lunes, 9 de junio de 2025

RUTA NOCTURNA. SÁBADO 14 DE JUNIO 2025. ORGANIZA PLATAFORMA SALVEMOS EL GUADAÍRA

 


"El próximo 14 de junio nueva ruta nocturna. Saldremos a las 21:00h desde la plaza del Duque de Alcalá de Guadaíra. Tras un recorrido por la Tapada, Algarrobo, hotel Oromana, cortijo Maestre, llegaremos a Cuesta Carretilla donde podremos contemplar las estrellas.
La vuelta se realizará por el camino del Club de Tenis.
No olvidéis llevar ropa y calzado adecuado, agua, linternas... Muy importante, no dejéis basura a vuestro paso.
Y recordad que todas nuestras actividades son de participación libre y gratuita."


sábado, 10 de mayo de 2025

RUTA POR LA RIBERA DEL GUADAÍRA: EL PASEO DE ANTONIO GAVIRA ALBARRÁN Y NUESTROS ÁRBOLES SINGULARES


 

Alcalá de Guadaíra: el sacrificio ambiental de un municipio.

 


No es casualidad que Alcalá de Guadaíra se esté convirtiendo en el patio trasero de la gestión de residuos, tanto peligrosos como no peligrosos, provenientes de gran parte de la península. Alrededor de setenta industrias se dedican a esta actividad en nuestra localidad, según el registro oficial de la Junta de Andalucía. Además, contamos con tres canteras que devastan nuestro territorio y decenas de instalaciones fotovoltaicas que invaden nuestras tierras más fértiles y desfiguran el paisaje. Mientras otros municipios protegen su calidad ambiental, el nuestro parece condenado a ser una zona de sacrificio, un término que utilizan los urbanistas para describir lugares destinados a soportar lo que nadie quiere cerca de su hogar.

En este contexto, la reciente resolución de la Delegación Territorial de Sostenibilidad y Medio Ambiente sobre la Autorización Ambiental Unificada (AAU) solicitada por Portland Valderrivas ha sido un triunfo ciudadano. La cementera intentaba prorrogar su concesión minera "Sevilla 2000", pero la presión ejercida por Alwadi-ira, Ecologistas en Acción y la Plataforma contra la Incineración de Residuos, junto con las protecciones urbanísticas impulsadas por el movimiento ciudadano, ha limitado el permiso de actuación a las fases 1 y 2. Esta decisión incluye exigencias clave, como la restauración del hábitat HIC 6310 (dehesas de encinas), un ecosistema único, y la protección de los yacimientos arqueológicos.

Sin embargo, esto no es el final. Portland sigue intentando legalizar la utilización de residuos como combustible bajo el eufemismo de "valorización energética". En 2017, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía lo impidió, y ahora Alwadi-ira ha recurrido la nueva solicitud de Autorización Ambiental Integrada (AAI). La batalla legal continúa, y con ella, la esperanza de evitar que una industria diseñada para fabricar cemento se convierta de facto en una incineradora encubierta junto a las viviendas de Alcalá.

Justo cuando creíamos haber ganado algo de tiempo, surge otro proyecto sospechoso: Ecogestión de Residuos Europa Sur, S.L. ha solicitado una AAI para una planta que procesará 235.980 toneladas anuales de residuos no peligrosos (CDR). Aunque, como siempre, el proyecto promete controles de emisiones y aguas (monitorizando pH, DBO, etc.). Nos dicen que no nos preocupemos.

Alcalá de Guadaíra merece algo más que ser el vertedero industrial de Andalucía. Los éxitos judiciales y administrativos logrados hasta ahora demuestran que la movilización ciudadana funciona. Sin embargo, cada nueva concesión nos acerca a un punto de no retorno, donde el deterioro ambiental podría ahuyentar a las familias, degradar aún más el medioambiente y hacer irreversible la pérdida de nuestro paisaje.

En este escenario necesitamos un ayuntamiento más proactivo a favor del medio ambiente. No se trata de oponerse al progreso, sino de exigir un desarrollo que no se base en envenenar el aire y esquilmar la tierra. La sentencia de 2017 y las recientes limitaciones impuestas a Portland demuestran que existen alternativas. El desafío ahora es impedir que, bajo el paraguas de la economía circular, se cuelen viejas prácticas contaminantes.


Alcalá no está en venta.

Francisco José Gavira Albarrán

jueves, 24 de abril de 2025

VII. Anécdotas. VI marqués de Gandul.

 


En 1846, la prensa publicará la noticia del estreno de una “piececita” de teatro titulada “José María o vida nueva”, un melodrama en un acto: “José María, ladrón afamado que tiene a su cuadrilla en la sierra de Gandul: cae en sus manos un capitán llamado don Manuel y una joven llamada Paca. Paca y Manuel son amantes, y José María es rival de Manuel. Impelido por los celos, quiere el facineroso matar al capitán; pero al ir a consumar el delito, conoce que Manuel es su hermano.” [1] 

La Guía de Forasteros de Madrid publicará, en 1855 y 1856, que, entre las bajas por fallecimiento, en el apartado «Caballeros Maestrantes», se encuentran el marqués de Gandul, junto al barón de Peramola, D. José Bermúdez de Rivadeneyra, el marqués de Villavilvestre, el conde de Mejorada y el marqués de Quintanar. Se comenta en la publicación de errores y, al menos en la de 1856, aún se encontraba en alta. [2] En 1857 y 1858, el marqués de Gandul continúa apareciendo en la Guía de forasteros en Madrid. [3] 

El 21 de octubre de 1872, un padre, Teodoro Cordón Fuentes, su hija, Teodora, y el burro donde se trasladaban a Sevilla desde Los Corrales, mueren carbonizados en las inmediaciones de Gandul como consecuencia de un rayo despedido por una tormenta. [4] 

El 21 de octubre de 1872, en las inmediaciones de Gandul, en medio de una tormenta, fueron carbonizados por un rayo un padre, su hija y el burro que los conducía a la capital. Por la documentación que se les encontró, se trataba de José Cordón Fuentes, el padre, y Teodora, su hija, naturales de Los Corrales. [5]



[1] El Español Nº 767 – 26-12-1846.

[2]La Época (Madrid) 31-12-1855, n.º 2.084, p. 3, El Clamor público 1-1-1856, p. 2, Las Cortes (Madrid) 2-1-1856, p. 3 y 4, La España (Madrid) 2-1-1856, n.º 2.375, p. 4, La Nación (Madrid) 15-1-1856, p. 3, El Balear Palma de Mallorca 10-1-1856, p. 2, El Eco de la actualidad 8-1-1856, p. 2, La Esperanza (Madrid) 2-1-1856, p. 4: «Tomamos de un periódico la siguiente nota de las bajas que han ocurrido en la (guía de forasteros de 1855 por fallecimientos ocurridos en el mismo».

[3]Guía de forasteros en Madrid. 1857, p.168; 1858, p.193; 1859, p.215; 1861, p.230; 1862, p.236; 1863, p.224; 1872-1873.

[4]La Discusión (Madrid) 30-10-1872, n.º 1.239, p. 4; La Convicción (Barcelona) 30-10-1872, p. 10; La Esperanza (Madrid) 29-10-1872, p. 1.

[5]La Correspondencia de España. 28-10-1872, n.º 5.449, que se hace eco de El Anunciador de Sevilla, La Esperanza (Madrid) 29-10-1872, p. 1, La Convicción (Barcelona) 30-10-1872, p. 10, La Discusión (Madrid) 30-10-1872, n.º 1.239, p. 4.

Francisco José Gavira Albarrán

martes, 8 de abril de 2025

Nota de prensa 17ª limpieza en Gandul y ruta de senderismo pro Parque Cultural de Los Alcores

 


          Aproximadamente cuarenta personas participaron ayer domingo en la 17ª edición de la limpieza en Gandul y una ruta de senderismo desde el antiguo apeadero de Gandul hasta Cañada Honda. Esta actividad tuvo como objetivo reivindicar la declaración de Los Alcores como Zona Patrimonial, gestionada a través de un Parque Cultural.

          Esta actividad, organizada por el grupo ecologista Alwadi-ira y la Plataforma en Defensa de Los Alcores, ha contado con la colaboración de Aira Gestión Ambiental que ha facilitado una cuba donde depositar los residuos y la cobertura de Polvero El Vivo que ha paticipado con un camión y volquete.

          Entre los residuos predominaban mayoritariamente los enseres domésticos de todo tipo, algunos neumáticos y restos de materiales de construcción. Tanto para los participantes en la limpieza como para los ciudadanos que transitaban por este lugar de la vía verde de Los Alcores, resultó sorprendente la variedad y el volumen de lo recuperado de las márgenes del camino.

          Durante la ruta de senderismo, historiadores y expertos de los distintos municipios de Los Alcores ofrecieron explicaciones detalladas sobre los elementos patrimoniales del recorrido. A través de sus intervenciones, profundizaron en el valor arqueológico, histórico y natural de la zona, subrayando la importancia de proteger este legado mediante la declaración de Los Alcores como Zona Patrimonial. Esta figura, gestionada por un Parque Cultural, permitiría impulsar el diagnóstico y la catalogación exhaustiva de su patrimonio histórico y natural, al tiempo que lo convertiría en un motor de desarrollo sociocultural y económico para la comarca.

Para lograrlo, serían necesarias inversiones estratégicas en infraestructuras y servicios, tales como:

  • Centros de interpretación para difundir su riqueza patrimonial.
  • Espacios lúdicos y culturales que fomenten el turismo y la participación ciudadana.
  • Servicios de difusión, vigilancia y mantenimiento para garantizar su conservación.
  • Reforestaciones que protejan el entorno natural.
  • Estudios arqueológicos que profundicen en el conocimiento de sus yacimientos.
  • Restauraciones monumentales que preserven su identidad histórica.

          Con esta nueva actividad, Alwadi-ira y la Plataforma en Defensa de Los Alcores quieren dar un nuevo paso para que la declaración de Los Alcores como Parque Cultural sea una realidad efectiva y plena a la mayor brevedad.

                   

                        Alcalá de Guadaíra, 7 de abril de 2025.

Sociedad Ecologista Alwadi-ira - Ecologistas en Acción.  E-mail: alwadi.ira@gmail.com.   Web: www.alwadi-ira.es    Apartado de Correos 226

sábado, 5 de abril de 2025

Los molinos harineros de Alcalá de Guadaíra: situación actual y propuestas de futuro.

Molino Hundido o del Rincón
 

Los molinos constituyen una de las señas de identidad más emblemáticas de Alcalá de Guadaíra y de la comarca de Los Alcores. Aunque su origen podría remontarse a la época romana, fue durante el período árabe-andalusí cuando alcanzaron su mayor desarrollo, como evidencian muchos de sus nombres: Aceña, Algarrobo, Arrabal, Cajul, Cerrajas, Benarosa, Realaje o Zacatín. Los archivos catedralicio y municipal de Sevilla, en documentos del repartimiento del siglo XIII, mencionan al menos 20 molinos (1). Sin embargo, la escasez de datos sobre sus propietarios obliga a basar gran parte de nuestro conocimiento en la interpretación de sus denominaciones actuales. Un ejemplo claro es el molino de Benarosa, cuyo nombre sugiere su vinculación al linaje de los Ibn Arúsa (1).

La relevancia histórica de estos molinos no radica únicamente en su producción o ubicación, sino también en su adjudicación a personajes cercanos a la monarquía, la nobleza y el clero (2).

Tipología de los molinos alcalareños

En Alcalá de Guadaíra pueden distinguirse tres tipos principales de molinos:

  1. Molinos de azuda: Ubicados en el río Guadaíra, utilizaban una represa para canalizar el agua hacia el interior del molino, generando la fuerza necesaria para mover el rodezno.
  2. Molinos de cao o acequia: Aprovechaban caídas de agua de arroyos o fuentes, conducidas mediante una atarjea hasta un cubo, cumpliendo la misma función.
  3. Molinos de sangre: Localizados en panaderías o casas-horno, dependían de la fuerza animal o humana. Eran esenciales durante el estío, cuando el caudal de ríos y arroyos disminuía. Según León Serrano, a principios del siglo XVIII existían 150 molinos de este tipo en la localidad (2).

Entre los siglos XV y XVI se documentan 40 molinos en Alcalá (1), mientras que, en el XIX, el Padre Flores menciona 36 "molinos de cubo, sin contar los de río" además de los de sangre (3).

Decadencia y abandono

La industrialización y las políticas franquistas de monopolio y redirección productiva marcaron el declive definitivo de los molinos. El último en funcionar fue el de Pelay Correa (1971) en el río Guadaíra (2). En el arroyo de Marchenilla algunos persistieron hasta los años 40 (4), y en el de La Madre hasta finales de los 50, mientras que el molino de Abajo fue dado de baja en 1965 (4).

Investigación y memoria

Numerosos estudios han abordado la historia de estos molinos. Destaca el trabajo antropológico de Francisco López, quien rescató la memoria de la última generación de molineros locales, aportando claves fundamentales para entender su importancia cultural (4).

Situación actual: un patrimonio en riesgo

Arroyo de La Madre o de Gandul

  • Molino de Arriba: Adosado al Palacio de Gandul, su estado es difícil de evaluar.
  • Molinos de En medio y Abajo: En ruinas, cubiertos de maleza.

Arroyo de Marchenilla (9 molinos)

  • Nuevo: Destruido en 2005 durante obras en San Juan de Dios.
  • Tragahierro: Solo restos de la atarjea y la nave, enterrados tras obras del colector de la cárcel de mujeres.
  • Pared Alta: Convertido en vivienda.
  • Cañiveralejos: Solo persiste parte de la atarjea y cubos sepultados.
  • Pasadilla: Atarjea conservada; el resto, destruido o reconvertido en cobertizos.
  • Granadillo: Vivienda habitual, con elementos originales ocultos por reformas.
  • Hornillo: Prometida su restauración, hoy en ruinas y semioculto.
  • San José (Pared Blanca): Habitado; su imponente atarjea permanece, aunque con añadidos de impacto visual.
  • La Boca o La Fortuna: En ruinas, es el más importante de la ribera. Amenazado por la vegetación y la futura circunvalación norte.

Río Guadaíra

  • Hundido o del Rincón: En ruinas.
  • Aceñas, Benarosa, San Juan, Algarrobo y Realaje: Restaurados por el Ayuntamiento (con críticas por su ejecución).
  • Arrabal, Pelay Correa y Cerrajas: En ruinas; este último próximo al Canal de Los Presos.

Fuentes cercanas al Guadaíra (8 molinos)

  • Cajul y Rabo de Zorras: En ruinas o con restos enterrados.
  • Oromana, Las Eras, La Tapada y uno de Vadalejos: Con actuaciones de restauración, destacando La Tapada.
  • Los Ángeles y otro Vadalejos: Solo vestigios ocultos.

Casco urbano

  • Molino hipogeo de la Mina: Uno de los pocos ejemplos en España, restaurado.

Algunos molinos desaparecidos

La Torrecilla (destruido por el puente de los americanos), La Caja (eliminado para la fábrica La Portilla), El Rodete (junto al puente de Carlos III), los cinco del arroyo del Zacatín (El Álamo, El Fraile, El Adufe, El Águila —parcialmente visible— y El Zacatín), y los dos de los Caños de Carmona (Asembril y La Aljavara).

Críticas a las actuaciones municipales

Las intervenciones en los espacios molineros han sido inexistentes (arroyos de La Madre, Marchenilla, Zacatín) o parciales, sin un plan integral (1). En la ribera del Guadaíra, las obras —impulsadas por movilizaciones ciudadanas— han priorizado un enfoque estético ("un pequeño Versalles cateto") sobre la preservación de la cultura molinera y hortelana, alterando el ecosistema y borrando huellas históricas.

Propuestas para la recuperación

  1. Reactivación de huertas: Asignación de lotes a jubilados y pensionistas.
  2. Plan público de gestión: Integrado en el futuro Parque Cultural de Los Alcores.
  3. Puesta en valor: Restauración y funcionamiento de al menos un molino.
  4. Rehabilitación de viviendas molineras: Cesión a familias para garantizar su conservación.
  5. Eliminación de construcciones ilegales.
  6. Estudios arqueológicos exhaustivos.
  7. Difusión cultural: Promoción de la herencia molinera entre la población local.

Reflexión final

Como señala Luis Francisco Flores Sánchez (1), urge profundizar en la investigación de estos molinos, contrastando documentación cristiana y musulmana con hallazgos arqueológicos. Su puesta en valor no solo reforzaría la identidad alcalareña, sino que enriquecería el patrimonio andaluz.


Fuentes:
(1) Flores Sánchez, L. F. Molinos Hidráulicos Medievales en Alcalá de Guadaíra.
(2) Bernal, A. M. Estudio de la industria panadera de Alcalá de Guadaíra (2003).
(3) Flores, L. J. Memorias Históricas de la Villa de Alcalá de Guadaíra.
(4) López Pérez, F. Gandul en el horizonteMemorias Molineras de la última Generación.
(5) Gavira Albarrán, A. (consulta oral/documental).
(6) Plano parcelario de 1944 (Instituto Geográfico y Catastral).

domingo, 30 de marzo de 2025

VI. Los negocios del VI marqués de Gandul.

 


 

El marqués asumió la dirección de la villa en un periodo marcado por su decadencia. En 1840, debido a la escasa población, se suprimió de facto la jurisdicción del término de Gandul, que quedó incorporado a Alcalá de Guadaíra. Recordemos que la abolición oficial del régimen señorial tuvo lugar en 1837. Como se ha señalado, Gandul era, en esencia, un cortijo bajo el control absoluto del marqués. Una de sus primeras acciones fue apropiarse de la dehesa de propios de la villa. A pesar de los esfuerzos del Cabildo alcalareño por recuperarla, incluso mediante apelaciones al rey, no lo lograron[1]. El desenlace de este pleito refleja la influencia política y social que el marqués ejercía en Sevilla, ante todo tipo de estamentos, incluido el judicial. 

Su actividad empresarial fue notable. El 25 de mayo de 1846, se constituyó la «Sociedad Ecuestre Sevillana de Emulación», dedicada a la cría caballar, de la cual encabezó la directiva[2]. Con el objetivo de promover la mejora de la raza equina, clave para la aristocracia y el ejército. Al año siguiente, en 1847, actuó como jurado en un concurso ganadero celebrado en la plaza de toros de Sevilla, organizado por el Ayuntamiento, donde se mostraron ganados vacuno, caballar y lanar [3]. A finales de 1850, presidió la junta de acreedores censualistas del caudal de propios de la villa de Osuna. [4] 

En 1854, participó en la creación de la Junta de Mayores Contribuyentes y Propietarios del término de Alcalá de Guadaíra, cuyo objetivo era gestionar el paso del ferrocarril Cádiz-Sevilla por la localidad. Se formó una comisión integrada por el marqués, Félix del Castillo, la Casa Portilla Hermanos y Manuel Masa Rosillo, quienes viajaron a Cádiz para negociar con el concesionario del proyecto, Sánchez Mendoza, ofreciendo una subvención para garantizar la variante[5]. Ese mismo año, fue jurado en la Exposición Agrícola, Industrial y de Bellas Artes de Sevilla (15-25 de abril), función que repitió en 1858 en una nueva edición del evento[6]. 

Para entonces, ya era reconocido como uno de los principales criadores de caballos de la provincia de Sevilla[7], aunque había abandonado la ganadería brava. Un artículo del Boletín de Loterías y de Toros (1859) analizó el declive de las ganaderías andaluzas, entre ellas, la del marqués, atribuyéndolo a la pérdida de tierras de propios y comunales de los pueblos: 

«con solo un módico canon anual satisfacían sus vecinos ganaderos, sostenían las piaras llamadas de consejo, valían en renta las dehesas y cerrados de dominio particular insignificantes sumas , porque aquellos no tenían necesidad de ocuparlas con sus ganados, y sí solo las poseían los tenedores de gran número de cabezas, que de tiempo inmemorial las disfrutaban; pero desde el momento en que se roturaron los terrenos del común y se repartieron para pan sembrar á los braceros licenciados del ejército, faltó, como era consiguiente , la mancomunidad de pastos, y obligó á aquellos que tenían recursos y contaban con suficiente número de ganados á solicitar con gran empeño los terrenos eriazados de dominio libre. Visto por sus poseedores las instancias y ofertas de grandes sumas, pusieron en juego las subastas en sus contratos, resultando, como era de esperar, que la dehesa ó cerrado que hace treinta y cinco años ganaba en arrendamiento ocho ó diez mil reales, en la actualidad vale la friolera de treinta ó cuarenta mil.» 

«Como es consiguiente, los cerrados deben estar cercados de gavia y vallas: estas costaban antiguamente el módico precio de cuatro ó cinco reales una, y en la actualidad, debido al extraordinario valor que ha tomado la madera de pino, cuesta cada valla de diez y ocho á veinte reales, por cuyas razones han disminuido considerablemente las ganaderías vacunas con destino a la crianza de toros, y es la causa principal de la carestía de ellos.» 

«Varios son los motivos que asisten á la mala calidad do los toros que se lidian hoy, comparados con los que so lidiaban en la época que llevo citada.». 

«El primero es el valor fabuloso á que se vende un toro, cansa porque, en lugar de destinar á la labor la mitad del número de becerros que se tientan, se, destina un corto número, á veces los que entera -monta son mansos, porque sabido es que un novillo domado vale cincuenta y cinco ó sesenta duros, y un toro se realiza en cuatro mil reales.». 

«El segundo consiste en que ese gran valor le da impulso al ganadero para que venda sus toros antes de cumplir la edad competente para su buena lidia, y como dista poco tiempo desde el en que se tentaron hasta la época en que se corren, en el momento de probar el hierro recuerdan lo que les hicieron en aquella y se huyen del castigo.». 

«Y el tercero lo motivan la pérdida de las buenas castas y de los terrenos selectos por su buena yerba para la cría de toros, que hoy están roturados y destinados á la labor, corroborando este aserto el adjunto catálogo de las antiguas ganaderías andaluzas, comparadas con las que hoy existen.[8] 

El texto también señalaba el encarecimiento de los materiales para cercados y la disminución de la calidad de los toros, debido a su venta prematura y la pérdida de tierras aptas para cría. 

Finalmente, en 1863, la prensa publicó un anuncio sobre el arrendamiento de un molino de aceite en Arahal y un cercado de olivar de 76 aranzadas, gestionado por el marqués en su residencia sevillana de la calle Murillo, 18. La oferta se repitió durante varios días, evidenciando su continua actividad en la administración de propiedades rurales[9]. 

Este periodo refleja la transición del marqués de Gandul de un modelo señorial a uno empresarial, adaptándose a los cambios económicos y legales de la época mientras consolidaba su influencia en la región. 

La entrevista amorosa. 

Del castillo de Gandul,

con marlota y albornoz,

sale el arrogante Abdalla

en un fogoso trotón.

 

Se dirige al de la Mota,

donde lo espera su amor:

la bellísima Algasania,

joven de gracia y candor.

 

Ya atravesó el río Corbones

con su alazán nadador;

ya se mira en el castillo,

a los pies de un torreón.

 

Saluda a Algasania bella,

embargado en ilusión,

diciéndole con voz clara,

expresiva y de pasión:

 

"Tengo huerta de naranjos,

anchas vegas de labor,

de higuerales cuerdas mil,

de olivas, larga porción.

 

Blancos rebaños sin cuento,

yeguadas de gran valor,

muchos graneros henchidos

de rubio trigo precoz.

 

Tengo lechos de marfil,

más bellos que el mismo sol;

termas de alabastro fino,

labradas con gran primor.

 

Tengo sofaes de oro,

sobre alfombras de Sidón,

ricos brocados soberbios,

con brillantes del Mongol.

 

Tengo grandes territorios

que mi padre conquistó

con los filos de su alfanje

en los campos del honor.

 

¡Algasania de mi vida!

¿Quién más dichoso que yo?

Ni el arrogante Boabdil,

ni el intrépido Almanzor.

 

Todo es tuyo, linda mora,

y también mi corazón,

que nació para quererte,

que para amarte nació."

 

Esto dijo el rey Abdalla,

y alegre a Gandul volvió

cuando asomaba entre flores

de la aurora el claro albor.[10] 

En 1870, Gandul seguía figurando dentro de los límites fiscales de Sevilla[11], aunque su importancia política y económica había menguado notablemente. Sin embargo, en un intento por recuperar parte de su antiguo esplendor, el marqués retomó la actividad ganadera de reses bravas. 

El 7 de octubre de 1877, seis toros de su hierro se lidiaron en la plaza de Sevilla, pero la función no tuvo el éxito esperado. Esta corrida se enmarcaba dentro la romería del Santo Cristo de Torrijo, que aprovecharía el nuevo arzobispo para organizar una «procesión a la catedral con toda la pompa y majestad que su elevado cargo exige; a cuyo acto el Excmo. Ayuntamiento, gobernador de la provincia y demás autoridades concurrieron.». Los aficionados más veteranos aún recordaban la mala calidad de sus reses en el pasado, y la plaza quedó medio vacía[12]. La crónica del diría lo siguiente de la corrida: 

«La corrida celebrada el domingo último en Sevilla valió poco por lo que respecta al ganado, del señor marqués de Gandul, estando Jaqueta poco trabajador, y saliendo del paso de cualquier modo. Fernando Gómez Gallito, que tomó la alternativa, demostró gran deseo y bregó sin descanso, pasando bien de muleta y aprovechando para herir. Dio un gran cambio á cuerpo limpio que le valió muchísimas palmas. Los banderilleros, sin hacer nada notable, sobresaliendo Cuatrodedos y de los picadores, ninguno castigó, llegando los toros á la muerte casi sin sangre en el morrillo[13] 

En 1884 continúa con el negocio de los toros, dado que la prensa recoge que un toro del marqués de Gandul es el responsable de la cogida de D. Antonio Miura en su cortijo del Cuarto, en Tablada.[14] 

Unos días más tarde de su fallecimiento, la tarde del 12 de mayo, D. Antonio Miura tuvo la desgracia de ser cogido por un toro que le había vendido el marqués de Gandul. El accidente se produjo en el cortijo de Cuarto, sito en Tablada, Sevilla. 

A pesar de las malas críticas, el marqués persistió en el negocio taurino. En 1884, la prensa recogió un suceso trágico: un toro de su ganadería corneó a D. Antonio Miura en el cortijo del Cuarto (Tablada), demostrando una vez más la imprevisibilidad y peligrosidad de sus reses. Al parecer: 

«…no podía ser amarrado por los hombres a quienes esto se les había encargado. Miura, tratando de ayudarles, desmontó del caballo, y al ir a coger al toro por la cola, éste le embistió y le cogió repetidas veces. A consecuencia de los golpes, Miura perdió el conocimiento, y en grave estado se le condujo a la venta de Guadaíra, donde se le sangró; pasado algún tiempo, se le llevó a su casa de Sevilla…»[15]; 

Otra versión nos dice que: 

«…Miura se apeó del caballo que montaba con el objeto de derribar un toro de la ganadería del señor marqués de Gandul, que se encontraba sujeto por una cuerda y que se trataba de conducir al matadero: pero en el momento de cogerle la cola el Sr. Miura, el toro rompió la cuerda y volviéndose con la velocidad del rayo, lo volteó por tres veces consecutivas, ocasionándole terribles golpes en la cabeza, que le privaron del conocimiento. Según un telegrama de última hora, el Sr. Miura se encuentra fuera de peligro[16] 

Este periodo refleja el declive definitivo de la ganadería de Gandul, que, pese a los esfuerzos por revitalizarla, nunca logró recuperar el prestigio perdido. Su historia quedó como un eco lejano de un pasado más glorioso, en el que el marquesado había sido sinónimo de poder y riqueza. 

El VI marqués de Gandul ejemplifica la adaptación de la aristocracia terrateniente al liberalismo económico. Aunque perdió privilegios señoriales, supo mantener su estatus mediante la gestión empresarial de sus propiedades, la participación en proyectos modernizadores y el aprovechamiento de las oportunidades que ofrecían las desamortizaciones. Su legado no fue el de un gran magnate, sino el de un noble pragmático que supo navegar los cambios de su tiempo.

Francisco José Gavira Albarrán. 



[1]Navarro Domínguez, José Manuel: Estructura económica de la villa de Gandul en el siglo XVIII, V Jornadas de Historia de Alcalá de Guadaíra, Alcalá de Guadaíra, 1994 y La desaparición de la villa de Gandul y la privatización de su dehesa, II Congreso de Historia y Cultura de Alcalá de Guadaíra, Fundación Nuestra Señora del Águila, Alcalá de Guadaíra, 2020.

[2]El Neutral (Madrid) 1-6-1846, p.3.

[3]El Tiempo (Madrid) 24-4-1847. p.3.

[4]La Paz (Sevilla) 31-12-185 0. p.3, La Paz (Sevilla) 1-1-1851. p.4., La Paz (Sevilla) 2-1-1851. p.4.

[5]La Paz (Sevilla) 19-3-1854, p.3.

[6]La Andalucía 14-04-1858), p.5

[7]El Estado (Madrid) 15-4-1859, p.2., La España (Madrid) 17-4-1859, n.º 3.890, p.4, La Esperanza (Madrid) 23-4-1859, p.3, La Unión (Madrid) 26-4-1859, p.2.

[8]   Boletín de loterías y de toros (Madrid) 8-11-1859, n.º 454, p.2.

[9]La Andalucía, 27 -02-1863, pg.4.

[10]La Andalucía, 05-01-1864) p.2

[11]La Iberia (Madrid) 29-10-1870, p.3

[12]Boletín de loterías y de toros (Madrid). 8-4-1878, n.º 1.415, pp.1 y 2. La noticia de la corrida del 7 de octubre de 1877 se publica en el número de marzo de 1978.

[13] Boletín de loterías y de toros (Madrid). 15-10-1877, n.º 1.390, p.4

[14] El Día (Madrid). 14-5-1884, p.2.

[15]El Día (Madrid. 1881). 14-5-1884, p.2, El Liberal (Madrid). 15-5-1884, p.2.

[16] La Correspondencia de España. 15-5-1884, n.º 9.550, p. 2.

domingo, 23 de marzo de 2025

V La vida religiosa del VI marqués de Gandul.

 

Museo del Prado. Emilio Sánchez Perrier. Iglesia de San Juan Evangelista de Gandul,

 1880 - 1885. Lápiz compuesto sobre papel avitelado, 152 x 92 mm 

La dimensión espiritual del VI marqués de Gandul se reflejó en su activa participación en obras piadosas y contribuciones a instituciones eclesiásticas. Entre sus compromisos documentados destacan al menos dos censos religiosos, contratos de rentas donadas a cambio de oraciones y el derecho a sepultura en sagrado, una práctica común ligada a las donaciones pro anima,[1]. Uno de ellos, valorado en 35 reales y 10 maravedís, fue establecido a favor del Monasterio de La Cartuja, mientras que otro, por 117 reales y 22 maravedís, benefició al Monasterio de San Jerónimo de Buena Vista en Sevilla[2]. 

Su filantropía trascendió estos acuerdos perpetuos. En 1854, respondiendo a una solicitud del alcalde de Sevilla, realizó una limosna de 100 reales para la procesión del Santo Entierro[3]. Ese mismo año, sumó otros 100 reales a la restauración de la Catedral hispalense, iniciativa que fue ampliamente difundida en la prensa local[4]. La lista de suscriptores, publicada en junio en diversos periódicos, incluía su nombre con dicha aportación, evidenciando su compromiso público con el patrimonio religioso. 

Su vinculación con las altas esferas eclesiásticas se reforzó al aceptar una invitación del cardenal Judas José Romo, arzobispo de Sevilla, para asistir a la inauguración de la Obra de la Infancia en 1854. Esta institución, «...fundada en 1843 por el Excmo. Sr. Obispo de Nancy, erigida canónicamente en Roma por decreto del Excmo. Sr. Cardenal Patrizi de 20 de enero de 1853, admitida en España por Real cédula de 21 de diciembre de 1832 y recomendada eficazmente por S. M. la Reina nuestra Señora y el Nuncio de Su Santidad en estos Reynos.»[5]. 

Hacia 1859, su labor caritativa adquirió un alcance transcontinental: según La Andalucía del 4 de junio, donó 320 reales vellón a las misiones en África, sumándose así a los esfuerzos evangelizadores promovidos por la Iglesia[6]. 

Estos gestos, desde los censos monásticos hasta las limosnas puntuales, no solo ilustran su fervor religioso, sino también su papel como mecenas en una sociedad donde la fe y el poder estaban profundamente entrelazados. En 1882 formará parte de la Junta de Sevilla.


[1]Patrimonio y rentas de la iglesia en Andalucía. José Rodríguez Molina. Universidad de Granada. p.114.

[2]Diario oficial de avisos de Madrid, 17-2-1850, p.1.,

[3]La Paz (Sevilla) 4-6-1854, p,3,

[4]La Paz (Sevilla) 4-6-1854, p,3.

[5]La Paz (Sevilla) 13-11-1853, p,1

[6]La Andalucía, 04-06-1859, p.1

Francisco José Gavira Albarrán