Posible pinchazo del acuífero en la cantera de la cementera. |
La Plataforma Contra la Incineración de Residuos en
Los Alcores presentó, el pasado 26 de junio, en el Ayuntamiento de Alcalá de
Guadaíra, más de 9.000 firmas ciudadanas exigiendo la modificación puntual del
Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para impedir la quema de residuos en
la cementera Portland o en cualquier otra instalación de la localidad.
La ciudadanía muestra, de esa
forma, una vez más, su rotunda oposición a la incineración de
292.000 toneladas/año de residuos en la cementera Portland de Alcalá de
Guadaíra, entre los que, previsiblemente, estarán los del vertedero de Nerva
(Huelva), según se desprende de su proyecto de ampliación.
Ante la lógica de la rentabilidad y el beneficio, esgrimida
por la empresa desde hace años, con sus planes para quemar residuos en el horno
de clinker, a fin de utilizarlos como combustibles alternativos, se reivindica
su reducción, reutilización, reciclaje, compostaje…, minimizando, de esta
manera, los efectos sobre la salud, la contaminación del entorno y la
extracción de materia prima de la naturaleza.
El resultado de
esta campaña es fruto del trabajo informativo desarrollado en la calle por la
Plataforma, que está logrando desmontar los argumentos de la cementera, a pesar
de los recursos que invierte en hacernos ver lo afortunados que somos por
tenerla justo al lado de nuestra casa.
La cementera es la
industria que más contribuye al calentamiento global por emisiones de CO2 en la
provincia de Sevilla, 598.000.000
kg/año vertidas a la atmósfera en 2018, últimos datos oficiales. Ha
batido sus propios récords por emisiones de materia particulada (PM10) 4.780 kg/año, partículas totales
en suspensión (PST) 54.100 kg/año, aumentado sus emisiones de metales pesados,
como el cadmio, cromo, cobre, níquel, plomo, talio, cobalto, zinc, manganeso o vanadio.
También los semimetálicos como el antimonio. Igualmente han aumentado las dioxinas
y furanos, los policlorobifenilos, el benceno, los hidrocarburos aromáticos
policíclicos, el cloro, etc., según un informe elaborado por la Plataforma.
También estamos
ante la industria que más suelo ha devorado en nuestro término municipal,
aproximadamente, 300 hectáreas. El suelo es, además de un recurso natural no renovable, un
elemento clave del sistema climático, ya que tiene el potencial de capturar
enormes cantidades de carbono. En nuestro caso, también, es un suelo muy rico en patrimonio paleontológico y arqueológico, su
eliminación afecta seriamente al acuífero Sevilla-Carmona y deteriora un
paisaje genuino, como es el de Los Alcores, en una zona fuertemente humanizada
y donde el objetivo de la Agenda 2030 “lograr un mundo con efecto neutro en la
degradación del suelo”, se encuentra más que justificado.
Tampoco nos habla la
cementera de los puestos de trabajo que se pueden estar perdiendo por estar
ubicada en un punto estratégico dentro del área metropolitana de Sevilla y de
que forma parte de un sector sobredimensionado, diseñado sobre un hipotético
crecimiento ilimitado del monocultivo del ladrillo en Andalucía.
Es alentador
presenciar otro éxito de la sociedad civil organizada entorno a una plataforma
unitaria de funcionamiento asambleario, que exige con estas firmas, a nuestros
responsables políticos, no arrodillarse ante los intereses económicos de unos
pocos, tomando medidas que protejan la salud de las personas, el medio ambiente
y nuestro futuro.
Francisco Gavira
Albarrán
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