lunes, 25 de mayo de 2020

5ª Ruta: Camino de La Retama y Pelay Correa


Esta ruta tiene una longitud de unos ocho kilómetros y es de baja dificultad. El tiempo estimado para hacerla es de tres horas.

Molinos de Pelay Correa

Comienza nuestro recorrido en la Plaza del Perejil, desde donde partiremos para pasar bajo el antiguo paso elevado del tren de los panaderos y cruzar el puente viejo, de posible origen romano, que fue restaurado en época de Carlos III (segunda mitad del siglo XVIII). Una vez cruzado el puente, tomaremos el camino de La Retama, que queda a su derecha.
Plaza del Perejil, con el viaducto del tren al fondo


Puente de Carlos III

Este camino atraviesa por un pequeño olivar, dejando el río a la derecha, al otro lado del río podemos observar el arco de la calle Ancha o de San Fernando, al final de una coracha.
Siguiendo esta ruta llegaremos a la altura de unos naranjos, donde se encuentra una antigua estación de bombeo de agua hacia el depósito del castillo. El camino, que sigue el curso del río, cruza un pequeño manantial, denominado El Negro, dando una brusca curva a la derecha. En esta orilla, el río muestra cierta vegetación: álamos, olmos, cañas, carrizos, etcétera. Al otro lado del río podemos ver restos de lo que fue la puerta de la Barqueta, y algo más adelante restos de la antigua muralla y las ruinas del molino del Arrabal, molino harinero de origen árabe, cuya azuda fue destruida en los años setenta.
Antigua estación de bombeo
Restos del molino del Arrabal
Algo más adelante, el camino gira a la izquierda y nosotros lo tomaremos internándonos en Torrondo, entre eucaliptos y un pequeño olivar (al pasar este olivar, merece la pena volver la vista atrás y admirar el castillo de Alcalá sobresaliendo entre los altos eucaliptos), hasta llegar a la vía pecuaria Cordel de Pelay Correa.
Castillo
Vía pecuaria cordel de Pelay Correa, con el arroyo de Los Sastres a la izquierda
Al incorporarnos a dicho cordel, tomaremos a la derecha e iremos descendiendo aproximadamente un kilómetro, teniendo a nuestra derecha el olivar de la hacienda de Los Ángeles, y a nuestra izquierda unas naves de ganado y tierras de cultivo.Pronto nos encontraremos con un pequeño arroyo casi seco que seguiremos hasta su desembocadura en el río Guadaíra. Se trata del arroyo de Los Sastres, el cual presenta poca vegetación y, solo en su tramo final, podemos ver algunas cañas, adelfas y olmos. Es aquí donde el cordel que seguimos muestra mayor anchura y vegetación: algún acebuche, coscojas, zarzas, rosales, majuelos, palmitos, aulagas, retamas, esparragueras…
Al llegar al río veremos al otro lado la barriada Venta de la Liebre y, a la derecha, a unos doscientos metros río arriba, los dos molinos de Pelay Correa. El más antiguo, de origen árabe, es el que se encuentra en la margen derecha del río; mientras que el que tenemos en nuestra margen es bastante más moderno.
Molinos de Pelay Correa
Al igual que la azuda del molino del Arrabal, esta fue destruida en los años setenta para evitar el estancamiento de las pestilentes e insalubres aguas del río Guadaíra.
Nuestro camino sigue por este margen, donde podemos ver cómo se desarrolla cierta vegetación de ribera: olmos, álamos, algún fresno, adelfas, juncos, etcétera. También podremos observar algunas aves acuáticas: ánades reales, garzas reales, garceta común, garcilla bueyera, polluela, zampullín chico, e incluso con suerte el martín pescador, hasta penetrar de nuevo en el eucaliptal. Al otro lado del río tenemos la finca de La Piñera, el abrevadero y el manantial del Mal Nombre, el molino del Águila… A nuestra derecha se eleva el cerro de Villalba, desde el cual tendremos unas inmejorables vistas del castillo, del río Guadaíra y de Sevilla.
Molino del Realaje con la estación de bombeo del Adufe al fondo.
Pasando estos eucaliptos veremos el molino del Realaje con su exagerada azuda, y a su izquierda el edificio del Adufe, antigua estación de bombeo construida sobre un antiguo molino. El camino continúa bordeando el cerro de Villalba, encontrándonos al pie del camino con una pequeña bóveda. Se trata de la fuente de la Judía, hoy seca, pero cuyas aguas movían antiguamente los molinos de Vadalejos o Guadalejos, pequeño edificio colindante. Desde esta parte del camino tendremos unas espectaculares vistas del castillo de Alcalá y de la Torre Gorda.
Molinos de Vadalejos con la fuente de La Judía a la izquierda
De nuevo llegamos a Torrondo y, más adelante, al puente romano, dando por finalizado este recorrido.
Antonio Gavira Albarrán

Mapa de la ruta, por Antonio Gavira
Fotos: Francisco y Antonio Gavira

jueves, 21 de mayo de 2020

RUTA: EL CAMINO DE LA VENTA DE LAS CALERAS


La ruta que proponemos es lineal y tiene nueve kilómetros, entre ida y vuelta. El tiempo estimado para hacerla es de unas tres horas.
Hacienda de San Antonio. Fotos: Francisco y Antonio Gavira

Una de las primeras preguntas que tenemos que hacernos cuando iniciamos un nuevo camino es el porqué de su nombre. Y el que nos ocupa no podía tener un nombre más apropiado, Camino de la Venta de Las Caleras. Este camino comienza en el Zacatín Alto y finaliza en el Cordel de Pelay Correa [i], no muy lejos de su conexión con la Vereda de Pero Mingo y Palmete, donde aún se conserva el edificio de la antigua Venta de Las Caleras [ii]. Así aparece registrado en el Catálogo de caminos del Término Municipal de Alcalá de Guadaíra, que, muy posiblemente, ha consultado el mapa topográfico elaborado por el Instituto Geográfico en 1872 [iii].
La abundancia de la piedra calcarenita en la comarca de Los Alcores y su proximidad a Sevilla facilitó que prosperasen los hornos y el comercio de la cal. La importancia de las caleras en nuestro pueblo lo atestigua un documento que se conserva en el Archivo Municipal de Sevilla, fechado en 1490, sobre la presentación de testigos en un pleito sobre hornos de cal en Alcalá de Guadaíra [iv]. No es difícil imaginar el tránsito de arrieros y carreros transportando el preciado material a los cortijos y haciendas que prosperaron durante el siglo XIX.
Comenzaremos nuestro recorrido desde el lugar donde estuvo la Venta de Cuchipanda [v] y la entrada de la factoría de Flex, hoy sin actividad. En este punto, el Camino de La Venta de Las Caleras cruzaba la vía pecuaria Vereda de Gandul, hoy ocupada parcialmente por la A-92. Desde aquí, los primeros 450 metros discurren por un polígono industrial donde se localizan empresas como Saavedra y Guadarte, un tramo al que se le ha bautizado con el nombre de Cuchipanda Dos [vi].
Al llegar a la carretera que circunvala los polígonos, desde la zona de Cabeza Hermosa hasta la A-398, continuaremos de frente. Dejaremos atrás la carretera que utiliza la fábrica de cemento para el acarreo de albero desde Piedra Hincada. A este tramo se le ha puesto el nombre de Calle Tramo de Unión, un ejemplo más de la creatividad municipal.
Una vez hemos recorrido 400 metros, cruza el Camino de la Hacienda del Capitán, que tomaremos a la izquierda para aproximarnos a dos haciendas. La primera de ellas, a nuestra izquierda, es la que le da nombre al camino. Lamentablemente, se encuentra en ruinas y con múltiples alteraciones, donde destaca aún su imponente torre. Como contrapunto, 200 metros más adelante, a nuestra derecha, tenemos la Hacienda de San Antonio, restaurada y reconvertida en un negocio de hostelería. La hacienda “se organiza en torno a dos pequeños patios, destacando una portada de ladrillo y un mirador. El edificio pudo ser construido a finales del XIX o principios del siglo XX” [vii].
Hacienda El Capitán.


Regresaremos al camino principal para entrar en una amplia zona conocida como Quintanilla, no sin antes comentar que el camino de El Capitán continuaba a la derecha hasta conectar con el Camino de la Cañada de Otivar o Camino de Los Pastores. Nosotros seguiremos de frente. Unos 200 metros más adelante, a nuestra izquierda, partía el Camino de la Laguna Larga, que se encuentra usurpado.
Por donde caminamos cruzaba la conocida popularmente como La Cañotiva, conducción construida por The Seville Water Works Company Limited (SWW), que traía las aguas captadas en la Hacienda de Clavinque, en Mairena del Alcor, para unirse a la altura del Cordel de Pelay Correa con las que provenían del depósito general del Adufe, con el objetivo de abastecer a Sevilla [viii]. En esta zona se ha construido una urbanización.
Mapa de la conducción de aguas de Clavinque y Adufe

Desde el inicio de la urbanización tenemos 550 metros hasta el Huerto del Alemán, que lo encontraremos a nuestra derecha. Desde allí partía a la derecha el Camino Angosto, que bordeaba la huerta dejando noria, casa y pajar a nuestra izquierda, hoy usurpado hasta la carretera Sevilla Mairena. Por esta zona del camino cruzaba el arroyo de Otivar, que tenía su nacimiento en la Cruz de Otivar y que servía también, desde allí, como aliviadero para las aguas que provenían de Clavinque. Sus aguas sirvieron tanto para saciar la sed de personas y animales e incluso para darse un chapuzón, según cuentan los que hoy se aproximan a los noventa años.
Huerto del Alemán

Nosotros continuaremos de frente. A escasos metros salía a la izquierda el Camino de Tío Pepe, también usurpado. A 850 metros dejaremos el Camino de La Venta de Las Caleras para tomar un sendero entre olivos, que nos saldrá a la derecha, que enlaza con el Camino Angosto, antes de llegar a la venta de Santa Genoveva [ix]. En este punto cruzaremos la carretera Sevilla–Mairena para continuar por el Camino Angosto. Hemos optado por esta alternativa dado que, desde la conexión del Camino de La Venta de Las Caleras con el Cordel de Pelay Correa hasta la vereda de Pero Mingo y Palmete y la Venta, que constituye nuestra meta, se ha convertido en carretera asfaltada.
Olivar

Seguiremos por el Camino Angosto un kilómetro y doscientos metros rodeados de olivos y tierra calma hasta la Hacienda de Guadalupe. Antes de llegar a la hacienda existía un descomunal pino piñonero que le llamaban el Pino Los Buques. Desgraciadamente, fue cortado hace algo más de veinte años junto con un olivar centenario.
La Hacienda de Nuestra Señora de Guadalupe es conocida por las personas mayores como Hacienda de Los Buques, hoy habilitada para celebraciones. Estamos en presencia de una hacienda de olivar del siglo XVIII. “En 1730 la finca era propiedad de los hermanos Juan Bautista y Francisco van der Wilde, seguramente mercaderes flamencos  afincados en Sevilla […] El caserío de Nuestra Señora de Guadalupe responde a los parámetros tradicionales de una pequeña hacienda, de la que, como siempre, sobresale en altura su maciza torre de contrapeso. El edificio está articulado en torno a un patio, al que se accede por una sobria portada de carácter neoclásico. Destacan en el referido patio la crujía de la izquierda, de doble altura, que debió ser cuadra en planta baja y pajar en la superior y, a la derecha, la almazara, cuya nave de la viga está hundida” [x].
Hacienda de Guadalupe o Los Buques

Si continuamos de frente, a 200 metros se encuentra la vía pecuaria de Pero Mingo y Palmete, y la Venta las Caleras, ya dentro del término municipal de Sevilla.
Regresaremos por el mismo camino que hemos traído, convencidos de la importancia de mantener los topónimos y nombres históricos en las decisiones que se toman como municipio y en nuestra vida cotidiana, ya que forman parte inequívoca de nuestro patrimonio cultural. Recuperar los caminos perdidos y su anchura, adecentarlos con la plantación de árboles en sus márgenes… La recuperación de los caminos de la zona norte (la Venta de Las Caleras, Los Pastores o el de Matatoros) puede servir de esparcimiento a una población algo alejada de Oromana.
Venta de Las Caleras

Yo voy soñando caminos de la tarde.
¡Las colinas doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!

Antonio Machado
Francisco Gavira Albarrán
[i] La Vereda de Pelay Correa es conocida también como vereda de San Benito o del Cerero.
[ii] En el mapa topográfico elaborado por el Instituto Geográfico en el año 1872 se la nombra Venta de Las Caleras. Sin embargo, en el mapa topográfico editado por el Instituto Geográfico y Estadístico en 1918 y también en el elaborado por el Instituto Geográfico y Catastral en 1944 aparece con el nombre de Venta de la Escalera. En Google Maps aparece como Venta de Las Caleras.
[iii] En el Catálogo de Caminos del Término Municipal de Alcalá de Guadaíra, en su primer tramo, hasta la vereda de Gandul, se registra como Camino de la Venta de Las Caleras o Zacatín Alto.
[iv] Antonio Collantes de Terán Sánchez, Catálogo de la Sección 16.ª Diversos. Tomo I (1280 – 1515). Archivo Municipal de Sevilla. Servicio de Publicaciones de la Universidad de Sevilla, pág. 71.
[v] Según los mapas topográficos y las fuentes orales consultadas, la venta se debió construir en los años veinte del siglo pasado sobre la misma vía pecuaria, la Vereda de Gandul.
[vi] Desde el cruce partía, en dirección noreste el camino de Pie Solo que finalizaba en la hacienda del mismo nombre, hoy desaparecido.
[vii] Cortijos, haciendas y lagares de la Provincia de Sevilla. Junta de Andalucía. Consejería de Vivienda y Ordenación del Territorio. pg 916 y 918.
[viii] The Seville Water Works Company Limited, plano de las traídas de aguas del Adufe y Clavinque, julio de 1931.
[ix] Hacienda de olivar menor que también se llamó La Mata de La Campana y La Casilla de Cariño.
[x] Cortijos, haciendas y lagares de la Provincia de Sevilla. Junta de Andalucía. Consejería de Vivienda y Ordenación del Territorio, pág. 917.
Mapa de la ruta



lunes, 11 de mayo de 2020

HEMEROTECA: SITUACIÓN DEL PATRIMONIO HISTÓRICO EN ALCALÁ DE GUADAÍRA Y MEDIDAS A TOMAR PARA SU PROTECCIÓN.

Gandul

         El término municipal de Alcalá de Guadaíra posee una serie de condicionantes como son la extensión de su Término Municipal, con más de 287 km2; su proximidad a Sevilla, antigua Hispalis e Isbylia y a los puertos; encontrarse regada por río Guadaíra y por el arroyo de Guadairilla que, recorriendo el término en su totalidad de Sureste a Noroeste, fertilizan sus riberas, ofrecen recursos alimenticios (peces, mariscos, animales que se acercan a las aguas, vegetales….) y constructivos (Maderas, cañas…), recursos energéticos para molinos y batanes, buenas vías de comunicación…; la formación geológica de Los Alcores que por su topografía destaca sobre el entorno y que ofrece mejores oportunidades de defensa, mejor control del entorno y vías de comunicación, diversidad de recursos alimenticios, constructivos…, una gran abundancia en recursos hídricos permanentes, mejores lugares para el asentamiento; encontrándose recorrida por importantes vías de comunicación: Vía Augusta, Hispalis-Anticaria, Cordel de Gallego, Cañada Real de Morón, Río Guadaíra…

      Todo ello ha propiciado que, ya desde antiguo, el hombre haya elegido nuestro término municipal como lugar para su asentamiento, por lo que su obra, ya sea en forma de construcciones que aún hoy quedan en pie como:

- Castillos de Alcalá y Marchenilla

- Palacio y Torre de Gandul

- Iglesias como Santiago, San Sebastián, El Águila, San Miguel, San Juan Evangelista de Gandul,…

- Ermitas como San Roque, Santa Lucía…

- Convento de las madres Clarisas

- Más de cuarenta haciendas, entre las que destacan La Soledad, Martín Navarro, Mateos Pablo, Los Ángeles, Zafra, El Maestre…


- Más de veinte cortijos, San Jorge de Algarabejo, Bucaret, Marchamorón, Maestre, Piedra Hincada, Gallegos, Los llanos de Gandul...

- Ranchos, como Cortijera, El Árbol o de la Viuda, El Minero,…

- Lagares como el de Los Jiménez

- Mas de Treinta Molinos harineros, al menos diez en el río Guadaíra, en Marchenilla, tres en Gandul, el de Cajul, el de rabo de Zorra, el de Oromana, el de Las Eras, el de La Tapada, los dos de Vadalejos, los de Zacatín, el de Los Ángeles, el de La Mina.

- Edificios industriales como las estaciones de bombeo del Adufe y La Retama, Harinera del Guadaíra, El Matadero,..

- Casas señoriales, Casas Molineras, Casas hortelanas y de recreo, Norias, Albercas, Abrevaderos, Fuentes, Puentes...,

- Kilómetros de Galerías…

Castillo de Marchenilla

       Ya sea en forma de yacimientos arqueológicos, de los que, según un miembro de la Asociación de Amigos de la Arqueología “Lucurgentum” se distribuyen por todo el término municipal más de 500, de distintas épocas, calcolítico, bronce, tartésico, turdetano, cartaginés, romano, visigodo, musulmán,...y un largo etc, de los que podemos destacar algunas zonas como Gallegos, Maestre, Otivar, Marchenilla (lo que han dejado las máquinas), y sobretodo Gandul.

      Sin hablar de las Vías pecuarias, de las que en Alcalá había más de 120 kilómetros y cuatro descansaderos, los caminos, más de cien caminos en nuestro término, según el catálogo elaborado por el propio Ayuntamiento de Alcalá, aunque no publicado y en el que se reconocen que un gran número se encuentran cortados, y vías férreas en desuso (Vía verde del alcor y vía desde el Sorbito a Morón de la Frontera y el Arahal, así como los edificios relacionados con ellas), pues también podemos considerar patrimonio histórico.

       Pero esta abundancia de riqueza patrimonial, que en principio podría parecernos un elemento enriquecedor, de prestigio, posible motor de la economía a través de su recuperación y difusión, fomentando el turismo cultural y de ocio, para las administraciones, sobre todo las locales, parece ser un verdadero quebradero de cabeza y esto no es nuevo, ya viene desde antiguo.

¿Cómo se enfrenta la Administración al Problema?

¿Qué medidas parece que han tomado las administraciones?:

No podemos decir que en Alcalá no se haya hecho absolutamente nada.

      Efectivamente en los últimos años se han tomado medidas referentes a algunos elementos patrimoniales como el castillo, algunos molinos o en los últimos días el puente viejo, es decir, alguno de aquellos elementos que la población ve diariamente, lo que unido a una publicidad aplastante, da como resultado, que buena parte de la población entienda por único patrimonio de Alcalá el castillo o que el Río Guadaíra sea identificado con el Parque de Oromana, el resto, la inmensa mayoría de nuestro patrimonio, no se ve, no es conocido y por tanto es como si no existiera.

Molino de Oromana


        Pero las administraciones tienen otras herramientas, y así,

- Cuando se proyecta una infraestructura como carreteras u otras obras de acondicionamiento caminos, jardines, etc, en general y para no entorpecerlos, en los proyectos jamás aparecen yacimientos arqueológicos, edificios rurales de interés, vías pecuarias, caminos o acuífero… que puedan verse afectados. Así ocurrió con el trazado de la Autovía Sevilla-Málaga, donde no se tuvo en cuenta el paso del cordel de Pelay Correa, el cordel de Marchenilla, ni los restos arqueológicos de los cerros de San Juan, ni la villa romana en el camino de bajada de Gandul a la dehesa de la Madre…; o en el trazado de la A-392, carretera Alcalá de Guadaíra a Mairena no se tuvo en el paso del Cordel de La Camorra, dejando sin conexión Gandul con la Dehesa Nueva; o en el trazado de la S-40 donde aparecieron varias villas romanas, necrópolis y unas termas. Durante el periodo de alegaciones al proyecto no hubo ninguna alegación referente a ellas; o las obras del colector de la cárcel de Mujeres, que destruyeron buena parte del molino de Tragahierros, o las obras de acondicionamiento del camino de bajada a Las Aceñas y la Huerta de la Alegría, donde no se tuvieron en cuenta el yacimiento arqueológico de Santa Lucía, apareciendo restos de diversas épocas; o los restos de tégulas, ladrillos y piedras de molino aparecidos en el arroyo de la Fuensanta, y que con posterioridad han sido destruidos con la remodelación de la zona; o los restos aparecidos en la ampliación del Parque de Oromana o las huertas de la Isla, de los que no hemos oído nada; o Proyecto Hombre en el antiguo campamento de Las Canteras, en Gandul….

- Cuando se solicitan autorizaciones para una explotación de cantera de extracción de albero (Recursos de la Sección A), en los Estudios de Impacto Ambiental, que presentan las empresas, jamás aparecen yacimientos arqueológicos, edificios rurales de interés, afecciones de vías pecuarias o caminos, al acuífero…, aunque sea dudoso el cumplimiento de la propia Ley de Minas, y por supuesto desde la Administración, Ayuntamiento o Junta de Andalucía, difícilmente se ponen trabas a este, y así ocurre que se destruyen importantes yacimientos arqueológicos, se pinchan los acuíferos, no se restauran las canteras o se convierten en polígonos industriales como ha ocurrido en Las Majadillas, Palito Hincado, Piesolo, Piedra Hincada, Santa maría… ; o lo que es peor, se recurre a declarar las canteras como meras explanaciones, como en La Isla o, con nocturnidad y alevosía, se extrae el albero sin ninguna autorización y nadie sabe quién ha sido, como algunas excavaciones en la Isla y cordel Gallegos.

Sólo gracias al esfuerzo de grupos sociales como la Sociedad Ecologista Alwadi-Ira, se ha conseguido que las Administraciones reaccionen, en algunos casos, obligando a cerrar algunas explotaciones por incumplir la Ley, o que hayan sido sancionadas, aunque lamentable la sanción por destruir un yacimiento arqueológico o pinchar el acuífero repetidamente sea meramente testimonial.

- Cuando un agricultor o particular destroza un edificio de interés o un yacimiento, catalogado o no, sencillamente lanzan información en todos los medios posibles, avaladas por arqueólogos, si es necesario, quitando hierro al asunto, es decir, que allí no hay nada de valor, y por supuesto, nada de sanciones o si las hay son irrisorias, como ocurrió en 2005 con el Molino Nuevo de Marchenilla en San Juan de Dios, Villa romana destrozada en 2009 junto al cortijo de Marchamorón y cuyos restos se depositaron en el cordel de Gallegos, o las casas de la Huerta de San José y Huerta del Cura…

- Criticando por oportunista las propuestas, estudios o publicaciones sobre patrimonio que proponga cualquier grupo o personas individuales, pues parece que en Alcalá solo saben o solo pueden hablar de patrimonio aquellos que cumplan un determinado perfil, utilizando todos los medios y personas que tienen a su disposición, como a ocurrido y está ocurriendo con la propuesta de protección de Los Alcores con la Figura legal recogida en la ley de Patrimonio Histórico de Andalucía de Zona Patrimonial y órgano gestor Parque Cultural, llevada a cabo por la Plataforma en Defensa de Los Alcores, alguno de los últimos libros publicados en Alcalá, o incluso a cualquiera que se atreva a opinar algo sobre patrimonio.

- Convertirse en paladines de todos aquellos temas que parecen conectar con la sociedad, dejando pasar el tiempo, para que se olvide y meterlo en un cajón.

       Todo ello se resume en el caso paradigmático de Alcalá de Guadaíra, Gandul, uno de los pocos Bienes de Interés Culturales de Alcalá y que, sin duda, es el elemento patrimonial más importante de nuestro pueblo, del que el Ayuntamiento, ya desde antiguo, jamás ha querido saber nada.

       Cuando eran los militares los que lo usaban, y si se realizaba alguna denuncia del uso de la necrópolis y villas romanas como zona habitual de prácticas de carros blindados, rápidamente recurrían a la excusa de la titularidad y competencia de la zona, ”esto es del Ministerio de Defensa”, o a justificar cuando no a negar los hechos.

Cuando los militares se marchan del cuartel Las Canteras, dejando abandonada a su suerte todas las instalaciones, al poco se cede o se vende, más de la mitad de las mismas a la multinacional General Dynamic, quien valla el recinto, en el que sigue con sus prácticas, y no conformándose con ello saca sus máquinas por el resto del antiguo campamento abriendo nuevos caminos y removiendo la tierra, destrozando la fina capa que separa la arqueología de la geología.

Y en el resto, lo que no está vallado, no les importa que haya un uso abusivo por partes de numerosos colectivos,

- Como los jugadores de Paint Ball, que llevan cerca de diez años apoderándose de buena parte de las edificaciones y eucaliptales

- Los motoristas que no les importa seguir destrozando la zona, como estaban haciendo el domingo pasado. El domingo día 08 de mayo de 2011, decenas de motos convocadas por un conocido club de Alcalá estaban realizando carreras. Habían montados sus carpas.

- Los que se dedican a cortar eucaliptos, ya sea para consumo propio o para venta de madera.

- Los que van a disfrutar de un buen día y dejan todas las basuras, cada vez menos afortunadamente.

- El pastoreo abusivo.

- El paso de vehículos sin control.

- Los que siguen expoliando el patrimonio arqueológico

- Y otros usos más respetuosos pero que habría que ordenar como: Vuelo de aviones, paseos a caballo, cicloturismo, senderismo, recolección de espárragos, tagarninas, caracoles, tomillo,…

        Y mientras dentro de la finca de Gandul, el palmar arde de tarde en tarde, arde el arroyo de La madre, se arrancan palmas, pero hay que creerse que son labores propias del trabajo agrícola, que para eso lo dice la autoridad competente, se destruye todo el yacimiento debido a los arados abusivos, sacan a la luz los cimientos de decenas de edificaciones, se permiten nuevas construcciones en su entorno, tanto en Mairena del Alcor como en Alcalá, se sigue permitiendo la destrucción total de Las Majadillas y por supuesto se sigue expoliando por el viejo método del detector de metales.

       El año pasado, por estas fechas, pudimos escuchar la versión de la Administración sobre la situación de Gandul y el Parque Cultural, a través de D. Enrique Domínguez Berenjeno, quien además de considerar que la situación de Gandul no era en absoluto delicada, de exponer la infinidad de legislaciones que, según él, hacen de Gandul un zona perfectamente protegida, de afirmar que era vigilada continuamente por las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, afirmó que ya hacía tiempo que se estaba elaborando el proyecto para delimitar la Zona Patrimonial, es decir, ya hace, al menos dos años que se está trabajando en ello, pero de momento la situación ha mejorado muy poco, todo lo contrario, por no hacer ni siquiera se ha acondicionado el firme de la Famosa Vía Verde del Alcor, ni se han instalado contenedores para depositar los residuos, ni…

¿Qué medidas podemos proponer, que repercutan favorablemente sobre el patrimonio de nuestro pueblo?

        A nivel general, en el término municipal de Alcalá de Guadaíra, habría que realizar o finalizar el estudio y catalogación exhaustivo de todos los elementos patrimoniales susceptibles de proteger, solicitando la declaración de Bien de Interés Cultural para algunos de ellos como la Hacienda de la soledad o Mateos Pablo, y exigiendo el cumplimiento de las leyes no sólo a los particulares, también a todas las administraciones implicadas y realizar una ardua labor de difusión.

        En cuanto a Gandul, se hace necesaria la urgente declaración de Zona Patrimonial de Los Alcores, con órgano gestor Parque Cultural que proporcione un Plan de Uso y Gestión donde se establezca entre otros:

- Forma de Acceso.

- Bolsas de aparcamientos.

- Actividades compatibles con el lugar y zonificación de las mismas.

- Recuperación de todos los elementos públicos: El antiguo campamento, la amplísima Red de Caminos, la Vía férrea y sus edificaciones, etc.

- Estudio y catalogación de patrimonio arqueológico:

o A través de convenios con la Universidad

o Con campos de trabajo

o Escuelas taller

o Haciendo partícipes desde la Universidad, institutos, colegios y a la población en general.

- Acuerdos con los propietarios de la zona como Gandul o Martín Navarro para llevar a cabo un uso más racional y respetuoso de las técnicas agrícolas.

- Detener el avance de las nuevas edificaciones y canteras, es decir, proteger el entorno del Parque Cultural.

- Y por último darle la divulgación suficiente para que este patrimonio deje de ser un problema y se convierta en un motor de la cultura, de la naturaleza, del ocio y de la economía de nuestro municipio.

Antonio Gavira Albarrán

Alcalá de Guadaíra, 21 de mayo de 2011
andalucesdealcala@gmail.com


domingo, 10 de mayo de 2020

4ª Ruta: La Aldea de Gandul y el arroyo de la Madre


Esta ruta tiene una longitud de 8 kilómetros, es circular y de dificultad baja. El tiempo estimado para hacerla es de tres horas.


Iglesia de San Juan Evangelista

Esta ruta comienza en la venta de "El Puli", junto al palacio de los marqueses de Gandul. Desde aquí podemos subir hasta la aldea, abandonada en su totalidad y en gran parte derruida, donde aún podemos observar, al final de la calle, los restos de un gran edificio que fue antiguo molino de aceite,[i] posada y cuadra. Bajando hacia el palacio nos encontramos a la izquierda una edificación conocida como "La Cárcel" y junto a él el cementerio, en frente, una bonita iglesia del siglo XVII dedicada a San Juan Evangelista, edificio mudéjar de una sola nave y cuya portada está rematada con la sugerente frase "Casa de Dios y Puerta del Cielo". Si Seguimos bajando nos dirigiremos hacia el palacio, construcción del siglo XVII; a su izquierda, en un cerro, podemos ver una torre datable en el mismo siglo, aunque con un origen más antiguo, posiblemente romano. Delante del palacio hay un pequeño jardín por donde discurre un manantial que emerge de una galería. Este manantial se denomina arroyo de la Madre, más conocido como de Gandul, el cual antiguamente movía tres molinos harineros, el de arriba, que forma parte del mismo palacio; el de Enmedio, donde hoy día muchos alcalareños lavan sus coches y el de Abajo, del cual todavía se conserva su gran atarjea y buena parte del molino, aunque en unas condiciones lamentables.

Nacimiento del arroyo de La Madre


    El arroyo de la Madre tiene una longitud de algo menos de dos kilómetros y es su tramo bajo el más interesante para recorrer. Para poder llegar a él podemos acercarnos primero al molino de abajo donde podremos ver a sus pies una pequeña charca rodeada de árboles y zarzas, desde aquí podemos tomar una pequeña senda que nos llevará hasta el túnel que atraviesa por debajo de la autovía Sevilla-Málaga. El arroyo que discurre a unos 200 metros a nuestra izquierda muestra un primer tramo donde abundan las cañas, zarzas y pequeños olmos hasta llegar a una pasada sobre el arroyo que a su vez es utilizada de presa. Aquí podemos ver lirios amarillos, aneas, hierba de San Antonio, hierba vaquera, salicaria, mastranto, etc. La aparición de lirios amarillos es un claro indicador de que estas aguas aún mantienen cierta calidad. 

Crucemos el arroyo y pasemos a su margen izquierdo y sigamos nuestro recorrido. Aquí el arroyo muestra un segundo tramo de vegetación arbustiva impenetrable: espinos majoletos, que florecen en marzo de forma espectacular, rosales silvestres (rosa mosqueta y rosa canina o escaramujo), zarzas, zarzaparrillas, apestosos, etc. En el último tramo podemos contemplar uno de los últimos bosques de galería completamente poblado de olmos (Ulmus minor) que junto con el de Maestre y el de Gallego son los restos más importantes de bosque galería en la campiña del río Guadaíra.


Espino majuelo

     Este arroyo vierte sus aguas en el río Guadaíra, en un punto donde este aparece completamente deforestado y casi todo el año contaminado de aguas negras y pestilentes, en contraste con la riqueza de las aguas y la vegetación de este pequeño pero gran arroyo que es el de La Madre.
[ii]

Desembocadura del arroyo de La Madre



          Desde aquí podríamos volver sobre nuestros pasos hasta el punto de partida, pero vamos a proponer un recorrido alternativo algo más largo.

Vadeando el arroyo tomaremos río abajo por unos pequeños senderos que aparecen en las márgenes del río, así podemos ver que son pocas las especies vegetales que sobreviven en ellas y su número aún menor, algunos carrizos, tarajes, adelfas, escasos fresnos y sauces, etc... Al poco llegamos a una barranca donde aparece una cubierta vegetal algo más densa donde destacan la retama y sobre todo el palmito y, que se encuentra cruzada por varios manantiales.

Al salir de este lugar tendremos que seguir bordeando el río por sus márgenes deforestadas donde destaca un pequeño bosquete de olmos en la orilla contraria. Así llegamos al puente de la vega (primero al puente que hicieron los americanos en los años cincuenta) y luego al llamado puente de Trujillo. Desde aquí tendremos buenas panorámicas del río Guadaíra en dirección al molino Hundido y de las Majadillas.

Río Guadaíra


          Por el Puente de Trujillo pasa la vereda de Marchenilla que nace algo más arriba en el descansadero de Trujillo y que, desde allí, se dirige hacia el Castillo de Marchenilla y Alcalá de Guadaíra, nosotros la seguiremos paralelos a la carretera de Morón hasta llegar a una cochinera. En este punto cruzaríamos la carretera y entraríamos en las Majadillas, zona muy degradada y sometida periódicamente a incendios y prácticas deportivas agresivas, donde destacan especies protegidas como el palmito, el tomillo o el acebuche, dirigiéndonos hacia la derecha hasta alcanzar la zona más alta, desde aquí tendríamos unas vistas muy buenas de la vega del Guadaíra y del recorrido que estamos haciendo.

Puente de Trujillo
Desgraciadamente, como está ocurriendo en todo el Término Municipal de Alcalá, muchas tierras están siendo valladas debido a la especulación y destrucción de nuestro entorno y, las Majadillas no han quedado libres a este fenómeno, por lo que hoy día nos encontraríamos con una gran cantera y un vallado que nos impediría el acceso al palmar, por ello tendremos que coger un camino público que bordea este paraje por su parte más baja.[iii]

Cantera de Las Majadillas
Si continuamos por este alcor, pronto nos saldrá un camino a la derecha que baja entre un gran palmar (el palmito es la única palmera de origen europeo), que atravesando las Majadillas nos llevará muy cerca del túnel que atraviesa la autovía, el cual tendremos que tomar. Nosotros hemos cogido por el camino bajo hasta llegar al túnel. Ahora que vamos subiendo hacia la venta de "El Puli" es conveniente que nos paremos un momento en unos restos que aparecen en el mismo camino, si nos fijamos veremos sillares que forman cuadrados, rectángulos, etc. y multitud de restos de ladrillos, tejas, vasijas, pequeños trozos de mármol, etc. En este momento nos encontramos en una antigua villa romana cuya necrópolis se encuentra algo mas arriba, al pie del camino, desgraciadamente expoliada.[iv]

Las Majadillas
          Nuestra ruta acaba en la Venta, bajo las viejas moreras, donde podremos tomarnos unos refrescos para recuperarnos del esfuerzo del camino y poder charlar, con tranquilidad, de todo lo visto.[v]
 
Restos de la villa romana
Antonio Gavira Albarrán



[i]El día 31 de diciembre, mientras las familias preparábamos la celebración de la fiesta de fin de año, un nuevo elemento patrimonial desaparecía en nuestro término municipal por la acción de la excavadora y la desidia municipal. En esta ocasión le tocaba al antiguo molino de aceite situado junto a “La Posada” de Gandul, famosa por albergar en 1829 al escritor norteamericano Washington Irving, y que éste inmortalizó en su obra “Cuentos de la Alhambra”. Es un hecho que el antiguo molino de aceite se encontraba con importantes defectos estructurales que presagiaban un posible derrumbe, aunque no es menos cierto que, en más de una ocasión, cuando aún era fácil su recuperación, Alwadi.ira – Ecologistas en Acción propuso su rehabilitación, al igual que la del conjunto del despoblado de Gandul, uno de los lugares en los que podría pivotar la futura “Zona Patrimonial de Los Alcores”. Extracto de la nota de prensa emitida por Alwadi-ira con fecha 2 de enero de 2017.
Fin del trayecto

[ii] A pesar de la instalación de depuradoras en la cabecera del Guadaíra, continúan los vertidos y la contaminación por químicos empleados en agricultural.

[iii] Alwadi-ira Ecologistas en Acción ha denunciado pinchazos en el acuífero y exigido la restauración de la cantera en reiteradas ocasiones. La última el 2 de mayo de 2017.

[iv] Alwadi-ira Ecologistas en Acción, en marzo de 2010, puso en conocimiento del Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra el afloramiento de una villa romana en la zona de Las Majadillas.

[v] La construcción bajo las moreras no tiene función de venta.

Mapa de la ruta por Antonio Gavira