En 1836, la intendencia de la provincia de Sevilla publicó una circular con la finalidad de arrendar el abasto y los derechos de renta del aguardiente y sus compuestos, para el año siguiente, con arreglo a lo establecido en el Real Decreto 14 de diciembre de 1826.[1] Un trámite que debía tener lugar en los emplazamientos de costumbre de cada uno de los pueblos. Para Gandul se establecieron los derechos reales en 375 rs.[2] El primer remate se fijaba para el 25 de octubre, el segundo el 5 de noviembre y el tercero el 25 del mismo mes.[3] La circular la firmó, el 29 de septiembre, Eugenio de la Torre, comendador de rentas de la provincia de Sevilla.[4] No conocemos si en la villa tuvo lugar la subasta anunciada. De llevarse a cabo, la hipótesis más plausible es que se hiciese con ella el estanco o la posada, dado que la tienda citada en el Catastro de Ensenada habría desaparecido para esa fecha y no existían más puntos en los que pudieran poner a la venta las mercaderías al por menor. El estanquero ostentaba el puesto de alcalde pedáneo desde el año anterior. Un puesto que ejercerá hasta 1842, «cuando por falta de negocio cierra el estanco y desaparece el cargo, pues ningún vecino quiere la responsabilidad de alcalde.»[5] Lo más probable es que la convocatoria quedase desierta o se adjudicase a algún agente de Alcalá de Guadaíra, o se hiciese con ella el propio marqués de Gandul. Sea como fuere, tengamos presente que la villa, en esos momentos, había dejado de ser lo que fue.
La Ley de 26 de agosto de 1837 abolió definitivamente los señoríos. La condición para mantenerse como municipio independiente se basaba en disponer un mínimo de habitantes que Gandul no reunía. El 15 de abril de 1840, Gandul y Marchenilla pierden la jurisdicción de villa y se incorporaran a Alcalá de Guadaíra.[6] Este declive comenzó en el siglo XVIII y tuvo su punto dramático en el saqueo e incendio que sufrió a manos de las tropas francesas en 1810. F. López nos cuenta que, en el molino de El Hornillo, propiedad del marqués de Gandul, un soldado francés quiso forzar a una molinera joven y esta lo mató de un «jardonazo».[7] Una prueba más de los momentos dramáticos que sufriría la villa y las posesiones del marqués durante la ocupación francesa.
En un trabajo de campo titulado: “Itinerario de Alcalá de Guadaíra a Málaga y Ramal de Antequera a Loja.”, elaborado por los capitanes de E.M. D. Joaquín Dusmet y Navarro y D. Miguel Primo de Rivera y Sobremonte, fechado en septiembre de 1853,[8] se dice que Gandul es un barrio de Alcalá de Guadaíra que cuenta con 15 vecinos y que:
«...fue incendiado por los franceses en la pasada guerra de la independencia, lo que hace no queden más que ruinas en él y algunas pequeñas casas, pues su corto terreno pertenece al marques que lleva su título y por consecuencia sus pocos habitantes son gente pobre y sin recursos.»; «Conserva un antiguo torreón en ruinas S. El Palacio del marqués es un edificio grande y de solida construcción. Tiene también una posada de pocos recursos, pero muy capaz pues tiene 190 pesebres y una pequeña iglesia. Las pocas casas forman una calle que es el camino que se atraviesa en desmonte y bajada hasta el arroyo producido por un acimiento de agua que llaman sucintamente el manantial.»
Era tal la decadencia que en la mañana del 22 de mayo de 1842 unos «gandules» o «mozalbetes», calificados por la prensa de «iconoclastas», se entretuvieron disparando con sus escopetas al retablo de la iglesia de San Juan Evangelista. Templo que aún permanece en pie en la Calle Real de la abandonada villa.[9] Pudiera ser que en ese momentos no contase con párroco y este viniese de fuera para asistir a los servicios. A finales de 1859 el arzobispado de Sevilla publicará un edicto convocando a concurso general una serie de curatos, entre ellos el rural de segunda clase de Gandul.[10] En 1865 se publican en la Guía de Sevilla y su provincia los nombre de los párrocos de determinadas localidades, donde podemos leer: «De entrada.—Gandul (rural) —D. Francisco Suárez.».[11] El arzobispado de Sevilla se dividía en 31 arciprestazgos,[12] y Gandul pertenecía al de Alcalá de Guadaíra, junto con El Viso del Alcor y Mairena del Alcor.[13] Su iglesia era proveída por el cabildo de la Catedral de Sevilla.[14]
El despoblado ya solo será noticia por hechos dramáticos o relacionados con su abandono. En la madrugada del 23 de septiembre de 1842 tres hombres armados robaron en el «sitio de los Poyos, término de Gandul», al cosario que se dirigía desde Sevilla a Arahal.[15]
El camino que conducía de Alcalá a Gandul se encuentra dentro de la Sección cuarta. Caminos vecinales de primer orden o preferente. No valorado. Desde Gandul a Málaga y Granada, se encontraba en pésimo estado.[16] Así ya lo recoge la prensa al menos desde 1846. En concreto se dice necesario un presupuesto para «las 27.000 varas que hay desde Gandul a Arahal, que son las peores del camino de Osuna.»[17]
En 1850 se realiza un reconocimiento y levantamiento de planos por el arquitecto Balbino Marrón. El expediente administrativo fue elevado a Madrid siendo aprobado. El proyecto consistía en reformar la pendiente, que, a su paso por Gandul, sorteaba el escarpe de Los Alcores, dándole otra dirección para disminuir el desnivel. La prensa resalta la generosidad del marqués que había cedido los terrenos por donde pasaría el nuevo camino.[18] Ya, en 1850 se destinará una cuerda de presidiarios para los primeros trabajos en Gandul.[19] Unas obras que continuaban en 1852.[20]
En 1861 se publicará en La Andalucía que «el rector de la Universidad literaria ha dispuesto, en uso de las facultades que la ley le concede, que el inspector de primera enseñanza de la provincia visite durante el año 1861 las escuelas de los pueblos que a continuación se expresan», en la relación se incluía a Gandul.[21]
En 1864 se publican en La Andalucía dos romances que tienen a Gandul como uno de sus protagonistas:
El desafío
Si eres noble caballero,
Hijo del bravo Abú-Hamed:
Ven á batallar conmigo,
Que tu arrojo quiero ver.
Pide infantes y jinetes,
Al Califa cordobés:
Para luchar con los míos:
Uno a uno, ó cien á cien.
De matar, cansado el brazo,
Montiel, ilustre guerrero;
Hace alto con los suyos,
Y cantos dirige al cielo.
Tal fue la dura batalla;
Que de Marchena en el cerco,
Tuvo el bizarro Montiel,
Con los
moros altaneros.
Trae
contigo al renegado
Del alcázar
de Jaén:
Que ya
castigarlo quiero,
Por su
horrible proceder.
No
olvides á Alí Axataf:
Ni al
alcalde de Almadén:
Ni á
Jalubi el de Gandul:
Ni al
mulato Abú Baker.
Venga
toda la morisma;
Anhelo su
rabia ver,
Hundida
bajo mis plantas
Y llena
de amarga hiel.
Con
doblados escuadrones,
A estos
anchos campos, ven:
Verás del
brío cristiano,
La no
vencida altivez.
Con los
cráneos sarracenos,
Firmes
puentes echaré,
En el
Genil y el Salado
Y en el
hondo Cuadalmez:
Para que
mi gente pase
Por
ellos, á enjuto pie;
Y atónito
el mundo aplauda,
Al Dios
Santo de Israel.
Si eres
noble caballero,
Hijo del
bravo Abú-Hamed:
Ven á
batallar conmigo,
Que tu
arrojo quiero ver.[22]
[1] Gaceta de
Madrid, 26-12-1826, p.1.
[2]A
catorce reales la arroba suponía un total de casi veintisiete arrobas. Según se
establece en la
Enciclopedia Española del Siglo XIX, Tomo X, Madrid 1844, pg.235.
[3] Francisco
Ruiz Luque, Máximo Ruiz Barruecos Sánchez, Antonio Manuel Molina Perálvarez, Apuntes
para la historia de Castil de Campos, (1812 – 1856), Los avatares de una
emancipación municipal, p.89. «La subasta empezaría el día de San Miguel de
cada año y concluiría el treinta de noviembre, señalándose y celebrándose tres
remates; el primero, de pujas llanas; el segundo, de diezmo o medio diezmo,
según se presente el licitador, y para el tercero no se admitiría puja que no
cubra el cuarto.»
[4] Boletín Oficial
de la Provincia de Sevilla, 29-09-1836, n.º 725. p.2. Eugenio de La
Torre es contador de rentas de la provincia de Sevilla. Gaceta de Madrid, n.º
449, de 15 de marzo de 1836. p.4.
[5]
Pascual Madoz. Diccionario geográfico histórico y estadístico de Andalucía.
Madrid, 1845-50. Alcalá de Guadaíra. Gandul. Cuadernos Didácticos n.º 5, de
Patrimonio Histórico Artístico, Cuaderno para el profesorado. pp. 15 y 16.
[6] José
Manuel Navarro. La primera experiencia constitucional en Alcalá de Guadaíra.
En las actas del III Congreso de Historia y Cultura de Alcalá de Guadaíra.
p.625. Francisco López Pérez. Molinos y Molineros de Marchenilla. p.15.
[7] Francisco
López Pérez. Molinos y Molineros de Marchenilla. p.56. «Entre los
Peñascos se ha transmitido de unos a otros que en tiempos de los franceses, una
antepasada, siendo joven, y perseguida por un francés, lo mató de un jardonazo
en el molino de El Hornillo en donde era molinera. Esta tradición familiar sitúa
a los antepasados de los Peñascos en la Rivera, en la primera mitad del s. XIX.
Una cruz en el lugar de la muerte del francés ha recordado el hecho durante
mucho tiempo.»
[8] El
trabajo consta de dos partes: la descripción del itinerario con 54 hojas, más
una hoja plegada; encuadernado 24x33cm y una planimetría escala 1:20.000, que
consta de un mapa en 15 hojas de 75,7 x 55,5 cm. Ambos documentos se encuentran
en el Archivo Cartográfico de Estudios Geográficos del Centro Geográfico del
Ejercito.
[9] El Católico (Madrid). 1-6-1842. p,5. «Se instruye sumaria a los autores de este exceso, y es
de esperar sufran el castigo a que por su irreverencia se han hecho
acreedores.», El Peninsular (Madrid) 1-6-1842. p.2.
[10] La Esperanza
(Madrid)13-12-1859, p.1.
[11] Guía de
Sevilla y su provincia. 1865, p.35.
[12] Guía de Sevilla y su
provincia.
1866, p.36.
[13] Guía de Sevilla y su provincia. 1865, p.33.
[14] Nogales
Márquez, Carlos F. La Iglesia de Santa María del Águila y los
maestros mayores del arzobispado hispalense en el último cuarto del siglo
XVIII: Antonio de Figueroa y Santiago de la Llosa. I Congreso
de Historia y Cultura de Alcalá de Guadaíra 2018. p.86.
[15] El Católico (Madrid) 3-10-1842 p.8, El
Constitucional Barcelona 8-10-1842. p.2, El Peninsular Madrid
3-10-1842, p.3, La Posdata (Madrid) 3-10-1842, p.2., El Heraldo
Madrid. 1842 4-10-1842. p.3.
[16] La Andalucía, 31-01-1864,
p.2, Guía de Sevilla y su provincia. 1865m p.49, 1866, p.52.
[17]
El Tiempo (Madrid) 23-2-1846 p.2.
[18] El Heraldo (Madrid)
21-8-1850, p.3., El Popular (Madrid) 20-8-1850.
[19] El Heraldo (Madrid)
21-8-1850, p.3.
[20] El Observador
(Madrid) 16-6-1852, n.º 1.415, p.2., El Heraldo (Madrid) 15-6-1852, p.3,
[21] La
Andalucía, 23-02-1861, p.3
[22]La
Andalucía, 24-01-1864, p.4