miércoles, 29 de abril de 2020

Ruta por La Lapa

Huerta en La Lapa

Hoy te proponemos una ruta circular de 4,5 kilómetros y de baja dificultad. El tiempo estimado es de dos horas, contando con las paradas.

La Lapa es una zona próxima al núcleo urbano de Alcalá, aunque desconocida. Un espacio que formaba otro microcosmos cultural hasta hace tan solo cincuenta años.  

Si pudiésemos retroceder en el tiempo nos encontraríamos con un paisaje compuesto por huertas de naranjos agrios, olivares, chumberas o nopal (Opuntia ficus-indica), tierras de calma, casillas, alguna casa de recreo, chozas y sombrajos, donde prosperaban todo tipo de cultivos, tanto de regadío como de secano.[1] Un ámbito tamizado por un extenso e intrincado trenzado de caminos e hijuelas. [2] Hoy echaremos a volar la imaginación para reconstruir, con los restos, aquel ambiente.

Y, sin embargo, las cosas no siempre fueron así en La Lapa. Estamos ante una antigua dehesa, de titularidad pública, con una extensión de 476 ha, compuestas de 650 fanegas de pastos y 150 de tierras inútiles [3] que, a diferencia de lo que ocurriría con otras dehesas concejiles de nuestro término municipal, se desamortiza segregándola en pequeños lotes.[4]
 
Noria en la Huerta del Cura
El punto de partida de nuestra ruta es la Huerta del Cura, quizás la más conocida de todas las huertas de La Lapa. Situada justo después de que pasemos la Ciudad de San Juan de Dios, en dirección a Alcalá. Desde hace años se encuentra abandonada, aunque aún conserva las ruinas donde estuvo la noria de sangre, una de las dieciséis señaladas en el Mapa Nacional Topográfico y Parcelario, elaborado sobre La Lapa en 1940. Allí dejaremos el coche. Desafortunadamente no existe un paso para peatones y ganados que le dé continuidad a la vereda de Marchenilla, que entra a La Lapa desde la venta del Junco, al otro lado de la A92, y que nos permitiría llegar andando desde Alcalá, sin tener que cruzar la autovía. 
Casa en la Huerta de La Cordera

Los primeros doscientos metros, hasta la Huerta de la Cordera, se encuentran asfaltados. Desde allí, el camino se irá apartando algo de la autovía. Una vez que dejemos, a nuestra izquierda, la casa en ruinas de la huerta, tomaremos un sendero a la derecha perpendicular al que traemos. Son doscientos metros de subida a uno de los cerros de La Lapa. El objetivo es conocer un horno moruno de cal de Alcalá, que dejó de estar activo en algún momento del primer tercio del siglo pasado. Legado romano – andalusí que nos recuerda la importancia que llegó a tener la producción de cal en nuestro pueblo durante los siglos XIX y primer tercio del siglo XX.

Regresaremos sobre nuestros pasos para continuar de frente unos quinientos metros. A la derecha del camino unos pinos, seguidos de naranjos poco cuidados y un invernadero. A la izquierda siempre la autovía. Detrás de la autovía, La Isla, que también forma parte de La Lapa histórica.  Hasta ahora, estamos caminando por el segundo tramo de la vía pecuaria Vereda de Marchenilla, calificada como colada en la desafectación parcial que sufrió en 1969. [5]
Horno de cal, legado romano-andalusí.

Cuando lleguemos a un paso bajo la autopista, que le da continuidad al Camino de las Huertas, formando un cruce con el sentido de nuestra marcha, lo tomaremos a la derecha. Durante unos metros seguiremos viendo el vivero, al que le siguen unas huertas con naranjos agrios muy bien cuidados. A nuestra izquierda, un pequeño raso seguido de naranjos y luego un eucaliptal. Son seiscientos cincuenta metros por uno de los caminos históricos de La Lapa, en su inmensa mayoría hoy usurpados.[6]

El siguiente tramo forma parte del Camino VIII de la Lapa y tiene unos cuatrocientos metros. Sale a nuestra derecha formando un ángulo de noventa grados con el que traemos. A la izquierda, marcharemos junto a un muro de tapial, seguido de un vallado y un espacio no cultivado, trasero de una granja de cerdos. A la derecha, naranjos, chumberas, algún olivo y todo sembrado de hortalizas. Estamos en la zona de La Lapa donde aún es posible ver a los hortelanos realizar su labor de una forma parecida a lo que pudo ser en el pasado. Los doscientos metros finales son de subida. En lo alto del cerro encontrarás sembrados de cebollas, ajos, habas, guisantes o papas, según la estación y disfrutarás de una de las vistas más especiales de Alcalá, allí merece la pena permanecer unos minutos.
Vereda de Marchenilla en dirección a La Cordera

Continuaremos de frente por el camino que traemos. Son unos quinientos metros de bajada serpenteante. En el primer tramo, se mantienen los cultivos. Cuando lleguemos a la alambrada, que delimita la cantera de Hnos. Salguero, debemos mantenerla a nuestra izquierda en todo momento. A nuestra derecha verás una antigua cochinera, seguida de huertas y parcelas donde se han construido viviendas. Llegado a un punto, nos saldrá un camino a nuestra izquierda, que tomaremos, ya que El Fontanal se encuentra a escasos ciento veinte metros de allí, a nuestra derecha.

Estamos ante un manantial que contribuía, con un significativo aporte de agua, a la formación del arroyo de Marchenilla y que constituía la cabecera de una zona endorreica, más amplia, surtida por varios manantiales, conocida como El Plantinar. Las anguilas subían hasta el nacimiento, situado al pie de unas rocas de albero, donde existía una pequeña cueva, hoy colmatada. Los numerosos pozos de la zona, junto con las extracciones de albero de la cantera, que tenemos a nuestra espalda, son los responsables de que se encuentre seco todo el año. Muy cerca de allí, en lo que es hoy la Ciudad de San Juan de Dios, se encontraba el primer molino del arroyo de Marchenilla, conocido como molino Nuevo, que se destruyó en el año 2005. [7]
Una de las huertas que se mantienen en la zona

Si decidimos acortar nuestro recorrido, regresaremos al camino que traíamos y seguiremos de frente. En un instante llegaremos al coche, distante unos seiscientos cincuenta metros de allí. En todo momento, vamos a tener el muro de tapial de la huerta de El Cura a nuestra izquierda y una urbanización a nuestra derecha, que ha tomado el mismo nombre de la huerta.

          Nosotros continuaremos la ruta propuesta. Desde El Fontanal, seguiremos de frente durante seiscientos cincuenta metros. La alambrada de la cantera continuará a nuestra izquierda. A nuestra derecha unos prados. Cuando lleguemos al negocio de caravanas torceremos a la derecha. En esta zona, conocida como Palito Hincado, existieron dos eras, una junto al olivar de El Niño de Adela, algo más arriba del negocio de las caravanas y otra más o menos en el punto donde nos encontramos y que fueron utilizadas, fundamentalmente, por los que cultivaban algún tipo de grano en La Lapa.
Camino VIII de La Lapa

Continuando nuestra marcha, a unos doscientos metros, se encuentra el centro de rehabilitación de toxicómanos Narconón, edificio construido como hotel para la Expo del 92. Estamos en un punto con unas vistas extraordinarias del castillo de Marchenilla.

          El último tramo, de setecientos metros, discurre con la Ciudad de San Juan de Dios a nuestra derecha y la autovía a nuestra izquierda.[8] Es tiempo para tomar conciencia de la importancia de conservar los paisajes rurales, la memoria, la cultura y valorar los cultivos locales respetuosos con el medio ambiente, en contraposición de lo insostenible de seguir fomentando las actividades extractivas, las urbanizaciones incontroladas y sobrexplotación de los acuíferos.


Francisco Gavira Albarrán



[1] No todas las hazas reunían condiciones para operar con márgenes de rentabilidad que permitiese a las familias vivir todo el año de ellas, lo que obligaba a complementar sus ingresos con otras actividades.

[2] Francisco López Pérez “Curro” describió magistralmente La Lapa, en la ruta organizada por la Sociedad Ecologista Alwadi-ira, el 20 de febrero de 2011, de la que fue nuestro guía.
Cultivos en la parte alta del cerro

[3] Javier Jiménez Rodríguez, en La hacienda municipal de Alcalá de Guadaíra entre 1700 y 1761, II Congreso de historia y cultura de Alcalá de Guadaira. Pg. 94

[4] En el Mapa Nacional Topográfico Parcelario. Provincia de Sevilla. Partido Judicial de Utrera. Término municipal de Alcalá de Guadaíra. Polígono núm. 10/Instituto Geográfico y Catastral, de 1940, y en Trabajos agronómicos-catastrales / Enrique Cabello; Manuel de la Cruz; Andrés Cuervo; López Suero; [Comisión Central de Evaluación y Catastro. Trabajos Agronómicos] 1897, podemos comprobar las hazas y, en este último, los cultivos.

[5] En el proyecto de Clasificación de Vías Pecuarias de Alcalá de Guadaíra, de 1934, aparece como Vereda de Marchenilla. El proyecto fue aprobado por O.M. el 28 de enero de 1947. En 1969 se elabora un nuevo proyecto de modificación que afecta al segundo tramo de la vía pecuaria, que pasa por La Lapa. El Ministerio de Agricultura. Dirección General de Ganadería, Sección de Vías Pecuarias, actuando ante una denuncia por intrusismo, previa consulta con el Ayuntamiento y la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos de Alcalá,  estima que, dado el casi nulo tránsito de ganado, el ancho de la vía pecuaria es excesivo, reduciéndolo a 12 metros. La descripción del TRAMO 2º es la siguiente: Que comienza en el sitio indicado de la carretera de Porras y sitio Ventas del Junco, cargada la Colada en la parte derecha de la cinta tomando dirección al Norte por entre las Ventas derecha y Huerta en la izquierda, para cruzar después la carretera de Málaga y luego el trazado del antiguo F.C. para seguir entre terrenos de Los Gallos y Huerta La Cordera, más adelante cercados con naranjas y dejar por la derecha camino de Los Pañeros marchando después entre Huerta de Guillermo y naranjos de Francisco Campos, por la derecha camino de La Lapa, cruzando luego la desviación de la carretera de Málaga, continúa con dirección algo al O. por la Calle Almería, al sitio El Basurero, a la Calle Regina y bajar a la Carretera de Mairena donde finaliza este tramo. La anchura en este tramo es variable, mínima de treinta y siete con sesenta y un centímetros (37,61 m.). Su dirección es de Sur a NO. Y su recorrido aproximado de unos dos mil quinientos metros (2.500 m.). Se propone como Vía excesiva, dejando en los trescientos primeros metros sitio El Junco, señalada una zona en la parte derecha de la carretera a partir de su eje de veinticinco metros (25 m.) para posible expansión y uso, y en el resto del recorrido de la Vía una Colada de doce metros (12 m.).
Camino desde El Fontanal a la Huerta del Cura

[6] Antonio Gavira Albarrán, en una de las denuncias nos dijo lo siguiente: Los caminos comprendidos entre La Lapa y Gandul, recogidos en el Catálogo de Caminos del Término Municipal de Alcalá de Guadaíra, que suman un total de 35,408 km se encuentran, en un 90%, usurpados, sin que hasta el momento el Ayuntamiento haya hecho nada para impedirlo, como si la cosa no fuera con él, a pesar de que la Ley Reguladora de las Bases de Régimen Local 7/85, de 2 de abril establezca que es un tema de su estricta competencia en su artículo 25. 2, d), f).

[7] La Sociedad Ecologista Alwadi-ira – Ecologista en Acción ha exigido a las administraciones públicas, en más de una ocasión, la protección del patrimonio paleontológico, la fiscalización de las actuaciones extractivas de las canteras existentes en nuestro término municipal, solicitando su restauración. Ha presentado alegaciones a los proyectos de expansión de la cantera de Hnos. Salguero, Palito Hincado I y II y denunciado varios pinchazos en el acuífero, tanto en esta como en la cantera de Las Majadillas, situada al otro lado de la autovía. También se ha denunciado la situación en la que se encuentra El Fontanal, la destrucción del molino Nuevo, la usurpación de la Vereda de Gandul, etc.

El Fontanal
[8] Francisco Gavira Márquez (ochenta y ocho años) cuenta que, su abuelo materno, Rafael Márquez Víbora, sembró junto a la Vereda de Marchenilla, su tía, Dolores Gavira Márquez y su marido José Romero “el Peseta”, tenían un haza, de unas diez fanegas. Lindaba con la “La Chepa” y con José Mauro. La vendió en 1941 a Currito Espiná, que tenía una panadería en la calle San Sebastián. En 1949-50 y 51, sembró con su padre en el olivar de El Niño de Adela. En 1958 y 59 en cerro de El Rubio de la Pelá. En 1960 sembró frente al campamento de Las Canteras, en un haza que perteneció a los Carrascos. En 1961, con su hermano Alberto, en otra que pertenecía a los Mauros, donde su hermano había sembrado varios años. A los propietarios de las hazas se les compensaba con arreglos y el arado de los olivos.

Nombres que recuerda: AGUSTÍN EL SANTO (GODINES), BATATO, CAJILÓN, CARMEN GAVIRA, CARRASCO, CHACÓN, CHICO LA MORENA, CÓNSUL SUIZO, CURRO LAÍNA, EL ALCURDÓN, EL GASTITA, EL NIÑO MIGUELITO O AGUA LIMPIA, FELISA, HUERTA CUETO, HUERTA DE LOS MUCHOS (MAURO), HUERTA DE LOS SEGURAS, HUERTA DON CAMILO, HUERTA DON IGNACIO, HUERTA EL TENIENTE, HUERTA GUILLERMO (MAURO), HUERTA LA CORDERA, HUERTA RIQUILLO (LA MARQUESA), HUERTA SAN JOSÉ, JOSÉ PESETA, JUANITO EL PINTO, LOS LA CHEPA, LIMONES, LOS VARGAS, MALA MIRÁ, MORALES, NIÑO ADELA, PEPE MAURO, PEPE EL NEGRO, PINTO, PIRIATE, PLANTINÁ, RIQUITO, RUBIO LA PELÁ, SALGUERO, TITI HERRERA, TITO PIO.




Cantera








Imagen aérea de la ruta




viernes, 24 de abril de 2020

3ª GANDUL Y EL MOLINO DE SAN PEDRO

Despoblado de Gandul

Esta ruta, de muy baja dificultad, tiene una longitud aproximada de 8 kilómetros y se puede recorrer sin agobios en tres horas.


Se inicia la ruta en la aldea de Gandul y desde allí nos dirigimos, por la vereda de Angorrilla, hacia el arroyo del Salado. Una vez en él, bajamos hasta su desembocadura en el río Guadaíra y desde aquí corriente arriba hasta el molino de San Pedro. La vuelta la haremos siguiendo el mismo recorrido hasta la autovía Sevilla-Málaga y a partir de aquí por el cordel de Gandul, para terminar de nuevo junto al palacio de los marqueses de Gandul.

Se inicia este recorrido en la venta de “El Puli”,[i] en la aldea de Gandul, junto al palacio de los marqueses, edificado en el siglo XVII; la torre de vigilancia, la iglesia, también del siglo XVII, dedicada a San Juan Evangelista, los tres molinos harineros:  el de Arriba, el de En Medio y el de Abajo que eran movidos por las aguas del arroyo de La Madre o de Gandul.
Vereda de Angorrilla

Desde este lugar tan interesante nos dirigiremos hacia la trasera del palacio para incorporarnos a la vereda de Angorrilla (vía pecuaria que antiguamente llegaba hasta Parada y cuya anchura original y legal es de 25 varas, que equivalen a 20,89 metros), que nos llevará hasta el arroyo del Salado. En este camino, de unos dos kilómetros de largo, observaremos a nuestra izquierda una de las zonas más interesante de todos Los Alcores, pues mantiene una importante masa vegetal, donde destacan entre otros el lentisco, la cornicabra, el torvisco, la coscoja, la retama, el palmito… pero sobre todos ellos el acebuche (olea europaea), el cual forma en este tramo del alcor un verdadero bosque.

Por todo el camino podemos ver restos de materiales cerámicos de distintas épocas, sobre todo romano; hay que tener en cuenta que la zona elevada que tenemos a la izquierda, por encima de los acebuches, denominada La Mesa, fue una ciudad romana establecida sobre asentamientos más antiguos.

Antes de llegar al Salado podemos ver a la izquierda del camino un importante sistema de cárcavas, producto de la eliminación de la vegetación que bordeaba un pequeño arroyo. Esto ha provocado la pérdida de gran cantidad de espacio cultivable y tierra fértil.

Puente de Gandul
Así llegamos al arrollo del salado, el afluente más importante del río Guadaíra, que recoge aguas de Mairena del Alcor, El Viso del Alcor, Paradas e incluso parte de Carmona y Marchena, y que desde este punto hasta su desembocadura en el río Guadaíra es término entre Mairena y Alcalá. Su aspecto es lamentable, sus aguas altamente contaminadas, sus márgenes con una vegetación que ha quedado reducida prácticamente a carrizo, cañas, juncos y algunos ejemplares sueltos de álamos blancos.[ii]

La ruta continúa arroyo abajo, hacia el Guadaíra, bordeando los campos de cultivo hasta llegar a la altura del antiguo puente de Gandul, construido en el siglo XVII (con anterioridad era de tablas) y que actualmente solo conserva un arco.

Desde aquí nos dirigiremos al Guadaíra, pero cambiaremos de margen cruzando por debajo de la autovía Sevilla-Málaga. Una vez llegado a la desembocadura del Salado, el camino continúa río Guadaíra hacia arriba, ya en término de Mairena del Alcor, unos quinientos metros. Este tramo de río conserva una importante vegetación formada fundamentalmente por taraje, aunque también podemos ver algunos fresnos, olmos y sauces. De esta manera llegamos a los restos del molino de San Pedro, uno de los muchos molinos que molieron en este río y del cual aún se conservan la impresionante azuda y la nave de las piedras, aunque está muy aterrada. La azuda, al formar presa, mantiene una importante lámina de agua, refugio de numerosas especies de animales: ánades reales, distintas garzas, polluelas, etc.
Molino de San Pedro


Desde este punto nos dirigiremos de vuelta hacia Gandul, pero antes podemos subir al olivar de Juan Guarín Viejo, donde podemos ver gran cantidad de restos de cerámica: ladrillos, tejas, asas de vasijas, etc., pues allí hubo una villa romana.


Al llegar de nuevo al puente de Gandul tomaremos esta vez el cordel de Gandul, que está convertido en carretera de servicio, desde aquí al inicio de esta ruta hay unos dos kilómetros.


Antonio Gavira Albarrán


[i] Una construcción anárquica al pie de la antigua carretera, próxima al arroyo de La Madre o de Gandul, que no tiene función de venta.


Cordel de Gandul
[ii] A pesar de la construcción y puesta en funcionamiento de la depuradora conjunta Mairena del Alcor-El Viso del Alcor, los vertidos al arroyo del Salado continúan impidiendo su completa recuperación.



















Mapa de la ruta.


miércoles, 15 de abril de 2020

RUTA: EL CORDEL DE LA CAMORRA


Cordel de la Camorra
La ruta que proponemos tiene una longitud de 11 kilómetros (ida y vuelta) y su tiempo estimado son tres horas.

El sendero comienza en la urbanización de Las Encinas o El Torreón. Cuando estemos en la entrada de la urbanización tenemos que coger por la primera calle a la derecha, de nombre Orégano. Cuando lleguemos al final torceremos a la izquierda por la calle Clavo, donde dejaremos el coche lo más al fondo que podamos.

Ya estamos paseando por una vía pecuaria, en este caso un cordel, que delimita los términos municipales entre Mairena del Alcor y Alcalá de Guadaíra. Los cordeles pueden tener un máximo de 37,5 metros de anchura. Otros tipos de vías pecuarias son: las cañadas, 75 metros, las veredas, 20 metros y las coladas, que son cualquier vía de menor anchura que las anteriores. Estas, junto a los abrevaderos, descansaderos y majadas, constituían los caminos de paso y lugares de parada y descanso del ganado en la llamada trashumancia. Estos espacios de dominio público se han visto fuertemente intrusados por actividades de todo tipo, también ha ocurrido con el cordel que conoceremos hoy. [1]

Cordel de la Camorra
Si es la primera vez que caminas por el cordel de la Camorra, buscando liberarte del estrés o como actividad deportiva, con seguridad conservarás un grato recuerdo y verás cumplidas tus expectativas. En todo caso, ya que cualquier camino ha sido testigo de acontecimientos a lo largo del tiempo, a pie de página señalo algunos vividos en primera persona o que me han transmitido. Unas pinceladas de vida que ilustran el recorrido y que pretenden conseguir su permanencia en la memoria.

El primer tramo, hasta la carretera de Sevilla a Mairena del Alcor, tiene un kilómetro y medio. A nuestra izquierda, durante todo el tramo, disfrutaremos de la dehesa Nueva o de Martín Navarro. En ocasiones las panorámicas de las encinas, acebuches, lentiscos y otras especies arbóreas son extraordinarias. El avistamiento de aves rapaces: ratonero, milano, águila culebrera, cernícalo común y primilla se encuentra garantizado.[2] En la parte derecha marcharemos junto a un eucaliptal, al que le sigue una amplia zona de pastizal. Las vistas, en dirección a Alcalá, son únicas. [3]

Cordel de la Camorra
Mientras disfrutamos de la naturaleza podemos poner en orden las ideas, conocer nuestro entorno y reflexionar sobre el por qué los caminos atraen tanto a las personas o sobre el sentido del camino del que nos habla el poeta Antonio Machado, caminante son tus huellas el camino y nada más… Así, disfrutando del camino y el paisaje, con nuestros pensamientos, llegaremos al cruce de la vía pecuaria con la carretera Sevilla – Mairena del Alcor. Estamos en una zona con historial de bandolerismo, que tenía a la cuesta de La Ligera, que le precede, como el epicentro de su actividad. Uno de los hechos que más repercusión tuvo fue un robo perpetrado  en la Hacienda Nueva o Soledad en la en 1897. [4]

Ya hemos cruzado la carretera y a un kilómetro de distancia, a nuestra derecha, encontraremos la hacienda de San Agustín. En el libro Cortijos, haciendas y lagares de la provincia de Sevilla se describe como una de las más importantes haciendas del término municipal de Mairena del Alcor y se dice que su estado de conservación es bueno, aunque acusa diversas reformas y considerables añadidos para adaptarla a su nueva funcionalidad, fundamentalmente residencial y dedicada a la cría de caballos, y que responde a las pautas que definen la tipología de la hacienda, aunque en este caso se articula de forma anárquica en torno a un patio principal irregular. En esta ocasión no cuenta con una sola almazara sino con dos, de las que sobresalen las macizas torres de contrapeso, que son los elementos más significativos del edificio histórico. [5]
Hacienda de San Agustín. Foto: En "Cortijos, haciendas
y lagares de la provincia de Sevilla" 


Una vez que hemos pasado la hacienda de San Agustín, a nuestra izquierda finalizaba el camino de Pero Migo o de San Agustín, que nace en el de Matatoros, cerca de la conocida como Cruz de Otivar, y que cuenta con más de tres kilómetros trescientos metros de longitud. Este camino aparece en el Inventario de Caminos de Alcalá de Guadaíra, pero no lo podemos recorrer en su totalidad, ya que se encuentra cortado. [6]

Continuaremos de frente y a unos quinientos metros nos saldrá un camino a nuestra derecha que inmediatamente se divide en dos, cogeremos el de la izquierda para visitar las ruinas de la Ermita de Belén. [7] La zona también se conoce como la alamea Belén.  Se encuentra dentro del término municipal de Carmona, a unos doscientos metros del cordel de la Camorra por el que venimos transitando. El Padre Flores, en sus memorias, al referirse a las capillas con culto en los alrededores de la hacienda del Lavadero, que veremos más adelante, la nombra.
Ermita de Belén. Foto: Enrique J. Cuevas, agosto de 2016.
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Devuelta sobre nuestros pasos, continuaremos por el cordel de la Camorra, unos quinientos metros, hasta enlazar con la Cañada Real de Pero Mingo y Palmete, que cogeremos a la izquierda. Quinientos metros más adelante nos encontraremos con el camino de Matallana, que cruza la cañada, y que lo tomaremos a la izquierda. Hay que tener cuidado, ya que se encuentra asfaltado, aunque el tráfico es mínimo. A doscientos metros de allí estaremos ante la entrada a la hacienda de San José. Edificio del siglo XVIII, que se desamortizó durante el Trienio Liberal (1820-1823) y que hasta entonces había perteneció al sevillano convento de San Basilio el Magno.


Hacienda de San José. Foto: En "Cortijos, haciendas y lagares
de la provincia de Sevilla."
A doscientos cincuenta metros de la hacienda de San José, a nuestra derecha, continuando por el camino de Matallana, encontraremos la hacienda de El Lavadero de Santa Teresa. El Padre Flores nos habla en sus memorias de la hacienda del Lavadero de Santa Bárbara, conocida como el Tonelero, de D. Antonio Blomaert.[8]

Desde allí regresaremos sobre nuestros pasos al punto de partida, tal vez, con una mirada diferente sobre los caminos, en todo caso, ya verás cómo la jornada se te hace corta y con ganas de emprender una nueva ruta para conocer nuestro patrimonio histórico y natural.



Mapa de la ruta




 Francisco José Gavira Albarrán



[1] En 2007, Alwadi-ira – Ecologistas en Acción denunció, en apoyo de los vecinos de la urbanización, la ausencia de un paso elevado o subterráneo que diese continuidad a la vía pecuaria. En el proyecto de desdoble de la carretera A-398., se olvidaron de facilitar el paso y continuidad del cordel. En 2013 se puso en conocimiento del SEPRONA, Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra y Delegación de Agricultura, Pesca y Medioambiente de Cultura de la Junta de Andalucía la usurpación del cordel, junto a la misma urbanización, donde se había intrusado con la instalación un campo de futbito.

[2] En 2017, en respuesta a una llamada de los vecinos de la zona, el grupo ecologista denunció una corta de árboles en la dehesa Nueva. Estuvimos en el cordel, como atalaya para intentar comprobar la corta de árboles en el interior de la dehesa y recibir a los agentes del Seprona.

[3] Mi padre me cuenta que, en 1945, en plena posguerra, con doce años, junto con mi abuelo y una burra, estuvieron haciendo cisco al lado del eucaliptal. Mi abuelo que había perdido su medio de vida, una calera, tenía que buscarse las habichuelas como podía. Como almuerzo llevaban hojas de coles esparragadas elaboradas con pimiento molido, aceite y ajos. El hambre perduró en amplios sectores de la población durante mucho tiempo después del golpe de estado perpetrado contra la república.

[4] En el Diario de Córdoba, de fecha 27 de agosto de 1897, entre otros medios, se hizo eco de la siguiente noticia: Robo escandaloso.- En la Hacienda Nueva, término de Alcalá de Guadaíra, se ha cometido un robo que recuerda á aquellos que hicieron tristemente célebres á los Juan Palomo y José María, terribles habitantes de Sierra Morena. En las primeras horas de la noche se presentaron en la finca referida cuatro hombres pobremente vestidos, pidiendo agua al capataz para calmar la sed. El capataz, sin sospechar nada de aquellos hombres, fue á darles de beber, cuando repentinamente uno de ellos le colocó un revólver junto al pecho, amenazando con disparar si profería la menor palabra ó articulaba un grito. Sorprendido el capataz por tan brusca é inesperada agresión, nada pudo hacer en su defensa, y otro tanto ocurrió á su mujer, á quien amenazaron con un puñal los ladrones. Estos les intimidaron para que entregaran cuanto dinero tuvieran consigo, recibiendo la llave de un mueble donde los colonos guardaban 8.000 reales, dispuestos para pagar los jornales de los operarios de la finca. Después de apoderarse del dinero, los ladrones cerraron la puerta de la casa para impedir que los robados pudieran perseguirlos, y se pusieron en precipitada fuga.

[5] En Cortijos, haciendas y lagares de la provincia de Sevilla. Tomo 1, pg. 860 y 861. Junta de Andalucía. Consejería de Obras Públicas.

[6] El corte del camino de Matatoros fue denunciado por la Sociedad Ecologista Alwadi-ira.

[7] Según me cuentan, la ermita se encontraba habitada a mediados del siglo pasado por un guarda de nombre Juan de Dios, al que llamaban Pata Palo, por su minusvalía, que ejercía la guardería para varias fincas de los alrededores.

[8] Memorias históricas de la villa de Alcalá de Guadaíra. D. Leandro José de Flores. Sevilla, 1833. Cuaderno 5º pg. 9



jueves, 9 de abril de 2020

2º RUTA: GANDUL HISTÓRICO


Esta ruta es de baja dificultad, tiene una longitud de unos nueve kilómetros y medio, se puede recorrer en una tres horas y media. [1]
Mesa de Gandul, vista desde la vereda de Angorrilla

Comenzamos en la venta de El Puli, junto al palacio de Gandul edificio del siglo XVII. Este sitio ha sido siempre lugar de paso, pues ya en tiempos de los romanos pasaba por aquí una de las vías de comunicación más importantes, la vía Hispalis-Anticaria (Sevilla-Antequera). [2]

Junto al palacio podemos ver varios molinos: el de Arriba, formando parte del propio palacio, el de Enmedio, prácticamente derruido por el tiempo y el abandono, y el de Abajo, cuyas piedras eran movidas por el arroyo de Gandul, también conocido como de La Madre.

Tomaremos el cordel de Gandul que se dirige en dirección a la aldea, donde destacan tres edificios: la iglesia, dedicada a San Juan Evangelista; el edificio que está frente a ella, denominado la Cárcel[3] y algo más adelante, ya al final de la aldea, la Posada. Aquí tomaremos el cordel hacia la derecha, entre chumberas, en dirección a la cárcel de mujeres. Al llegar a la antigua vía del ferrocarril, camino amplio que es cruzado por el cordel, nos incorporaremos a ella, en dirección a Mairena del Alcor. Justo al final de unos eucaliptos[4] nos desviaremos a la izquierda para adentrarnos en el abandonado campamento de Las Canteras y visitar Villa Emilia, villa romana de la que aún hoy es posible ver sus cimientos y donde destacan, sobre todo, los baños. Para acceder a ella tomaremos, al finalizar los primeros eucaliptos, un camino a la izquierda, hasta pasar unas pequeñas construcciones que en su día fueron gallineros. Una vez allí tomaremos a la derecha internándonos entre los eucaliptos unos metros. 




Antigua vía del ferrocarril

Desde Villa Emilia volveremos al camino y tomaremos en dirección a unos barracones, que se pueden divisar desde la vía bordeando el eucaliptal. Ante de llegar a estos barracones podemos ver a la izquierda, entre los primeros eucaliptos, una hondonada, que fue una antigua cantera romana de donde se extraía material para la construcción de edificios. Pasaremos por los barracones, una casa y una gran alberca junto a un naranjal abandonado, desde aquí podemos divisar una construcción circular en lo alto de una loma, se trata de un mausoleo romano, que es el siguiente lugar al que nos dirigiremos.

Este monumento es del siglo I d.C. podemos ver que la única parte conservada es la primera hilera de sillares, el resto es producto de una restauración. En su interior todavía se conservan unos nichos funerarios pertenecientes a enterramientos de incineración.

Desde este lugar continuaremos hasta el denominado Tholos de Las Canteras, dolmen de época calcolítica, 2400-1700 a.d.C. que se encuentra en la siguiente loma, rodeado de unos agujeros circulares de un metro de profundidad que son enterramientos de inhumación pertenecientes al broce pleno, 1700-1100 a.d.C.
La Cueva del Vaquero[5] se entra a pocos metros de aquí rodeado de una alambrada rota. Se trata de un dolmen de época calcolítica, 2400-1700 a.d.C. en muy buenas condiciones, que se puede acceder por una angosta entrada. Si entramos en él podremos ver que está construido mediante la superposición de pequeñas piedras que van formando una galería de 10,65 metros de largo que al final termina en un recinto circular rematado en falsa cúpula. Era en este recinto circular donde se enterraban a los muertos. Si desde este lugar miramos hacia la dehesa de Gandul podremos ver una zona más elevada cubierta de acebuches, es la zona conocida como La Mesa de Gandul, donde sobresale un pequeño montículo, El Toruño. El Toruño es un bastión defensivo que tuvo una antigua ciudad asentada en La Mesa, y cuya antigüedad está establecida en el Bronce final, 1100-700 a.d.C.
Al fondo, El Toruño


Desde la Cueva del Vaquero nos dirigiremos hacia los túmulos de Bencarrón que podemos ver como pequeñas elevaciones sobre el terreno cerca de un eucaliptal en dirección a Mairena. Estos enterramientos pertenecen al denominado periodo tartésico-orientalizante, que corresponden al 700-500 a.d.C. en ellos se encontraron fíbulas, broches, marfiles decorados, etc. Desde aquí nos dirigiremos al dolmen de El Término, para ello bajaremos el camino que atraviesa los túmulos en dirección a un montículo que se puede ver a la izquierda del olivar que tenemos en frente. Este dolmen ha sido restaurado recientemente y, en el monolito que aparece en su entrada podemos leer algunos datos sobre su origen. Desde el dolmen de El Término nos dirigiremos de nuevo a la vía por un camino que atraviesa el olivar, en medio del cual se encuentra el denominado dolmen de La Casilla,[6] tomando el nombre de la casilla hundida que se encuentra al final de este camino, antigua casilla del tren.
Dolmen de El Término


Dolmen de la Casilla


Justo al otro lado de la valla, y algo más abajo, entre vegetación se encuentra la fuente romana de Gandul,[7] para poder llegar a ella tendremos que coger la vía en dirección a Mairena, ya que unos doscientos metros más adelante termina la valla. Si entramos en la finca y volvemos siguiendo la valla por entre retamas, palmitos, algún acebuche, etc., llegaremos de nuevo a la altura de la casilla, en este punto debemos tomar a la izquierda por un pequeño sendero que va directo a la fuente que hoy día se encuentra en perfecto estado, aunque con poco caudal, y que en otro tiempo fue uno de los puntos de suministro de agua para la ciudad romana que se asentó en La Mesa de Gandul.
Fuente romana


De vuelta a la vía tomaremos en dirección a Mairena del Alcor[8] para torcer a la derecha en un olivar que tiene una casilla abandonada, denominada la casa de Bencarrón. Este camino nos llevará al arrollo del Salado, afluente del río Guadaíra, que se encuentra en un estado lamentable, no solo porque sus aguas están muy contaminadas, sino porque en sus márgenes, salvo carrizos y algún eucalipto, ha desaparecido todo vestigio de vegetación. Tomaremos aguas abajo hasta llegar a la vereda de Angorrilla, durante este recorrido tendremos unas vistas inmejorables de las laderas de La Mesa de Gandul cubiertas de acebuches, esta perspectiva nos puede dar una respuesta de por qué fue ocupado este lugar durante más de 2500 años. Una vez en la vereda de Angorrilla tomaremos en dirección al palacio por un camino que asciende suavemente y que nos muestra otras vistas de las faldas de La Mesa. Así llegaremos a nuestro punto de partida, dando por concluido este itinerario.
Vistas desde Angorrilla
Mapa de la ruta


Antonio Gavira Albarrán




[1] Hoy no es posible realizar en gran medida el recorrido propuesto por Antonio en 2003.
[2] El Instituto Geográfico y Estadístico dibuja en 1902 el despoblado de Gandul de la siguiente forma:

[3] “En la plaza se sitúa el Cabildo, que servía de casa de reuniones para el Ayuntamiento, escribanía, pósito (almacén de granos) y cárcel. Es un edificio de dos naves levantado entre 1744 y 1763.” GANDUL. Cuadernos Didácticos de Patrimonio Histórico y Artístico. Nº 5 para alumnado de secundaria. Varios Autores. Edita Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra. 2009
[4] En relación con el siguiente tramo consultar la publicación: Una ruta imposible por el campamento de Las Canteras.
[5] La reivindicación de Parque Cultural para Los Alcores, con recogida de firmas, manifestaciones, limpiezas de Gandul y otros actos reivindicativos trajeron la restauración de los dolmen de La Cueva del Vaquero y el Tholos de Las Canteras en 2009.
[6] El dolmen de La Casilla se encuentra en el interior de una finca de olivos completamente vallada y protegido con una cancela. Para acceder tenemos que combinar dos factores, una autorización de patrimonio y la disposición de la propiedad para facilitarnos el paso, circunstancias que hacen casi imposible su visita. La misma situación encontramos en el dolmen del Término.
[7] En relación con la fuente romana de Gandul o romana de cañada honda podemos consultar la siguiente publicación: http://losalcoresparquecultural.blogspot.com/2018/11/la-fuente-de-canada-honda-abandonada-su.html
[8] Este último tramo podríamos aún realizarlo.