viernes, 1 de agosto de 2025

EL ABASTECIMIENTO DE AGUAS A SEVILLA. EL LEGADO SUBTERRÁNEO DE LA “COMPAÑÍA INGLESA DE AGUAS”. EL CASO DE LOS DEPÓSITOS, GALERÍAS Y CONDUCCIONES DE LA FUENSANTA, LA JUDÍA Y LA RETAMA.

 


A- EL abastecimiento de aguas potables de una gran ciudad.

Las primeras poblaciones que ocuparon el solar de lo que hoy es Sevilla, tuvieron como principales fuentes de agua potable el río Guadalquivir y los pozos. Estos suministros presentaban serios problemas, por una parte la salobridad, pues a la altura de la ciudad, el río se encuentra influenciado por las mareas y, por otra la salubridad, ya que la contaminación producida por los vertidos, residuos y demás desechos generados por la propia actividad humana, afectaba a la calidad de las aguas potables.

Durante la época romana, el suministro de aguas se intentó mejorar, así a las aguas del Guadalquivir, a las de pozos en la misma ciudad y a las de algunas fuentes cercanas, se unieron las del manantial de Santa Lucía desde las proximidades de la actual Alcalá de Guadaíra, en la zona conocida hoy como los Cercadillos, origen de los “Caños de Carmona”.

El problema de abastecimiento de aguas potables de Sevilla siguió siendo recurrente durante siglos, a pesar de que en el año 1574 se pondrá en explotación la fuente del Arzobispo y a mediados del siglo XIX, 1852, la de Tomares, que suministrará agua potable a Triana. Pero la fuente de Tomares bajó el rendimiento rápidamente y la del Arzobispo quedó inutilizada debido a su mezcla con aguas salobres al intentar añadir otros manantiales que no se habían analizado. Asimismo, las obras del tren acabaron vertiendo basuras en su cauce, por lo que en 1874 ya no se utilizaba.

De esta manera, a principios de 1870, la fuente principal de aguas potables para la ciudad de Sevilla eran las aguas que venían del manantial de Santa Lucía. Estas abastecían, además del Alcazar y la Huerta del Rey, a unas 2.000 casas, todas correspondientes a clases altas, aristocracia y clero, a lo que habría que sumar cuarenta y cinco fuentes públicas, para una población cercana a los 140.000 habitantes, población que no dejaba de crecer a pesar de las periódicas epidemias de cólera que sufría Sevilla, principalmente debido a la falta de higiene, escasez y mala calidad de las aguas.

 

B- El Expediente de abastecimiento de aguas para la ciudad de Sevilla de 1871. La concesión del Servicio de Aguas a Míster George Higgin Winfield.

Ante este panorama, el Ayuntamiento de Sevilla abrirá un expediente, y posterior procedimiento de concesión, para el abastecimiento de aguas el 26 de agosto de 1871. Durante la década de 1870 se convocarán distintos concursos y certámenes, se elaborarán estudios y se presentarán numerosos proyectos, pero no será hasta 1882 cuando se resuelva definitivamente el mencionado expediente, siendo seleccionado el proyecto de Míster George Higgins, que apostaba por un abastecimiento mixto, las Aguas de la cuenca del Guadaíra para consumo doméstico y las aguas del río Guadalquivir, a la altura de Las Delicias, para riego de jardines, baldeo de calles y fuentes, etc.

 

1) Condiciones Generales del Contrato de 4 de marzo de 1882.

El 4 de marzo de 1882, D. Manuel de la Puente y Pellón, Alcalde de Sevilla, en representación del Ayuntamiento, y George Higgins Winfield (1), en su propio nombre, firmarán las escrituras públicas de concesión, por 99 años, del servicio de abastecimiento de aguas a la ciudad de Sevilla.

1.- En dichas escrituras Higgins declarará que el contrato primitivo lo había realizado por orden de James Easton. (Pedro José Sánchez Gómez. Historia del abastecimiento moderno de aguas a Sevilla. La presencia inglesa en el siglo XIX (1882-1900). EMASESA. SEVILLA. 2016. p. 63)

Las condiciones generales establecidas en dicha escritura tendrán sus efectos en Alcalá de Guadaíra, ya que la empresa se obligaba a que el abastecimiento de aguas a Sevilla se llevara a cabo por el sistema mixto. En él, las aguas para uso doméstico serían captadas de la cuenca del río Guadaíra, en un principio de los manantiales de Santa Lucía, Zacatín y Fuente de la Judía, y las aguas del Guadalquivir, a la altura de Las Delicias, para riego de calles, paseos, jardines y arbolado. La empresa se comprometía a reunir todas las aguas, siendo de su cuenta y riesgo la adquisición de los manantiales necesarios, así como a elevarlas por medio de máquinas a depósitos abovedados, a llevarlas a Sevilla por cañerías forzadas de hierro y distribuirlas a la población, a la construcción de un depósito de 22.000 m3 de cabida en el Cerro del Zacatín, a presentar en seis meses un proyecto para la adquisición y aprovechamiento de manantiales en la cuenca del Guadaíra, que pudieran servir para el abastecimiento de Sevilla, etc. y finalmente, Mister George Higgins, se comprometía a suministrar 100 litros de agua potable por habitante y día, aunque la población de Sevilla fuera creciendo.

En las mismas condiciones quedó establecida la posibilidad de que Mister George Higgins pudiera traspasar la concesión a la compañía o persona conveniente, siempre con el consentimiento del Ayuntamiento, clausula de la que no tardó en hacer uso, ya que Eduardo Argenti, su apoderado, cedió la concesión de abastecimiento de aguas a Sevilla con los mismos derechos y obligaciones, a James Easton y Shaw (2), según escrituras formalizadas ante el Notario D. Idelfonso Calderón, el 15 de diciembre de 1882.

2.-  El 5 de julio de 1888 James Easton y Shaw reconocía que la adquisición la había realizado para la compañía Easton and Anderson Limited. (Pedro José Sánchez Gómez. Historia del abastecimiento moderno de aguas a Sevilla. La presencia inglesa en el siglo XIX (1882-1900). EMASESA. SEVILLA. 2016. p. 65).

El 9 de enero de 1883, se llegará a un nuevo acuerdo de transmisión de la concesión, en esta ocasión James Easton y Shaw, en realidad Easton and Anderson Limited,  traspasará la concesión a Robert Morgan Young, que actuará en representación de la compañía, aun no creada, The Seville Water Works Company Limited. En el mencionado acuerdo se establecerá que la compañía Easton and Anderson sería la empresa contratista de las obras a realizar para el abastecimiento de Sevilla, así como la explotación del servicio de abastecimiento durante los tres años posteriores a la finalización de las mismas, circunstancia que no se cumplieron hasta el año de 1899. Pedro José Sánchez Gómez. Historia del abastecimiento moderno de aguas a Sevilla. La presencia inglesa en el siglo XIX (1882-1900). EMASESA. SEVILLA. 2016.

Finalmente el dos de abril de 1883, se constituiría en Londres la compañía The Seville Water Works Company Limited con la misión de buscar financiación para las obras de abastecimiento y su posterior explotación, pero no será hasta el 9 de noviembre de 1883 cuando se formalice el acuerdo que se había alcanzado el día 9 de enero de ese año. Pedro José Sánchez Gómez. Historia del abastecimiento moderno de aguas a Sevilla. La presencia inglesa en el siglo XIX (1882-1900). EMASESA. SEVILLA. 2016.

 

 

2) Las escrituras de contrata para el abastecimiento de aguas de 12 de diciembre de 1885.

Aunque las obras para el abastecimiento de aguas fueron inauguradas el 8 de marzo de 1883, diversas circunstancias relacionadas con la financiación, falta de confianza entre concesionario y Ayuntamiento, dificultades en la obtención de autorizaciones, así como falta de claridad en algunos aspectos del contrato de concesión, provocaron el incumplimiento de los plazos que se habían fijado de manera que, el día 4 de septiembre de 1884, la “Compañía de Aguas de los Ingleses” solicitó la prórroga de los mismos para la finalización de las obras y compromisos. El Ayuntamiento se opondría en un primer momento hasta comprobar qué obras son las que se habían realizado, en qué estado se encontraban o cuáles eran las que faltaban. Realizado el informe por el ingeniero Luis María Moliní Uribarri, éste consideró ejecutadas las obras conforme al proyecto, salvo las tres cuartas partes del depósito de elevación de Alcalá, del que únicamente se había construido un depósito de 6.000 m3 cúbicos, el paso de aguas potables a Triana..., el cubrimiento de las aguas del Zacatín, La Fuensanta y la Judía, la extinción de servidumbres o la terminación del sifón de la Fuente de la Judía para atravesar el río Guadaíra.

El doce de diciembre de 1885 D. Manuel de Monti y Elizalde, alcalde de Sevilla y Thomás Pereira Wilson y Frende, apoderado de Jaime Easton Shaw, firman escrituras concediendo la prórroga. En la misma se recogerán una serie de acuerdos que repercutirán en Alcalá de Guadaíra, como son la de reducir la cabida del depósito denominado Cerro de Zacatín a 12.000 m³, así como la construcción de depósitos inferiores cubiertos de 6.000 m3 de cabida para recoger las aguas de Santa Lucía, Zacatín y La Judía, la instalación de una tercera máquina de 150 caballos, una tercera caldera y segunda cañería de elevación al depósito general, la realización de acueductos cubiertos y cañerías desde los nacimientos de los manantiales del Zacatín, la Fuensanta y la Judía o la  terminación del sifón de la fuente de la Judía.

El acuerdo establecerá que el plazo de prórroga sería de un año, salvo para la construcción del depósito del Cerro de Zacatín que será de hasta 10 años.

A lo largo de 1886 se irán aprobando los proyectos de obras para la cubrición de los manantiales de la Judía y la Fuensanta, los depósitos bajos de Zacatín y de La Judía, la incorporación de las aguas del Zacatín al abastecimiento de Sevilla, etc. Pero los problemas no cesan y las obras no avanzan con la rapidez debida, pues aún no se habían presentado, y ya estaba fuera de plazo, el proyecto del depósito bajo del manantial de Santa Lucía, de 3.000 m3 de capacidad, así como la ampliación del depósito general con otro igual al existente de 6.000 m3. Por lo que el 11 de febrero de 1887, el Ayuntamiento toma el acuerdo de comunicar a la empresa la obligación de presentar el proyecto de depósito de Santa Lucía antes del 30 de abril de ese año, así como ampliar el depósito general cuando llegue el momento y acreditar que se hubieran extinguido las servidumbres que existían sobre los manantiales, no dudando en amenazar con la resolución de la concesión de no llevarse a buen término las demandas.

La falta de autorización al proyecto de un tercer depósito, ocasionará el atraso en las obras. No fue hasta el día 7 de julio de 1897 cuando se otorga a la empresa el permiso para construir, en un periodo de dos años, el depósito de “Santa Lucía”, aunque aumentada su capacidad a 4.131 m3.

Igualmente, en 1897 se autorizará la incorporación al abastecimiento de Sevilla de los manantiales de Las Aceñas, que será efectivo en 1899, y los de la Cañada de Otivar, todos ellos después de haber analizado sus aguas, aunque la incorporación de Otivar no se hará efectiva hasta 1903.

 

3) Bases de la Escritura de transacción de 18 de febrero de 1901.

El 18 de febrero de 1901, se acordarán  unas nuevas bases entre el Ayuntamiento de Sevilla y la empresa. En esta ocasión se entiende que la empresa concesionaria era The Seville Water Works Company Limited, y entre otras cuestiones, la empresa se comprometía a construir en el plazo de dieciocho meses el depósito bajo de 4.131 m3 para recoger las aguas de la fuente de Santa Lucía (3), así como realizar las obras proyectadas y aprobadas para traer a Sevilla las aguas procedentes del manantial denominado “Cañada de Otivar”.

3.- El 5 de agosto de 1902 aún no se había construido dicho depósito, según se desprende del Reglamento general para el uso, servicio y distribución de aguas potables, de riegos e incendios.

Si bien el Reglamento General para Uso, Servicio y Distribución de Aguas Potables se aprueba el 5 de agosto de 1902, unos días después, el sábado 23 de agosto de 1902, se hace mención en el periódico madrileñoLa Correspondencia de España”, a la visita que realizaría una comisión del Ayuntamiento de Sevilla a Alcalá, para comprobar sobre el terreno si la empresa de aguas había cumplido lo pactado en las escrituras de 18 de febrero de 1901, ello después de haber sido tratado el tema profusamente el día 19 de agosto de 1902, en el mismo medio, y el acuerdo de iniciar expediente de caducidad, que lógicamente no llegó a aprobarse.(4)

4.- La Correspondencia de España”, 23 de agosto de 1902.

La cuestión de las aguas.

Sevilla 22,1,30 m.

La Comisión especial de aguas ha celebrado una reunión que ha durado cuatro horas.

Los comisionados, que regresaron esta tarde de Alcalá, dieron su Informe.

Después acordó la Comisión proponer al Ayuntamiento la caducidad de la concesión.

El asunto se discute acaloradamente en todos los centros.SEDANO.

 

Sevilla 22, 4,30 t.

El cabildo municipal acaba de acordar por unanimidad que se forme expediente de caducidad de la concesión hecha a la empresa abastecedora de aguas, nombrando además una Comisión permanente para inspeccionar los servicios durante la tramitación del expediente.

 

4) Escrituras de Transacciones de 26 de octubre de 1912.

Una década más tarde, el 26 de octubre de 1912, serán firmadas por el alcalde de Sevilla, D. Antonio Halcón y Vinent y D. Juan José Bithell y Bithell, director apoderado de la compañía “The Seville Water Works Company Limited”, que por primera vez aparecerá nombrada como empresa concesionaria, unas nuevas  escrituras de transacciones.

En las bases de estas escrituras se establecerán nuevos compromisos y obligaciones, entre otros, que todas las aguas suministradas tendrían dos orígenes, las aguas de manantial de la cuenca del río Guadaíra y aguas filtradas del Guadalquivir, cuyo emplazamiento para la toma se fijaría en las cercanías de la Algaba y de la desembocadura de la ribera de Huelva (5), asimismo a que unas y otras fuesen distribuidas por cañerías independientes, a practicar un aforo de todos sus manantiales que abastecían Sevilla, en demostración de disponer de un volumen de agua superior a 50 litros por habitante y día (6), a poseer en todo tiempo un caudal de aguas de manantial y filtradas del Guadalquivir suficiente para garantizar una dotación mínima de 175 litros por habitante y día, así como a adquirir en propiedad y en un justo precio, aquellos otros manantiales de la cuenda del Guadaíra que ofrecieran condiciones técnicas, y cuya explotación no afectara al rendimiento de los demás manantiales, obligación que se daría por cumplida cuando el volumen de agua de que la compañía fuese propietaria resultase suficiente para mantener una dotación permanente de 60 litros por habitante y día, para cuyo computo no se tendría en cuenta el manantial de Santa Lucía.

5.- Esto implica llevar a cabo el proyecto de completar el servicio con aguas del Guadalquivir después de filtradas y purificadas, para lo cual se le concede a la Compañía un periodo de cuatro meses para presentar el proyecto, obras que no finalizarán hasta el año 1926.

6.- El aforo de los manantiales empleados para abastecimiento de Sevilla se había realizado ya en 1911 dando un volumen total de aguas que excedía de 50 litros/habitante/día.

ACTA DE AFORO:

El acta de aforo se realizó durante los días 26, 27 y 28 de octubre de 1911 dando como resultado el siguiente volumen de aguas por manantiales:

                              - Zacatín 1500 m3.

                              - Pequeños manantiales de Zacatín 80 m3.

                              - Fuensanta y Retama 1634 m3.

                              - Galería central de la Fuensanta 617 m3.

                              - Manantiales de las Aceñas 2516 m3.

                              - Pozo de Otivar 278 m3.

                              - Galería de Otivar 746 m3

                              - Manantiales de Clavinque 3000 m3

                                                                          TOTAL: 11.208 M3

         

Igualmente, la compañía aseguraba ser propietaria, al menos, de los manantiales de Zacatín, La Judía, La Fuensanta y Otivar y tener arrendado desde 1899, los manantiales de Las Aceñas, así como ser propietarios de una parte de los terrenos de Clavinque, cuyo primer pozo comenzó a funcionar en 1906.

En las mismas escrituras se mencionan las servidumbres de los manantiales: el Zacatín tenía como servidumbre un lavadero público con doce pilas, un abrevadero con tres y una charca para ganado de cerda; la Judía una fuente pública y la Fuensanta un abrevadero y un pequeño grifo del Vivero del Estado y el riego de este vivero tres días a la semana, desde la salida del sol hasta las dos de la tarde.

                   

5) El rescate del servicio de abastecimiento de aguas por el Ayuntamiento de Sevilla y el nuevo sistema de abastecimiento.

El abastecimiento de aguas a Sevilla siguió siendo muy deficitario, agravándose durante los veranos y especialmente cuando se sucedían años secos, lo que provocaba importantes protestas de los vecinos (7).

7.- llegando la situación a ser noticia en periódicos como la publicada en La Voz, Madrid, 26 de febrero de 1924.

Llegan ya a límites intolerables los abusos que la Empresa abastecedora de aguas de SevillaThe Seville Water Works Company Limitedestá cometiendo con el vecindario. Sería indigno tolerar por más tiempo que la The Seville, etc., etc., continúe explotando la dejación de derechos que ayuntamientos anteriores le abandonaron en alegre camaradería. Hay que reaccionar ante la mansedumbre musulmana a que el vecindario se ve constreñido por la indefensión en que lo dejaron los regidores que han venido desgobernando a la ciudad.

...

Ha sido una cadena de abusos, explotaciones e iniquidades las que durante cuarenta largos años venimos soportando, sin que nadie se haya atrevido, en un rasgo de dignidad ciudadana, a romper esa cadena, que parece condenarnos a perpetuo suplicio. Para hacer un ligero proceso de los enormísimos abusos de que viene siendo paciente víctima el vecindario, habría que ocupar extenso espacio.

...

La Empresa explotadora del servicio de aguas cobra un canon de caño libre a todas las casas, y ni en las épocas en que, por la abundancia de lluvias, era de suponer que tuviera abastecidos sus manantiales, da agua a caño libre más de una hora diaria...

...

En las diferentes visitas de inspección hechas por técnicos municipales a los manantiales y pozos que abastecen a Sevilla se descubrieron verdaderas enormidades y atentados contra la higiene y la salud pública. Cerca de algunos pozos había lavaderos públicos. En otros se filtraban las aguas fecales de los pozos negros en las conducciones de abastecimiento. Ratas, galápagos, lagartos vivos, animales en putrefacción y toda clase de inmundicias infectaban los pozos y tuberías del agua. En la estación veraniega, en que la Empresa no da más que unas gotas de agua para el consumo público, captaba el preciado líquido en los manantiales de Alcalá para venderla con destino al riego de huertas. Ha consentido, cobrándolo, como es natural, el acoplamiento directo de motores a las tuberías de abastecimiento para usos industriales, motores que absorben enorme caudal de agua. Y, por fin, a modo de colofón al largo capítulo de abusos, erigiéndose la Empresa inglesa en dueña y señora"Rule, Britania", con descaro inaudito, impone ahora el alza en las tarifas de suministro a fincas que no consumen ni una gota más de la exigua cantidad que les viene dando.

 

Tras la Exposición Iberoamericana de 1929, y debido al aumento demográfico, al gran desarrollo urbano de Sevilla y a la continuidad en los problemas del abastecimiento de aguas, surge una importante corriente en la sociedad sevillana que abogará por la necesidad de la intervención pública en el servicio de aguas. Así, en el año 1937 se construye la presa de derivación de La Algaba para captar las aguas de mejor calidad del río Rivera de Huelva en su desembocadura en el Guadalquivir, con la que se quiere sustituir el agua suministrada a través de la red de aguas filtradas. Igualmente, a principios de los 40, el Ayuntamiento decide construir el pantano de La Minilla, en el mismo río Rivera de Huelva, aguas arriba de la presa de derivación, aunque debido al coste de la obra, la misma no se completará hasta que el Estado asuma su ejecución, por medio del Decreto de 31 de marzo de 1950.

El origen del abastecimiento actual de Sevilla se encuentra en la construcción del embalse de La Minilla, la estación de tratamiento y el depósito de cabecera de El Carambolo, lo que supondrá, por un lado, el inicio de la gestión pública del servicio de abastecimiento de aguas y, por otro, el cambio definitivo en la dirección de los flujos de agua, pues a partir de ahora el abastecimiento de la ciudad dependerá básicamente de las aguas de Sierra Morena.

Finalmente, en el ABC”, de 4 de agosto de 1956 aparecerá publicado que en el día de ayer el pleno municipal, siendo alcalde de Sevilla el Marqués del Contadero, aprobó la reversión a la ciudad del agua de los ingleses por 13.324.393,23 pesetas”, reversión que tuvo efectos del día 1 de enero de 1957”. Dándose por finalizada la concesión de abastecimiento de aguas a Sevilla que la “Compañía Inglesa de Aguas” gestionó durante casi 75 años.

 

C- Sistema de captación de aguas y depósitos Fuensanta-La Judía.

Los trabajos realizados por la compañía Easton and Anderson, dirigidos a abastecer a la ciudad de Sevilla de aguas potables, dejarían en Alcalá de Guadaíra un ingente patrimonio en forma de depósitos de agua, estaciones de bombeo, galerías y canalizaciones, siendo los más conocidos la estación de bombeo del Adufe y el depósito del cerro de Zacatín, hoy conocido como Adufe Alto, con 6.000 m3 de capacidad. Hubo otras grandes obras realizadas a lo largo del término municipal de Alcalá, menos conocidas, como la galería-depósito de Otivar, con más de 1.500 m. de longitud, la estación de bombeo de Cajul o el depósito de aguas del Zacatín, con 1.500 m3 de capacidad. Pero si hay un lugar que destacar por estas enormes infraestructuras hidráulicas, ésta es la zona conocida hoy como La Retama.

Míster George Higgins y James Easton, ya eran propietarios de los manantiales de La Fuensanta y de La Judía, además de los manantiales de Zacatín, con anterioridad a la concesión del servicio de abastecimiento de aguas a Sevilla, por lo que fue en la zona conocida hoy por La Retama donde primero comenzaron los trabajos de la compañía en Alcalá de Guadaíra.

Las obras consistieron en captar las aguas del manantial de la Fuensanta y La Judía, así como otros pequeños manantiales, lo que provocaría la parada de los dos molinos de Badalejos, aunque algunas servidumbres se tuvieron que mantener, como hemos podido ver en las escrituras de 1912.

Este trabajo se concreto en un doble sistema de galerías-canalizaciones y depósitos que en su inicio recorren la Cañada de la Fuensanta, captando las aguas de La Fuensanta y La Judía para llevarlas hasta la estación de bombeo de El Adufe.




1) Manantiales de la Fuensanta.

Estos manantiales correspondían a una mina de agua que abastecería a los molinos de Badalejos (8) y que, igualmente, servirían para el riego de la huerta de la Torrecilla, de la Fuensanta y el vivero del Estado.

8.- Pedro José Sánchez Gómez. Historia del abastecimiento moderno de aguas a Sevilla. La presencia inglesa en el siglo XIX (1882-1900). EMASESA. SEVILLA. 2016. P. 49

“La reunión de las aguas de la Fuente de la Judía, y Molinos de Badalejos no es tan fácil como la anterior. Esta agua salen de una mina perforada en los cerros del lado izquierdo del río Guadaíra, casi enfrente del antiguo Castillo y del molino del Arrabal, y después de correr en cauce abierto una distancia de unos 640 metros faldeando el pie de los cerros, se unen con las aguas que nacen en el manantial conocido por el nombre de “Fuente de la Judía”.

Las obras de captación de estos manantiales comenzarían en el año 1883. Aunque en un principio las aguas siguieron discurriendo a cielo abierto, como se desprende del informe del ingeniero Luis Moliní, y por ello en las bases de escrituras de 12 de diciembre de 1885 se comprometen a cubrirlas, no será hasta 1886 cuando presenten los proyectos de cubrición y, puesto que se comprometieron a realizar las obras en un periodo de un año, estas se ejecutarían entre 1886 y 1887.

El sistema denominado Manantiales de la Fuensanta, de algo más de 1.500 m. de longitud, constaba en cabecera de una galería de 400 m., donde aún hoy es posible observar en el exterior su trazado gracias a seis de los pozos o lumbreras que servían para acceder a su interior en los momentos que era necesaria la limpieza o reparación de la galería. En su interior se pueden observar distintos tipos de trabajos desde galería excavada en la roca madre, tramos de galería revestidas de ladrillos con bóveda de cañón y amplios tramos enlucidos con argamasa de cal y albero, igualmente rematado con bóveda del cañón. Los tramos finales se encuentran muy deteriorados. La altura en los tramos mejor conservados es de 1.80 cm. y la anchura varía entre 80 cm. y 90 cm.

En general presenta un importante deterioro, causado principalmente por la acción destructora de las raíces de los árboles del exterior, eucaliptos, que se plantaron en la zona, posiblemente, en los años sesenta.



Las aguas de esta conducción llegaban al lugar en que originalmente manaba la fuente de La Fuensanta. En él se instaló un pequeño depósito decantador desde el cual, mediante tuberías de 175 mm de diámetros, eran dirigidas hasta un registro situado junto a los molinos de Badalejos y Fuente de la Judía. Continuaban por una tubería de 300 mm de diámetro hasta el depósito de La Judía, que se encuentra al pié del cerro de Villalba, en la huerta del Peñón, cerca ya del molino de Realaje, desde donde una tubería y sifón conducían las aguas a través del río Guadaíra hasta el Adufe.

Hacemos mención al hecho de que en las proximidades de la fuente de la Fuensanta existía un abrevadero público, que probablemente es indicado por la existencia del topónimo Los Bebederos, por lo que La Compañía de Aguas hubo de dejar una servidumbre, como ya hemos mencionado.

 

2) Galería Central de la Fuensanta.

El segundo sistema de conducciones, denominado Galería Central de la Fuensanta, de unos 1.850 m., se compone de una galería principal en cabecera, con una longitud de 500 metros aproximadamente, que discurre paralela al camino de La Retama. De esta galería sale a su derecha un ramal perpendicular de unos 140 metros en cuyo inicio, y en el exterior, se puede ver aún un poste señalizador con el anagrama NO X DO, de los que aún es posible ver junto a la Fuente de la Judía y al depósito del mismo nombre. A continuación de la galería principal una tubería de 300 mm de diámetro y unos 600 metros de longitud la conectaba con el depósito de Villalba.

La Galería es de bóveda de cañón enlucida con argamasa de cal y albero, salvo en su tramo inicial que esta excavada en la roca viva, con la particularidad de la existencia en este tramo inicial de una galería elevada de unos 50 metros de longitud.

En el caso de la Galería Central de la Fuensanta el estado de conservación es aceptable, aunque en algún tramo se puedan observar grietas preocupantes en las paredes, debido fundamentalmente a que el trazado de la misma discurre, durante buena parte de su recorrido, paralelo al camino de La Retama y éste se ha visto afectado gravemente por la acción erosiva de las lluvias, que han incidido negativamente, provocando un alarmante socavón que está afectando al interior de la galería. En este caso, en el exterior existe un olivar cuyas raíces no han llegado a afectar a la estructura, salvo en un punto de la misma, perpendicular a la principal, donde se aprecia cómo penetran en el interior raíces de un eucalipto próximo, aunque sin afectar gravemente a la galería. Igualmente es posible ver en su interior, a la altura de los pozos de entrada, amontonamientos de rocas y basuras.

Ésta se encuentra seca en todo su recorrido, debido posiblemente a que en la cabecera de la cañada de la Fuensanta se han perforado numerosos pozos para riego de cultivos y para suministro de la urbanización de Torrequinto.

Al igual que el anterior sistema, las obra se iniciarían en 1883, pero salvo los primeros metros de la cabecera, excavados en roca viva, la mayor parte del trazado de estas conducciones fue excavado a cielo abierto y posteriormente, como consecuencia de los compromisos de 1885, se labró la galería y se colocaron las tuberías para evitar su contaminación y mejorar su calidad.

Las aguas de ambas conducciones, en un principio, eran dirigidas hacia el depósito de La Judía, y desde este lugar, mediante un sifón que salva al río Guadaíra, llegaban a la estación elevadora del Adufe, desde donde se bombeaban hasta el depósito denominado actualmente Adufe Alto, de 6.000 m3 de capacidad, que se encuentra en el cerro del Adufe, llamado en aquel momento de Zacatín y desde allí, por gravedad, eran enviadas hacia Sevilla mediante una tubería de 533 mm de diámetro.




3) Depósito de La Judía.

Como hemos visto, en un primer momento, el proyecto de abastecimiento de aguas para la ciudad de Sevilla únicamente contemplaba la construcción de un gran depósito de 22.000 m3 pero, tras el informe de Luis Moliní, se acordó reducir la capacidad de éste y a cambio se propuso la construcción de tres depósitos inferiores con una capacidad total de 6.000 m³, con la función de recoger las aguas de los manantiales de Zacatín, La Judía y Santa Lucía, concediéndose un año, a partir de la firma de las escrituras de 1885, para su construcción.

Ya se ha comentado cómo, a lo largo de de 1886, se presentaron y aprobaron varios proyectos, entre otros el del depósito de La Judía y el de Zacatín, ambos con una capacidad de 1.500 m3 de capacidad.

El depósito de La Judía es un claro ejemplo de construcción de estilo industrial victoriano, en el que prima la utilidad como almacén de agua, sin dejar de poseer una gran belleza arquitectónica. 

En su interior podemos ver un gran despliegue arquitectónico a base de pilares de ladrillo y arcos rebajados, destacando en su factura los refuerzos interiores de las paredes laterales. La funcionalidad de estos refuerzo sería soportar las presiones exteriores que recibe el vaso en su pared lateral Este, ya que se encuentra excavado, en parte, sobre un meandro del río Guadaíra. Estos refuerzos quizás, hubieran podido evitarse en el lateral Oeste, excavado en roca calcarenítica, pero creemos que por estética se siguió el modelo de la pared opuesta. Igualmente se aprecia el enlucido que impermeabiliza el vaso con cemento portland, justo hasta el rebosadero de volumen máximo. Así mismo, al igual que el resto de los otros depósitos construidos en Alcalá por los ingleses, está labrado en su totalidad a base de ladrillos del tipo “Ingles nº 2”. 

El depósito tiene una longitud interior, Este - Oeste, de 16,05 m. y de 36,50 m., Norte . Sur, lo que supone una superficie interior en planta de 585,83 m2. El volumen de agua que podía acumular viene delimitado por un rebosadero a 2,45 m. de altura, lo que nos aporta una capacidad de 1.435,27 m3., cifra que se aproxima a los 1.500 m³, recogidas en los documentos analizados. 

La poca altura del depósito vendría dada por la propia altura inicial de los manantiales captados, así como al lugar de construcción, muy cercano a los límites de crecidas del río y a las margas que componen los suelos, fuera ya de las calcarenitas que le daban la solides y seguridad. 

Los tubos de las salidas de agua de 6 pulgadas (15,20 cm.),  que se dirigen a la casa de bombas, están marcados tanto con las siglas de la empresa inglesa suministradora C&CO. como por las de la empresa SWW, estas marcas se realizaron en la fundición de origen para el destinatario. 

El depósito se encuentra en un estado de conservación óptimo, en ello ha influido la falta de vegetación arbórea en su superficie y en sus alrededores. Sin embargo, su cercanía al río Guadaíra y al azud de Realaje pueden suponer un peligro potencial, ya que en los momentos de crecida del río, y debido a la fuerza de las aguas y el impacto de los materiales arrastrados, se está favoreciendo la erosión del meandro sobre el que se asienta, siendo visibles en la actualidad parte de los desagües y aliviaderos y desagüe de limpieza del depósito en la barranca del río.

El exterior presentaba siete chimeneas de sección cuadrada, con cierta estética arquitectónica, que nacían directamente de la cubierta y remataban en un adorno en forma de pirámide. Estas chimeneas presentaban en los laterales huecos para su aireación. Igualmente sobresalían de la cubierta dos pequeños cubos con sus tapas de fundición que corresponden a las bocas de acceso, en su interior quedaban alojadas las escalerillas de hierro fundido, similares a la de los barcos. Actualmente solo quedan las barandillas laterales pues los peldaños se han deteriorado y caído al suelo.


 


4) Depósito de Villalba y galería-depósito del cerro de Villalba.

a- Depósito de Villalba (Santa Lucía).

Como hemos visto, la “Compañía Inglesa de Aguas” se comprometió a la construcción de tres depósitos inferiores con una capacidad total de 6.000 m3,  en un plazo de un año a partir de la firma de las escrituras de 1885.

Estos depósitos serían Zacatín y la Judía, de 1.500 m3 cada uno, y el de Santa Lucía, de 3.000 m3, pero la falta de autorización al proyecto del tercer depósito ocasionará el atraso en las obras. El 7 de julio de 1897 se otorgará a la empresa el permiso para construirlo en un período de dos años, aunque aumentada su capacidad a 4.131 m3.

Por su parte, en las escrituras de 1901 vuelve a aparecer, entre otras cuestiones, el compromiso de la empresa para construir en el plazo de dieciocho meses el depósito bajo, de 4.131 m3, para recoger las aguas de la fuente de Santa Lucía, si bien, el 5 de agosto de 1902 aún no se había construido, según se desprende del artículo 15, del Capítulo Tercero del “Reglamento General para el Uso, Servicio y Distribución de Aguas Potables, de Riegos e Incendios”.

En el año 1907, en el plano de “Distribución, Galerías, Casas-Máquinas, Depósitos y Cañerías de Comunicación”,(9) aparece construido el tercer depósito,  denominado de Villalba, con una capacidad de 4.500 m3. Pudiera parecer que, en algún momento entre 1902 y 1907, hubo un cambio de planes, desistiéndose de la construcción del depósito de Santa Lucía y construyéndose el de Villalba. Si observamos el plano de la “Sección desde la Casa-Máquina a la Huerta de Villalba”, de 1891, podemos comprobar que el depósito al que se hace referencia en la Huerta de Villalba es denominado de Santa Lucía. Es probable que con el tiempo, se cambiara el nombre del depósito por el del lugar donde se construyó.

9.- EMASESA, Tubo 323-IECA1988083318.

Por otro lado, parece haber ciertas diferencias de capacidad, ya que en un principio debería ascender a 4.131 m3 y en 1907 aparece ya con 4.500 m³. Dicha diferencia es debida a que el depósito de Villalba está conectado con la Galería de Villalba que completa la capacidad del tercer depósito.






El Depósito de Villalba es totalmente hipogeo, apreciándose sólo la escotilla para el alojamiento de la tapa de hierro fundido que lo cierre . Esta escotilla sirve de apoyo a la escalera de hierro que da acceso a su interior. Mantiene los 30 respiraderos de hierro fundido, de 9 pulgadas de diámetro (22,86 cm.), visibles en el exterior unos 37 cm., para la aireación del depósito, coronadas por sombrerillos cónicos de chapa. Los restos de algunos de ellos se encuentran, aún hoy, acumulados en el interior, pues en algún momento fueron retirados para taparlas con hormigón.

El interior del depósito tiene unas medidas de 34,00 metros de longitud Este-Oeste, por 48,65 metros en la dirección Norte-Sur, lo que supone una superficie de 1.654,10 m2., totalmente nivelado y flanqueado por las cuatro paredes que forman el vaso. Toda la construcción, a excepción de las pilastras en piedra arenisca y los elementos secundarios de conducción y desagüe, así como el tubo de nivel máximo, que son de hierro fundido (10),  está ejecutada con ladrillos industriales de estilo “inglés nº 2”, que posiblemente fueron fabricados en Triana.

Los tubos de fundición fueron fabricados por la empresa COCHRANE & CO. (3) por encargo de Edward F. Johnston, representante apoderado de James Easton (Easton & Anderson), directamente en Middlesbrough.

Cabe destacar la construcción de las 99 pilastras interiores, a modo de columnata para soporte de la cubierta, fabricadas en piedra arenisca de color blanco de gran solidez. Cada una de ellas se compone de 4 elementos, una pieza cuadrada como base, dos sillares como fuste y una pieza como capitel y arranque de arcos. Igualmente es de interés el hecho de que las paredes del depósito, hasta donde podía llenarse de agua, están impermeabilizadas con cemento portland.

En la actualidad se aprecia cierto deterioro que se evidencia en algunas fisuras que se están originando en la estructura, debido a las raíces de los eucaliptos que lo rodean por la parte Oeste y Norte.

Igualmente, es de destacar que, debido al cierre de los respiraderos en los años 70 del siglo pasado, el ambiente de humedad y el continuo goteo están formando concreciones que originan ciertas disoluciones que al precipitar, afean y debilitan la gran cubierta de ladrillos.

(10) Pedro José Sánchez Gómez:”Historia del abastecimiento moderno de aguas a Sevilla”,  2016,  pp. 68-69.

(11) Ibid., pp. 69-70.

(12) Ibid., pp. 68-69.

 


b- Galería-Depósito del cerro de Villalba.

Desde el depósito de Villalba parte una galería-depósito de 350 m. de longitud, que horada el cerro del mismo nombre, hasta finalizar en un registro. Desde este lugar, una tubería-sifón de 450 mm de diámetro y 200 m. de longitud, atraviesa el río Guadaíra hasta conectar con la casa-máquina del Adufe.

La hemos denominado galería-depósito, por estar hecha con el fin de servir de depósito y de conducción del agua. Con una anchura media de 0,87 m. presenta a ras de suelo 0,60 m., a 1 metro de altura 0,80 m., a 2 m. de altura 0,96 m. a 3 m. de altura 1,00 m. de ancho y a su altura máxima de 3,40 m. 0,98 m. de ancha. Los trabajos de excavación llevados a cabo supusieron la extracción de 1.035,3 m³ de roca. A su vez se horadaron 9 pozos-lumbreras de 0,90 m. por 1,00 m., cada 30 metros, y con  alturas que van desde pocos metros de profundidad en sus extremos hasta más de 30 m. en la parte central del cerro de Villalba. El volumen total de roca extraída sería de 1.300 m³, volumen muy superior a la capacidad de almacenaje de aguas, unos 500 m3

 


 CONCLUSIONES:

Las obras que desde finales del siglo XIX hasta principios del siglo XX, llevó a cabo la “Compañía Inglesa de Aguas”, para la captación de manantiales y  abastecimiento de aguas potables a la ciudad de Sevilla, dejaron en el término municipal de Alcalá de Guadaíra un ingente patrimonio industrial subterráneo en forma de conducciones de agua, galerías y depósitos. La zona conocida actualmente como La Retama destaca sobre las demás en cuanto a concentración de estos bienes. En ella, para la captación de los manantiales de la Fuensanta y La Judía, se construyó un doble sistema de galerías y conducciones de aguas, así como dos depósito, el de La Judía, de 1.500 m³ de capacidad, y el complejo galería-depósito de Villalba, de 4.500 m³ de capacidad.

Este patrimonio hidráulico se encuentra actualmente en desuso, olvidado y abandonado de sus propietarios. Presenta un lento pero imparable proceso de deterioro, apenas perceptible desde el exterior, que comenzó una vez que las instalaciones dejaron de tener uso, cesando su mantenimiento. Las plantaciones de eucaliptos han tenido un gran impacto en el sistema, ya que sus raíces han penetrado en su interior, llegando a colapsar algunos tramos de galería. Así mismo, a estos problemas hay que unir el robo de los elementos metálicos y la destrucción de muchos de los hitos indicadores de su existencia, lo que ha supuesto la pérdida de un importante material histórico y permitido la entrada y acumulación de basuras en su interior. Para finalizar, también se han visto afectados por la falta de previsión en los proyectos de obras municipales, dándose el caso de que en la actualidad existe un aparcamiento de coches en parte de la cubierta del depósito de Villalba, con el potencial peligro de derrumbe.

Como consecuencia consideramos urgente la adopción de medidas encaminadas a la protección de estos bienes, hoy día dependientes de EMASESA. Para ello planteamos actuaciones a corto plazo como.

- La tala de los eucaliptos, que se encuentran sobre las galerías o cercanos a los depósitos, evitando así que continúe avanzando la acción destructora de las raíces.

- Eliminación del aparcamiento sobre el depósito de Villalba, así como ampliación del perímetro de su vallado y el de La Judía.

- Habilitando nuevamente los respiraderos originales de los depósitos, lo que supondría una mejora de la atmósfera interior, evitando condensaciones y eflorescencias de sales procedentes de la descomposición de los elementos constructivos, que pueden provocar el debilitamiento de las estructuras.

 - Limpieza de basuras y raíces del interior de los depósitos, respetando las frágiles concreciones y pátinas que en los últimos decenios han aparecido en el interior.

Otras medidas de más calado, como la limpieza y consolidación de algunos tramos de las galerías, su recuperación o reconstrucción, podrían quedar a la espera de un necesario informe que dé a conocer la situación real en la que se encuentran los distintos elementos. Todo ello sin dejar de lado actuaciones encaminadas a explorar la posible protección legal de este patrimonio industrial, como pudiera ser su inclusión en el Catálogo de Patrimonio Histórico de Andalucía como Lugar de Interés Industrial, al amparo de la Ley 14/2007, en este caso en unión a la estación de Bombeo de El Adufe y los depósitos de Adufe Alto y Zacatín.

Por otro lado consideramos necesario medidas que den a conocer su existencia, y para ello, al igual que en el caso de su protección, se pueden tomar medidas a corto plazo como visitas guiadas por el exterior; colocación de elementos explicativos o publicación de documentación histórica referente al proceso de construcción y, así mismo, una vez esté elaborado el informe de su estado, se podrían ampliar los estudios y analizar la viabilidad de realizar visitas y otras posibles actividades en su interior.

 

Bibliografía y documentos usados:

          - Copia de la Escritura General del Abastecimiento de Aguas de 1882.

            - Copia de la Escritura de Contrata para el Abastecimiento de Aguas de 12 de diciembre de 1885 y Bases.

            - Bases de la Escritura de Transacción para el Abastecimiento de Aguas de 18 de Febrero de 1901 y Reglamento General para el Uso, Servicio y Distribución de Aguas Potables de riegos e Incendios. De 5 de agosto de 1902.

            - Escritura para Complementar el Abastecimiento de Aguas de Sevilla de 26 de octubre de 1912 y Reglamento General para el Uso, Servicio y Distribución de Aguas Potables de riegos e Incendios. De 5 de agosto de 1902 y Bases.

            - Acuerdos adoptados por el Excelentísimo Ayuntamiento relativos al abastecimiento de aguas y sus incidencias.

            - Aparicio Carrillo. M.D. 1990. El Agua en Sevilla. Sevilla. EMASESA. Guadalquivir, S.L. Ediciones.

            - Consuelo Giansante, Ricardo Marqués Sillero, Leandro del Moral Ituarte, Carlos Pérez Bonilla y Fernando Sancho Royo. 1998. El sistema de abastecimiento de agua de Sevilla: análisis de situación y alternativas al embalse de Melonares.

- Leandro del Moral Ituarte. 2008. Riego o navegación: la cuestión de la reserva del caudal en el río Guadalquivir.

            - Leandro del Moral Ituarte. Sevilla 1991. La obra Hidráulica en la cuenca baja del Guadalquivir (siglos XVIII-XX). Gestión del Agua y organización del Territorio.

            - Leandro del Moral Ituarte. 2008. Riego o navegación: La cuestión de la reserva del caudal en el río Guadalquivir.

            - Teresa Costa Campí. 1982. La Financiación exterior del capitalismo español en el siglo XIX. Barcelona.

            - Pedro José Sánchez Gómez. Historia del abastecimiento moderno de aguas a Sevilla. La presencia inglesa en el siglo XIX (1882-1900). EMASESA. SEVILLA. 2016.

- Rodríguez Garay, J. 1909. Abastecimiento de aguas de las poblaciones: Abastecimiento de Aguas de Sevilla. Memoria premiada por el Ateneo y Sociedad de Excursiones de Sevilla en los juegos florales de 1909.

 

José Rodríguez Díaz y Antonio Gavira Albarrán

I Congreso de Historia y Cultura de Alcalá de Guadaira. 2018. pp. 505-532 






 

 

 

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