domingo, 29 de diciembre de 2024

III. José Pacheco y Aragón, VI marqués de Gandul. Vida social y muerte.

 


Desde el año 1834, cuando heredó el título de VI marqués de Gandul, hasta su fallecimiento en Sevilla el 26 de marzo de 1884, José Pacheco y Aragón se destacó como uno de los más ilustres nobles de su tiempo en Sevilla. Dueño absoluto de la villa que daba nombre a su título, el marqués poseía un sinfín de propiedades: casas, molinos, un palacio y vastas tierras que se extendían a su alrededor, entre otras muchas propiedades.[1]  Sin embargo, tal como subraya el historiador Navarro, aquella "villa" no era más que un cortijo, un territorio donde todos los habitantes, sometidos a su dominio, eran jornaleros del marqués.[2] 

A diferencia de su padre, Francisco Pacheco y Gómez de Barreda, V marqués de Gandul, quien encontraba refugio con frecuencia en su casa de Alcalá, situada en la calle Alcalá y Ortí, 16, conocida popularmente como La Cañá[3], y que fue visita en dos ocasiones Fernando VII[4], su hijo residirá en la Plaza de La Magdalena, esquina Calle Murillo, nº 2, en Sevilla.[5] Esta es la ciudad que le interesa y donde desarrollará una intensa vida social y política hasta sus últimos días.[6] La visita a sus dominios debieron ser puntuales. 

La Sevilla de su época fue testigo de su constante participación en los eventos más significativos de la alta sociedad. En 1862, lo encontramos en un elegante baile celebrado en la Real Maestranza de Caballería, ese majestuoso edificio de Juan de Herrera que se erige como un emblema de la nobleza sevillana. Allí se congregó la aristocracia y la burguesía local para rendir homenaje a SS.MM.AA.[7] La Reyna Isabel II visitaría también las provincias de Jaén, Córdoba, Sevilla, Cádiz, Granada, Málaga y Almería. En 1863, durante la visita de Pietro de Brognoli, un reconocido artista italiano, quien presentó una exposición de láminas titulada Historia de la pintura desde principios del siglo XIII hasta el XVII , lo veremos junto a los Duques de Montpensier, el Infante Sebastián Gabriel y toda la élite de la ciudad.[8] Además, en 1877, en la boda de Dolores Gómez de Barreda y Gómez de Barreda, con Nicolás Maestre y Lobo, que tuvo lugar en la casa de los Barreda; una ceremonia religiosa que correría a cargo del párroco de San Lorenzo, Marcelo Spínola y Maestre, el marqués de Gandul fue uno de los testigos. Actuaron como padrinos Dª Manuela Varona y Villavicencio y D. Juan Maestre, y testigos el Marqués de Gandul, D. Manuel Gómez de Barreda, D. Ramón de la Miyar y Don Rafael Lobo. La prensa dirá que «las señoras, si bien en menor proporción, dieron el mayor encanto y brillantez a la fiesta, como se justifica por sus nombres: Sra. Condesa de Casa Galindo, Marquesa de Esquivel y Casa-Ramos, Sras. de Guinarest, Carnevali, Spínola, Arjona y León; y Srtas. de Arjona, Villapanés».[9] 

Nuestro afamado marqués es miembro de la Maestranza de Caballería, institución cuyos individuos pertenecen a la nobleza. Su nombre aparece todos los años en la relación de Caballeros Maestrantes y en la de marqueses la Guía de Sevilla y su provincia.[10]En 1865, por Real Orden, se le concede el uso de una condecoración exclusiva para este cuerpo.[11] En la Guía Oficial de España lo tenemos en la relación de caballeros y en la de marqueses. [12] También aparecerá permanentemente en la Guía de forasteros en Madrid.[13] 

Sin embargo, a finales de marzo de 1884, la salud del marqués sufrió un brusco y definitivo deterioro[14]. En 1866, cuando se dirigía a su hacienda[15], un accidente ecuestre, que lo dejó gravemente herido había provocado rumores de su muerte, pero esta vez, la fatalidad era irreversible[16]. El 30 de marzo, los periódicos anunciaron su delicado estado de salud, y al día siguiente, el 31 de marzo, el diario La Fe publicará que «Ha fallecido en Sevilla D. José Pacheco y Aragón, Marqués de Gandul y digno Presidente que fue de la Junta provincial católico-monárquica de Sevilla.»[17] Dado su interés transcribimos la necrológica publicada: 

EL MARQUÉS DE GANDUL 

Con profundísima pena hemos sabido la muerte del ilustre tradicionalista que por tanto tiempo y con tanto brillo supo llevar nuestra santa bandera, y dar dirección y ejemplo á los defensores de la verdad, en Sevilla. 

He aquí en qué términos da cuenta de esta gran pérdida nuestro queridísimo colega sevillano: 

«En la mañana de ayer, rompiendo las ligaduras mortales que la tenían sujeta á este destierro pasajero, voló al cielo la nobilísima alma del que fue en la tierra el aran caballero don José de Pacheco y Aragón, marqués de Gandul. 

Dado de una naturaleza privilegiada, que había hecho casi invulnerable sus severas costumbres y el puntual cumplimiento de los deberes religiosos, en que fue siempre exactísimo, ha sucumbido a las consecuencias de un accidente imprevisto, cuando, á pesar de sus ochenta y cuatro años, aún parecía que por largos años podríamos disfrutar la dicha de su posesión, el estímulo de sus ejemplos. 

Dios, sin embargo, lo ha dispuesto de otra manera. 

Humillémonos y adoremos sumisamente sus santos designios. 

Pero lloremos sin que sea protesta contra aquellos, sino justo testimonio de nuestro duelo, la pérdida que el tradicionalismo, la causa tres veces santa de Dios y del Derecho, han experimentado con la muerte del que siempre veneramos como nuestro jefe natural en esta región; del que fue siempre el primero en imponerse todo linaje de sacrificios; del que nada escaseó, principiando por su persona y terminando por su fortuna, para ofrecerlo y ponerlo al servicio de los sagrados intereses, á que su nobleza y recta conciencia le dictaban consagrarse. 

Nadie con más severidad que el señor marqués de Gandul observaba respetuosamente la máxima 'NOBLEZA OBLIGA' y desde el primero al último día de su existencia, siempre estuvo firme y decidido donde aquella le ordenaba. 

Ni las cárceles, ni el destierro, ni la privación de su fortuna, ni género alguno de intimidación, fueron jamás bastantes á producir en su varonil carácter un momento de debilidad. 

Ni se quebró, ni se dobló. 

Los vendavales le azotaron; pero él encontró en su fé y en su entereza fuerza suficiente para resistirlos. 

Moderno Bayardo, se propuso hacer efectivo el lema que escribió en su escudo Sans poetir et sans reproche, y escrito é inmaculado lo deja para que su ataúd sea cubierto con este monumento de gloria. 

Grave responsabilidad nos deja á los que hemos sido formados en su ejemplo. 

¡Quiera Dios que siempre permanezcamos fieles observadores de ellos, puesto que al par nos lega el de saber resistir á toda contradicción! 

Lloremos, pues, su muerte, y pidamos al Padre de las Misericordias que, usando de ellas con largueza en favor de la bendita alma del finado, le otorgue en la Bienaventuranza el lugar reservado á los que, como él, pelearon con tanto entusiasmo las batallas del Señor.

» R. I. P. A.» [18] 

El funeral tuvo lugar en la parroquia de la Magdalena con la asistencia de numeroso público. Sus restos fueron conducidos a sus posesiones en Gandul. El cortejo fúnebre iba presidido por su sobrino, Francisco Pacheco.[19]

Francisco José Gavira Albarrán



[1]  «Padrón municipal». España, Provincia de Sevilla, registros municipales, 1293-1966. Famil y Search.

[2]Navarro Domínguez, José Manuel: “La desvinculación señorial en la comarca de los Alcores”, Villas, monasterios y señoríos. Estudio sobre el régimen señorial, Sevilla, 2003 y “El problemático proceso de incorporación de Gandul a Alcalá de Guadaíra en 1840”, IX Jornadas Locales de Patrimonio Histórico y Natural, Alcalá de Guadaíra, 2008, en III Congreso de Historia y Cultura de Alcalá de Guadaíra, 15-18, 2022. El estudio de la economía en Los Alcores en la crisis del Antiguo Régimen. Fuentes documentales y precisiones metodológicas. p. 624.

[3]Flores, Leandro José de. Memorias históricas de la villa de Alcalá de Guadaíra. Sevilla, Imprenta de Mariano Caro, 1833 – 1834.  La casa se encuentra en calle Alcalá y Ortí, 16, en la popularmente conocida como La Cañá, al parecer construida por su padre, Álvaro Antonio Pacheco y Ortega, IV marqués de Gandul, en torno a 1780, vecino de Alcalá y hermano mayor de la cofradía del Santo Entierro.

[4] Guía de Sevilla, su provincia. 1875, p.514., Guía de Sevilla, su provincia. 1876, p.264., Guía de Sevilla, su provincia. 1876, p.481., Guía de Sevilla, su provincia. 1877, p. 258., Guía de Sevilla, su provincia. 1877, p. 473.

[5]Guía de Sevilla y su provincia. 1865, p.262, Guía de Sevilla y su provincia. 1872, Guía de Sevilla y su provincia. 1873, p. 471, 1876, p.481, 1877, p. 473, 1878, p.489, 1879, p. 466, 1880, p.375 y 468, 1881, p. 473, 1883, p.473, 1884, p.398, Anuario del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración. 1881, p.46.

[6]Diario Noticioso de la ciudad de Sevilla, 25-10-1822. p.6. Su nacimiento tuvo lugar en Utrera en 1801.

[7]La Andalucía, 26-09-1862, p.3.

[8]La Andalucía, 02-011863) pg.1-2.

[9]El Campo (Madrid. 1876). 16-12-1878, p.14.

[10]Guía de Sevilla y su provincia. 1866, p.109, 1872, pp. 227 y 234, 1873, p. 283, 1875, p. 310, 1876, p. 264, 1877, pp. 258 y 261, 1878, p.274 y 276, 1879, p.259, 1880, pp. 257 y 259, 1881, p.272, 1882, p.243 y 246, 1883, pp.261 y 263, 1884, p.272 y 274.

[11]Guía de Sevilla y su provincia. 1865, p.23, 1878, p.180.

[12]Guía oficial de España. 1876, p. 178, 1877, p.178 y 216, 1878, p.180, p.218, 1879, p.222, 184 y p.257, 1880, p.186, 1881, p.184, 194, 272 y 274, 1882, p.184, 241 y 246, 1883, p.189, p.230,1884, p.274, 1884, p. 201, p. 229.

[13] Guía de forasteros en Madrid. 1853, p.190.

[14]La Correspondencia de España. 28-3-1884, n.º 9.502 p. 1, El Día (Madrid). 28-3-1884 p.2, La Correspondencia de España. 30-3-1884, n.º 9.504, p.1, La Discusión (Madrid). 30-3-1884, n.º 1.584, p.2.

[15]La Correspondencia de España. 30-3-1884, n.º 9.504, p.1, La Discusión (Madrid). 30-3-1884, n.º 1.584, p.2.

[16]Las Noticias (Madrid) 11-1-1865, p.2. «Dice un periódico de Sevilla que el martes parece que yendo el señor marqués de Gandul á su hacienda, fue despedido de su caballo en un salto que este dio, resultando muerto en el acto.»

[17]La Fe (Madrid). 31-3-1884, p.3.

[18]El Siglo futuro 31-3-1884, n.º 2.708, p.2.

[19]Boletín de loterías y de toros (Madrid). 15-4-1884, n.º 1.729, p.2.

sábado, 28 de diciembre de 2024

Ruta de senderismo: Por el cordel de La Camorra a la ermita de Belén

 


La ruta tiene 8 kilómetros, entre ida y vuelta.

Estimamos un tiempo de tres horas y media, incluyendo las paradas. 

Hemos quedado en la portada de la feria de Alcalá a las 9:30 horas. Una vez que se pasa el cruce de Monte Carmelo, en dirección Mairena del Alcor, en la segunda rotonda, torceremos a la izquierda, para entrar en la urbanización “Las Encinas”. Tomaremos la primera calle a la derecha hasta el final, donde torceremos a la izquierda para estacionar el coche. Estamos en la calle Clavo, lugar donde dará comenzará la ruta. 

El cordel del Término o de La Camorra, en esta zona, delimita los términos municipales de Alcalá de Guadaíra con el de Mairena del Alcor. En el primer tramo de la ruta vamos a tener a nuestra izquierda la Dehesa Nueva, cuya riqueza vegetal no se resume en encinas, coscojas y acebuches, es posible encontrar algarrobos, algún alcornoque, higueras, lentiscos, cornicabras, jaras, retamas, matagallos, majuelos, espinos negros, hediondos, jaguarzo negro, cantuesos, palmitos o tomillos, algunos de ellos podríamos considerarlos árboles singulares por su tamaño... y un largo etc. de herbáceas. La fauna presenta, entre otras, las siguientes especies: ratonero, milano, águila culebrera, cernícalo común y primilla, cuervo, lechuzas, mochuelos, ..., zorros, liebres, conejos, meloncillo, gineta, erizo..., culebra de escalera, lagarto ocelado, etc. A la derecha del cordel veremos un interesante eucaliptal. 

Al cruzar la carretera, que discurre entre Mairena y Torreblanca, veremos olivares a la izquierda, a lo lejos almendros, seguidos de tierra calma y la hacienda de San José, y a la derecha, naranjos y la hacienda de San Agustín. Desde esta hacienda parte una gavia paralela al cordel, en ella han prosperado acebuches, moreras, parras silvestres (Vitis vinifera ssp. Sylvestris), lentiscos, zarzaparrillas y se encuentra plagada de acantos (Acanthus mollis).

Pararemos en un cruce de caminos y vías pecuarias, para luego finalizar en las ruinas de la ermita de Belén. Desde allí, regresaremos al punto de partida. 

Durante el camino, diferentes compañeros expertos en temas patrimoniales y medioambientales nos ilustraran con algunos comentarios.


martes, 3 de septiembre de 2024

I La villa de Gandul.

 

Gandul 1853

En 1836, la intendencia de la provincia de Sevilla publicó una circular con la finalidad de arrendar el abasto y los derechos de renta del aguardiente y sus compuestos, para el año siguiente, con arreglo a lo establecido en el Real Decreto 14 de diciembre de 1826.[1] Un trámite que debía tener lugar en los emplazamientos de costumbre de cada uno de los pueblos. Para Gandul se establecieron los derechos reales en 375 rs.[2]  El primer remate se fijaba para el 25 de octubre, el segundo el 5 de noviembre y el tercero el 25 del mismo mes.[3]  La circular la firmó, el 29 de septiembre, Eugenio de la Torre, comendador de rentas de la provincia de Sevilla.[4]  No conocemos si en la villa tuvo lugar la subasta anunciada. De llevarse a cabo, la hipótesis más plausible es que se hiciese con ella el estanco o la posada, dado que la tienda citada en el Catastro de Ensenada habría desaparecido para esa fecha y no existían más puntos en los que pudieran poner a la venta las mercaderías al por menor. El estanquero ostentaba el puesto de alcalde pedáneo desde el año anterior. Un puesto que ejercerá de facto hasta 1842 «cuando por falta de negocio cierra el estanco y desaparece el cargo, pues ningún vecino quiere la responsabilidad de alcalde.»[5] Lo más probable es que la convocatoria quedase desierta o se adjudicase a algún agente de Alcalá de Guadaíra, o se hiciese con ella el propio marqués de Gandul. Sea como fuere, tengamos presente que la villa, en esos momentos, había dejado de ser lo que fue.   

La Ley de 26 de agosto de 1837 abolió definitivamente los señoríos. La condición para mantenerse como municipio independiente se basaba en disponer un mínimo de habitantes que Gandul no reunía. El 15 de abril de 1840, Gandul y Marchenilla pierden la jurisdicción de villa y se incorporaran oficialmente a Alcalá de Guadaíra.[6] Este declive comenzó en el siglo XVII y tuvo su punto dramático en el saqueo e incendio que sufrió a manos de las tropas francesas en 1810. F. López nos cuenta que, en el molino de El Hornillo, propiedad del marqués de Gandul, un soldado francés quiso forzar a una molinera joven y esta lo mató de un «jardonazo».[7] Una prueba más de que los ciudadanos, también en las posesiones del marqués, padecieron y sufrieron las exigencias de los ocupantes franceses. 

En un trabajo de campo titulado: “Itinerario de Alcalá de Guadaíra a Málaga y Ramal de Antequera a Loja.”, elaborado por los capitanes de E.M. D. Joaquín Dusmet y Navarro y D. Miguel Primo de Rivera y Sobremonte, fechado en septiembre de 1853,[8] se dice que Gandul es un barrio de Alcalá de Guadaíra que cuenta con 15 vecinos y que: 

«...fue incendiado por los franceses en la pasada guerra de la independencia, lo que hace no queden más que ruinas en él y algunas pequeñas casas, pues su corto terreno pertenece al marques que lleva su título y por consecuencia sus pocos habitantes son gente pobre y sin recursos.»; «Conserva un antiguo torreón en ruinas S.  El Palacio del marqués es un edificio grande y de solida construcción. Tiene también una posada de pocos recursos, pero muy capaz pues tiene 190 pesebres y una pequeña iglesia. Las pocas casas forman una calle que es el camino que se atraviesa en desmonte y bajada hasta el arroyo producido por un nacimiento de agua que llaman sucintamente el manantial.». 

Era tal la decadencia que en la mañana del 22 de mayo de 1842 unos «gandules» o «mozalbetes», calificados por la prensa de «iconoclastas», se entretuvieron disparando con sus escopetas al retablo de la iglesia de San Juan Evangelista. Templo que aún permanece en pie en la Calle Real de la abandonada villa.[9] Pudiera ser que en ese momentos no contase con párroco y este viniese de fuera para asistir a los servicios. A finales de 1859 el arzobispado de Sevilla publicará un edicto convocando a concurso general una serie de curatos, entre ellos el rural de segunda clase de Gandul.[10] En 1865 se publican en la Guía de Sevilla y su provincia los nombre de los párrocos de determinadas localidades, donde podemos leer:  «De entrada.—Gandul (rural) —D. Francisco Suárez.».[11] El arzobispado de Sevilla se dividía en 31 arciprestazgos,[12] y Gandul pertenecía al de Alcalá de Guadaíra, junto con El Viso del Alcor y Mairena del Alcor.[13] Su iglesia era proveída por el cabildo de la Catedral de Sevilla.[14] En 1861 se publicará en La Andalucía que «el rector de la Universidad literaria ha dispuesto, en uso de las facultades que la ley le concede, que el inspector de primera enseñanza de la provincia visite durante el año 1861 las escuelas de los pueblos que a continuación se expresan», en la relación se incluía a Gandul, que no existía.[15] 

Como hemos visto, el despoblado ya solo será noticia por hechos dramáticos o relacionados con su abandono. En la madrugada del 23 de septiembre de 1842 tres hombres armados robaron al cosario que se dirigía desde Sevilla a Arahal en el «sitio de los Poyos, término de Gandul».[16] 

Como curiosidad, en 1864 se publican en La Andalucía dos romances que tienen a Gandul como uno de sus protagonistas: 

El desafío

 

Si eres noble caballero,

Hijo del bravo Abú-Hamed:

Ven á batallar conmigo,

Que tu arrojo quiero ver.

Pide infantes y jinetes,

Al Califa cordobés:

Para luchar con los míos:

Uno a uno, ó cien á cien.

De matar, cansado el brazo,

Montiel, ilustre guerrero;

Hace alto con los suyos,

Y cantos dirige al cielo.

Tal fue la dura batalla;

Que de Marchena en el cerco,

Tuvo el bizarro Montiel,

Con los moros altaneros.

Trae contigo al renegado

Del alcázar de Jaén:

Que ya castigarlo quiero,

Por su horrible proceder.

No olvides á Alí Axataf:

Ni al alcalde de Almadén:

Ni á Jalubi el de Gandul:

Ni al mulato Abú Baker.

Venga toda la morisma;

Anhelo su rabia ver,

Hundida bajo mis plantas

Y llena de amarga hiel.

Con doblados escuadrones,

A estos anchos campos, ven:

Verás del brío cristiano,

La no vencida altivez.

Con los cráneos sarracenos,

Firmes puentes echaré,

En el Genil y el Salado

Y en el hondo Cuadalmez:

Para que mi gente pase

Por ellos, á enjuto pie;

Y atónito el mundo aplauda,

Al Dios Santo de Israel.

Si eres noble caballero,

Hijo del bravo Abú-Hamed:

Ven á batallar conmigo,

Que tu arrojo quiero ver.[17]

 



[1] Gaceta de Madrid, 26-12-1826, p.1.

[2]A catorce reales la arroba suponía un total de casi veintisiete arrobas. Según se establece en la                                       Enciclopedia Española del Siglo XIX, Tomo X, Madrid 1844, pg.235.

[3] Francisco Ruiz Luque, Máximo Ruiz Barruecos Sánchez, Antonio Manuel Molina Perálvarez, Apuntes para la historia de Castil de Campos, (1812 – 1856), Los avatares de una emancipación municipal, p.89. «La subasta empezaría el día de San Miguel de cada año y concluiría el treinta de noviembre, señalándose y celebrándose tres remates; el primero, de pujas llanas; el segundo, de diezmo o medio diezmo, según se presente el licitador, y para el tercero no se admitiría puja que no cubra el cuarto.»

[4] Boletín Oficial de la Provincia de Sevilla, 29-09-1836, n.º 725. p.2. Eugenio de La Torre es contador de rentas de la provincia de Sevilla. Gaceta de Madrid, n.º 449, de 15 de marzo de 1836. p.4.

[5] Pascual Madoz. Diccionario geográfico histórico y estadístico de Andalucía. Madrid, 1845-50. Alcalá de Guadaíra. Gandul. Cuadernos Didácticos n.º 5, de Patrimonio Histórico Artístico, Cuaderno para el profesorado. pp. 15 y 16. 

[6] José Manuel Navarro. La primera experiencia constitucional en Alcalá de Guadaíra. En las actas del III Congreso de Historia y Cultura de Alcalá de Guadaíra. p.625. Francisco López Pérez. Molinos y Molineros de Marchenilla. p.15.

[7] Francisco López Pérez. Molinos y Molineros de Marchenilla. p.56. «Entre los Peñascos se ha transmitido de unos a otros que en tiempos de los franceses, una antepasada, siendo joven, y perseguida por un francés, lo mató de un jardonazo en el molino de El Hornillo en donde era molinera. Esta tradición familiar sitúa a los antepasados de los Peñascos en la Rivera, en la primera mitad del s. XIX. Una cruz en el lugar de la muerte del francés ha recordado el hecho durante mucho tiempo.»

[8] El trabajo consta de dos partes: la descripción del itinerario con 54 hojas, más una hoja plegada; encuadernado 24x33cm y una planimetría escala 1:20.000, que consta de un mapa en 15 hojas de 75,7 x 55,5 cm. Ambos documentos se encuentran en el Archivo Cartográfico de Estudios Geográficos del Centro Geográfico del Ejercito.

[9] El Católico (Madrid). 1-6-1842. p,5. «Se instruye sumaria a los autores de este exceso, y es de esperar sufran el castigo a que por su irreverencia se han hecho acreedores.», El Peninsular (Madrid) 1-6-1842. p.2.

[10]  La Esperanza (Madrid)13-12-1859, p.1.

[11] Guía de Sevilla y su provincia. 1865, p.35.

[12] Guía de Sevilla y su provincia. 1866, p.36.

[13] Guía de Sevilla y su provincia. 1865, p.33.

[14] Nogales Márquez, Carlos F. La Iglesia de Santa María del Águila y los maestros mayores del arzobispado hispalense en el último cuarto del siglo XVIII: Antonio de Figueroa y Santiago de la Llosa. I Congreso de Historia y Cultura de Alcalá de Guadaíra 2018. p.86.

[15] La Andalucía, 23-02-1861, p.3

[16] El Católico (Madrid) 3-10-1842 p.8, El Constitucional Barcelona 8-10-1842. p.2, El Peninsular Madrid 3-10-1842, p.3, La Posdata (Madrid) 3-10-1842, p.2., El Heraldo Madrid. 1842 4-10-1842. p.3.

[17]La Andalucía, 24-01-1864, p.4

sábado, 27 de abril de 2024

Ruta: Puente “romano” de Gandul y molino de San Pedro.

Plano de situación.

Sábado 27 de abril a las 9:00

Quedamos bajo palacio de Gandul.

https://maps.app.goo.gl/rD1QsL59yebAbG6T7

Distancia: 6.5 km. lineal

Duración: 3 horas.

Dificultad: Baja

Objetivos: Aproximarnos a nuestro patrimonio histórico y natural a través de la actividad física. Conocer los caminos y vías pecuarias de nuestro entorno más próximo. 

Descripción:

Se inicia este recorrido en la venta de “El Puli”,[1] que se encuentra bajo el palacio de los marqueses de Gandul, un edificio del siglo XVII. En la villa aún podemos ver: la torre de vigilancia, la iglesia, dedicada a San Juan Evangelista[2], el ayuntamiento y tres molinos harineros:  el de Arriba, el de En Medio y el de Abajo, que eran movidos por las aguas del arroyo de Gandul o de La Madre, que nace junto al palacio.

Palacio de Gandul

Desde este lugar tan interesante nos dirigiremos por el Cordel de Gandul, que discurre paralelo a la A-92, hacia el puente del mismo nombre, sobre el arroyo Salado. 

Por todo el camino podemos ver restos de materiales cerámicos de distintas épocas, sobre todo romano. La zona elevada que tenemos a la izquierda, por encima de los acebuches, se conoce como La Mesa. Allí se estableció una ciudad romana sobre asentamientos más antiguos. 

El arroyo del Salado es el afluente más importante del río Guadaíra. Recoge aguas de Mairena del Alcor, El Viso del Alcor, Paradas e incluso parte de Carmona y Marchena. El tramo que veremos ha experimentado una cierta recuperación, en lo relativo a vegetación arbórea y arbustiva, destacando un bosquete de álamos. Desde este punto hasta su desembocadura en el río Guadaíra es término entre Mairena y Alcalá.

Puente de Gandul

Cuando lleguemos al puente “romano” de Gandul veremos carrizos, cañas, tarajes, juncos y algunos álamos sueltos. 

El puente se encuentra en término municipal de Mairena del Alcor. Aunque no hay vestigios que confirmen, de una forma taxativa, que la comunicación entre Hispalis y Anticaria cruzase el Arroyo Salado mediante un puente, esto debió ser así dada la importancia de esta vía de comunicación. D. Leandro José de Flores dice en sus memorias lo siguiente:  

«El puente que está en el Salado de Gandul parece haber sido antes de madera, y en 1733 lo hizo á su costa de cal y ladrillos la ciudad de Sevilla, y posteriormente habiendo estado intransitable para bestias y carruajes muchos años, pasando con dificultad la gente de a pie, se renovó y reedificó en 1828 por disposición del Excmo. Sr. Asistente D. José Manuel de Arjona, estrenándose á 22 de Enero. Hay memoria de que en 6 de Agosto de 1779 dieron muerte violenta en este sitio, por robarlo, á D. Andrés Laína y Pernía, vecino de Arahal.»

D. Gregorio García-Baquero López, Doctor en Historia por la Universidad de Sevilla, retrotrae la existencia de un puente al siglo XVI: 

«el 9 de noviembre de 1594, en una sesión del ayuntamiento de Sevilla se ponía en conocimiento la muerte que habían encontrado muchos arrieros cuando traían trigo y cebada a la ciudad al cruzar el puente del arroyo Salado de Gandul...», «...por estar la dicha pontezuela muy maltratada, y no tener pared, se han ahogado allí muchos arrieros, y muy de ordinario se le caen las cargas y traen el trigo mojado...»

La ruta continuará por el lado opuesto a la A-92. Cruzaremos por debajo de la A-92, y bordeando los campos de cultivo llegaremos a un camino perpendicular a la autovía que nos conducirá directamente al río Guadaíra y al Molino de San Pedro.  Este tramo de río conserva una importante vegetación formada fundamentalmente por taraje, aunque también podemos ver algunos fresnos, olmos y sauces. 

El molino de San Pedro es uno de los muchos molinos que molieron en este río y del cual aún se conservan la impresionante azuda y la nave de las piedras, aunque está muy aterrada. La azuda, al formar presa, mantiene una importante lámina de agua, refugio de numerosas especies de animales: ánades reales, distintas garzas, polluelas, nutrias, etcétera.

Restos del Molino de San Pedro.

Desde este punto nos dirigiremos de vuelta hacia Gandul por el mismo camino que hemos traído.

Francisco José Gavira Albarrán

[1] Edificada al pie de la antigua carretera Sevilla - Málaga, a la sombra de un par de moreras. 

[2] La iglesia de San Juan Evangelista presenta unas pésimas condiciones de conservación. La techumbre de la nave central se encuentra en ruina. Para su protección se ha colocado una lona o plástico.