000000624e50aRCRD
“Invade ecosistemas costeros de
interés (sistemas dunares, enebrales, sabinares) además de bosques y matorrales
costeros. Compite con especies de flora autóctona: lentiscos,
palmitos, retamas, enebros y sabinas.”
Magnífico artículo y además muy necesario.
ResponderEliminarGracias por el comentario.
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