No es casualidad que Alcalá de Guadaíra se esté convirtiendo en el patio trasero de la gestión de residuos, tanto peligrosos como no peligrosos, provenientes de gran parte de la península. Alrededor de setenta industrias se dedican a esta actividad en nuestra localidad, según el registro oficial de la Junta de Andalucía. Además, contamos con tres canteras que devastan nuestro territorio y decenas de instalaciones fotovoltaicas que invaden nuestras tierras más fértiles y desfiguran el paisaje. Mientras otros municipios protegen su calidad ambiental, el nuestro parece condenado a ser una zona de sacrificio, un término que utilizan los urbanistas para describir lugares destinados a soportar lo que nadie quiere cerca de su hogar.
En este contexto, la reciente
resolución de la Delegación Territorial de Sostenibilidad y Medio Ambiente
sobre la Autorización Ambiental Unificada (AAU) solicitada por Portland
Valderrivas ha sido un triunfo ciudadano. La cementera intentaba prorrogar su
concesión minera "Sevilla 2000", pero la presión ejercida por
Alwadi-ira, Ecologistas en Acción y la Plataforma contra la Incineración de
Residuos, junto con las protecciones urbanísticas impulsadas por el movimiento
ciudadano, ha limitado el permiso de actuación a las fases 1 y 2. Esta decisión
incluye exigencias clave, como la restauración del hábitat HIC 6310 (dehesas de
encinas), un ecosistema único, y la protección de los yacimientos arqueológicos.
Sin embargo, esto no es el final.
Portland sigue intentando legalizar la utilización de residuos como combustible
bajo el eufemismo de "valorización energética". En 2017, el Tribunal
Superior de Justicia de Andalucía lo impidió, y ahora Alwadi-ira ha recurrido
la nueva solicitud de Autorización Ambiental Integrada (AAI). La batalla legal
continúa, y con ella, la esperanza de evitar que una industria diseñada para
fabricar cemento se convierta de facto en una incineradora encubierta junto a
las viviendas de Alcalá.
Justo cuando creíamos haber
ganado algo de tiempo, surge otro proyecto sospechoso: Ecogestión de Residuos
Europa Sur, S.L. ha solicitado una AAI para una planta que procesará 235.980
toneladas anuales de residuos no peligrosos (CDR). Aunque, como siempre, el
proyecto promete controles de emisiones y aguas (monitorizando pH, DBO, etc.).
Nos dicen que no nos preocupemos.
Alcalá de Guadaíra merece algo
más que ser el vertedero industrial de Andalucía. Los éxitos judiciales y
administrativos logrados hasta ahora demuestran que la movilización ciudadana
funciona. Sin embargo, cada nueva concesión nos acerca a un punto de no
retorno, donde el deterioro ambiental podría ahuyentar a las familias, degradar
aún más el medioambiente y hacer irreversible la pérdida de nuestro paisaje.
En este escenario necesitamos un
ayuntamiento más proactivo a favor del medio ambiente. No se trata de oponerse
al progreso, sino de exigir un desarrollo que no se base en envenenar el aire y
esquilmar la tierra. La sentencia de 2017 y las recientes limitaciones
impuestas a Portland demuestran que existen alternativas. El desafío ahora es impedir
que, bajo el paraguas de la economía circular, se cuelen viejas prácticas
contaminantes.
Alcalá no está en venta.
Francisco José Gavira Albarrán
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