Castillo de Marchenilla
El
recorrido es de unos ocho kilómetros,
y el tiempo estimado es de unas tres horas y media, con dificultad baja.
A
un kilómetro de Alcalá de Guadaíra se encuentra Marchenilla. Su
gran riqueza en aguas, hicieron posible que, ya en época árabe, floreciera
una importante industria molinera que perduró hasta mediados
del siglo pasado. Gracias a ello podemos, aún hoy, contemplar los restos de
nueve molinos: Tragahierro, Pared Alta, Cañiveralejos, Pasadilla, Granadillo,
Hornillo, San José, La Boca y el noveno, el molino Nuevo [1],
que se encuentra junto a San Juan de Dios.
Este
recorrido comienza en el hotel Oromana, lugar desde el que
tendremos unas panorámicas magníficas del río y de algunos molinos. La ruta nos
lleva hacia el río, para ello descenderemos hasta la parte baja del parque y
nos dirigiremos hacia el molino de Las Aceñas. En esta zona, el río presenta,
en general, buena cubierta vegetal, entre la que destacan los álamos blancos y
los carrizos, aunque también se pueden observar algunos sauces, tarajes,
olmos…, así como adelfas, zarzas, zarzaparrillas, rosales, espinos majoletos,
mirtos, etcétera.
El molino
de Las Aceñas (Reha Aben Ocba) es uno de los molinos harineros
de época árabe que existen en la cuenca del río Guadaíra. Junto a él se
encuentra el molino de Cajul (Alcaxur) [2],
que era movido por las aguas de un arroyo, y el edificio mayor que era una
posada [3].
Molino de Las Aceñas y el de Cajul al fondo |
Quinta de Nuestra Señora de Regla |
Desde
aquí nos dirigiremos hacia el camino de Los Cercadillos, que
tomaremos a la derecha. En lo alto de un cerro veremos el Centro
Polivalente San Francisco de Paula, edificio regionalista construido en los
años veinte del siglo pasado. Pasaremos, entre otras, por la huerta de
la Joaquinita, una cochinera y un pequeño olivar, dejando la urbanización
de cerro Clavijo a nuestra izquierda, para así llegar a una
bifurcación en el camino. Nosotros continuaremos hacia el río, dejando a
nuestra izquierda el camino de los molinos de Marchenilla y un imponente
plátano. Desde el portillo continuaremos en dirección al río, dejando a nuestra
izquierda el molino de San José o Pared Blanca. De él
podemos destacar su larga atarjea, muy deteriorada, y la parte trasera del
molino, relativamente bien conservada gracias a la dedicación de sus propietarios.
Junto al molino de San José, y más pegado al río Guadaíra, existe otro molino,
el de La Boca o La Fortuna. Este se
encuentra en un estado de deterioro muy avanzado. A pesar de ello conserva su
impresionante atarjea, que fue construida como defensa contra las frecuentes
riadas del Guadaíra. Podemos subir a ella y veremos cómo esta tenía cuatro
cubos por donde caía el agua para poder moler. No en vano, este molino era uno
de los más rentables de Marchenilla [4].
Molino de San José o Pared Blanca |
Molino de la Boca o La Fortuna |
A
pocos metros del molino de La Boca, y siguiendo el río Guadaíra aguas arriba,
entre un eucaliptal, nos encontraremos con un arroyo de aguas limpias que es la
unión de varios: El Fontanal, El Junco, El Escurridero y Cañiveralejos.
Si continuamos por el eucaliptal, pronto nos encontraremos con otro arroyo, el
denominado de Marchenilla, por brotar sus aguas justo detrás del castillo [5].
Ya
que estamos aquí nos podemos acercar hasta el molino Hundido,
molino de origen árabe (Reha Luet), que podemos ver sobre el río
Guadaíra algo más adelante. Este se encuentra en un estado lamentable,
conservándose, a duras penas, una pequeña nave del molino que fue [6].
Tramo del río Guadaíra en dirección al molino Hundido |
Molino Hundido o del Rincón |
Desde
aquí sale un camino a la izquierda, que, pasando por detrás de una cochinera,
nos llevará hasta la carretera de Morón. Justo al terminar la valla de esta
cochinera, sale a la izquierda otro camino bordeado de chumberas que nos
llevará a la trasera del castillo, donde podremos ver el nacimiento del arroyo
de Marchenilla [7].
Si
nos metemos por un portillo que existe entre las chumberas podremos rodear
el castillo, al que se accede por una terraza que se encuentra en
la parte que da a la carretera de Morón [8].
Al entrar en el recinto damos a un patio con pozo árabe, pues árabe es el origen
del castillo, rodeado de edificios: capilla, granero, habitaciones… Todo ello
defendido por una gran torre denominada del Homenaje. La torre
parece del siglo XIV, con agregaciones posteriores, tiene 27 metros de altura,
con dos plantas y azotea, desde donde tendremos unas magníficas vistas de toda
Marchenilla y podremos admirar el vuelo de gran número de cernícalos primillas,
pues no hay que olvidar que este lugar es uno de los más importantes refugios
del cernícalo primilla de toda España.
Castillo de Marchenilla
|
Desde
el castillo nos dirigiremos, caminando junto a la carretera de Morón, hasta
la fuente de Cañiveralejos, y desde aquí hasta el molino de
Pared Alta. Este molino, al estar habitado, se ha conservado en bastante
buen estado, pudiéndose ver tanto la atarjea como la casa del molinero. Aquí
nos encontramos con un pequeño arroyo (unión de las aguas de El Fontanal,
Escurridero y Junco), cuyas aguas eran utilizadas como fuente de energía para
moler [9].
Restos del molino de Tragahierros
|
Si
tomamos a la izquierda, bordeando la valla de una fábrica, pronto llegaremos a
un pequeño saucedal (salixfragilis). Podemos ver los restos de una
atarjea, que es todo lo que queda del molino de Cañiveralejos [10],
que era movido por las aguas de nuestro pequeño arroyo, al cual se le han unido
ya las aguas del arroyo de Cañiveralejos, que nace, como hemos visto, al pie de
la carretera de Morón.
Molino de Cañiveralejos
|
Al
continuar la ruta y salir de este pequeño saucedal, observamos cómo
el arroyo se desvía hacia la izquierda, y aunque no vemos sus escasas aguas, sí
apreciamos la abundante vegetación que sobrevive en sus márgenes e interior:
lirios amarillos, colocasias, cañas, aneas, juncos, mentas, juncias, zarzas,
madreselva, vid silvestre, salicarias… ocupan este tramo del arroyo dando
cobijo a multitud de aves.
Algo
más adelante está el molino de Pasadilla [11],
del cual se pueden ver la antigua atarjea en pie, mientras el resto del molino
está dedicado a naves para el ganado. A esta altura el arroyo vuelve a
acercarse al camino y al otro lado vemos unas extensas tierras de labor que
están delimitadas por el río Guadaíra y la carretera de Morón.
Molino de Pasadilla
|
A
pocos metros nos encontramos, entre árboles, el molino de Granadillo.
Este molino, como todos los que hoy día están habitados, ha sido ampliado según
las necesidades, quedando poco visible la parte antigua, salvo desde atrás.
Molino de Granadillo
|
El
arroyo toma rumbo hacia el río Guadaíra, justo detrás de este molino.
Antiguamente se desviaba su curso para mover el molino de Hornillo [12],
que es el que se encuentra algo más adelante. El molino está literalmente
hundido en el terreno, provocando que surja un nuevo manantial a sus pies.
Molino de Hornillo |
Una
vez llegado a este punto volveremos de nuevo hasta el hotel Oromana, donde
podremos descansar un poco y, tomándonos unos refrescos, conversar sobre todo
lo visto durante la jornada [13].
Mapa de la ruta |
Antonio Gavira Albarrán
[1] El molino Nuevo fue destruido por completo el 19
de abril de 2005, en el marco de unas obras de ampliación de la Ciudad de San
Juan de Dios. Situado en la cabecera de la cuenca de Marchenilla, y muy próximo
al alumbramiento de aguas conocido como El Fontanal, podría datarse en el siglo
XVII. Los hechos fueron denunciados por diferentes colectivos, entre ellos
Alwadi-ira-Ecologistas en Acción.
[2] El molino de Cajul, cuando se publicó esta ruta
por primera vez, se encontraba en muy buenas condiciones para, con un mínimo
presupuesto, ser restaurado. Durante estos años se ha ido deteriorando sin que
exista ningún plan municipal para rescatarlo.
[3] La aparición de sillares de una atarjea que
conectaba el molino de Cajul con el de Las Aceñas, durante una remodelación de
la zona, no tuvieron el correspondiente estudio y necesaria puesta en valor de
esta última. La Quinta de Nuestra Señora de Regla se encuentra en ruinas, y el
conjunto, donde se localiza también el nacimiento de los Caños de Carmona o la
ermita de Santa Lucía, continúa sin un plan para su recuperación, a pesar de
denuncias, propuestas y proyectos impulsados por la sociedad civil.
[4] El molino de la Boca o de la Fortuna ha
continuado deteriorándose durante todos estos años. Las únicas intervenciones
llevadas a cabo han corrido a cargo de la Sociedad Ecologista Alwadi-ira,
consistentes en la limpieza arbustos, maleza y basuras acumuladas en su entorno
y estructura.
[5] Las captaciones de aguas, legales e ilegales,
posiblemente de las explotaciones mineras de Los Salgueros y Las Majadillas,
son las causas de que los arroyos de la zona no lleven agua prácticamente en
ningún momento del año. Las administraciones públicas (Confederación
Hidrográfica del Guadalquivir, Junta de Andalucía y Ayuntamiento de Alcalá de
Guadaíra) no actúan.
[6] El molino Hundido o del Rincón es otro de los
molinos que se ha visto afectado por el paso del tiempo y por la nefasta
actuación llevada a cabo a principios de los años ochenta, consistente en la
construcción de una presa que, supuestamente, regularía el cauce del río; pero
que nunca cumplió con su cometido, ya que la dinámica del río la evitó,
consiguiendo deteriorar más aún el molino y su entorno. Alwadi-ira ha
solicitado una actuación urgente, adjuntando un proyecto donde se concretan una
serie de medidas.
[7] Hoy sin agua prácticamente durante todo el año.
[8] En la actualidad no es posible entrar por el
portillo. Una vez lleguemos a la carretera de Morón, continuaremos por su
margen. Estamos en la vía pecuaria Vereda de Marchenilla, hasta la entrada que
observaremos junto a la terraza que se cita en el texto.
[9]Del molino de Tragahierros, que hemos dejado al otro
lado de la carretera de Morón, quedan algunos restos de la atarjea, y de la
nave molinera, aunque enterrados en los escombros que se depositaron sobre él
tras las obras del colector del Centro Penitenciario de Mujeres.
[10] Del molino de Cañaveralejos solo nos queda parte
de la atarjea y cubos soterrados cubiertos de maleza.
[11]Del molino de Pasadilla permanece la atarjea. El resto
se ha destruido o se ha convertido en cobertizos para ganado.
[12] El molino de Hornillo, a pesar de un proyecto
privado y de la promesa del Ayuntamiento de contribuir a su recuperación, ha
continuado deteriorándose durante todos estos años.
[13] Como podemos comprobar, desde que se publica por
primera vez la ruta, en 2003, hemos visto el desordenado desmantelamiento de la
fábrica de Tableros del Sur, la acumulación de placas de amianto, neumáticos,
escombros y basuras en sus instalaciones, construcciones legales o ilegales,
más canteras, más pozos, incendios y, sobre todo, la ausencia del gobierno
municipal; circunstancias que han contribuido a la pérdida de patrimonio
histórico y natural en la cuenca del Marchenilla.
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