Esta
ruta tiene una longitud de unos ocho kilómetros y es de baja
dificultad. El tiempo estimado para hacerla es de tres horas.
Molinos de Pelay Correa
Comienza
nuestro recorrido en la Plaza del Perejil, desde donde partiremos
para pasar bajo el antiguo paso elevado del tren de los panaderos y cruzar el
puente viejo, de posible origen romano, que fue restaurado en época de Carlos
III (segunda mitad del siglo XVIII). Una vez cruzado el puente, tomaremos el
camino de La Retama, que queda a su derecha.
Plaza del Perejil, con el viaducto del tren al fondo |
Puente de Carlos III
Este
camino atraviesa por un pequeño olivar, dejando el río a la derecha, al otro
lado del río podemos observar el arco de la calle Ancha o
de San Fernando, al final de una coracha.
Siguiendo
esta ruta llegaremos a la altura de unos naranjos, donde se encuentra una
antigua estación de bombeo de agua hacia el depósito del castillo. El camino,
que sigue el curso del río, cruza un pequeño manantial, denominado El
Negro, dando una brusca curva a la derecha. En esta orilla, el río muestra
cierta vegetación: álamos, olmos, cañas, carrizos, etcétera. Al otro lado del
río podemos ver restos de lo que fue la puerta de la Barqueta, y algo más
adelante restos de la antigua muralla y las ruinas del molino del
Arrabal, molino harinero de origen árabe, cuya azuda fue destruida en los
años setenta.
Antigua estación de bombeo |
Restos del molino del Arrabal
|
Algo
más adelante, el camino gira a la izquierda y nosotros lo tomaremos
internándonos en Torrondo, entre eucaliptos y un pequeño olivar (al
pasar este olivar, merece la pena volver la vista atrás y admirar el castillo
de Alcalá sobresaliendo entre los altos eucaliptos), hasta llegar a la vía
pecuaria Cordel de Pelay Correa.
Castillo |
Vía pecuaria cordel de Pelay Correa, con
el arroyo de Los Sastres a la izquierda
|
Al
incorporarnos a dicho cordel, tomaremos a la derecha e iremos descendiendo
aproximadamente un kilómetro, teniendo a nuestra derecha el olivar de la hacienda
de Los Ángeles, y a nuestra izquierda unas naves de ganado y tierras de
cultivo.Pronto nos encontraremos con un pequeño
arroyo casi seco que seguiremos hasta su desembocadura en el río Guadaíra. Se
trata del arroyo de Los Sastres, el cual presenta poca vegetación
y, solo en su tramo final, podemos ver algunas cañas, adelfas y olmos. Es aquí
donde el cordel que seguimos muestra mayor anchura y vegetación: algún
acebuche, coscojas, zarzas, rosales, majuelos, palmitos, aulagas, retamas,
esparragueras…
Al
llegar al río veremos al otro lado la barriada Venta de la Liebre y,
a la derecha, a unos doscientos metros río arriba, los dos molinos de
Pelay Correa. El más antiguo, de origen árabe, es el que se encuentra en la
margen derecha del río; mientras que el que tenemos en nuestra margen es
bastante más moderno.
Molinos de Pelay Correa |
Al
igual que la azuda del molino del Arrabal, esta fue destruida en los años
setenta para evitar el estancamiento de las pestilentes e insalubres aguas del
río Guadaíra.
Nuestro
camino sigue por este margen, donde podemos ver cómo se desarrolla cierta
vegetación de ribera: olmos, álamos, algún fresno, adelfas, juncos, etcétera.
También podremos observar algunas aves acuáticas: ánades reales, garzas reales,
garceta común, garcilla bueyera, polluela, zampullín chico, e incluso con
suerte el martín pescador, hasta penetrar de nuevo en el eucaliptal. Al otro
lado del río tenemos la finca de La Piñera, el abrevadero y
el manantial del Mal Nombre, el molino del Águila… A
nuestra derecha se eleva el cerro de Villalba, desde el cual
tendremos unas inmejorables vistas del castillo, del río Guadaíra y de Sevilla.
Molino del Realaje con la estación de bombeo del Adufe al fondo. |
Pasando
estos eucaliptos veremos el molino del Realaje con su
exagerada azuda, y a su izquierda el edificio del Adufe, antigua
estación de bombeo construida sobre un antiguo molino. El camino continúa
bordeando el cerro de Villalba, encontrándonos al pie del camino con una
pequeña bóveda. Se trata de la fuente de la Judía, hoy seca, pero
cuyas aguas movían antiguamente los molinos de Vadalejos o Guadalejos,
pequeño edificio colindante. Desde esta parte del camino tendremos unas
espectaculares vistas del castillo de Alcalá y de la Torre Gorda.
Molinos de Vadalejos con la fuente de La
Judía a la izquierda
|
De
nuevo llegamos a Torrondo y, más adelante, al puente romano, dando por
finalizado este recorrido.
Antonio Gavira Albarrán
Mapa de la ruta, por Antonio Gavira
Fotos: Francisco y Antonio Gavira
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