Desde 1834, hasta su fallecimiento en Sevilla el 26 de marzo de 1884, D. José Pacheco y Aragón ostentará el título de VI marqués de Gandul. El marqués es dueño y señor de la villa que lleva el nombre de su título, de sus casas, molinos, palacio y tierras aledañas, entre otras muchas propiedades.[1] No obstante, su “villa”, en palabras de Navarro, es un cortijo donde todos los vecinos eran jornaleros del marqués.[2] A diferencia de su padre, D. Francisco Pacheco y Gómez de Barreda, V marqués de Gandul, que frecuentaba su casa en Alcalá,[3] en la que estuvo en dos ocasiones Fernando VII[4], él residirá en la Plaza de La Magdalena, esquina Calle Murillo, nº 2.[5] Esta es la ciudad que le interesa y donde desarrollará una intensa vida social y política hasta sus últimos días.[6] Por poner unos ejemplos: en 1862 lo podemos ver en un baile organizado en la Real Maestranza de Caballería, un imponente edificio de Juan de Herrera, donde se dio cita la nobleza y la burguesía de Sevilla para agasajar a SS.MM.AA.[7] En 1863, en la visita que realiza a Sevilla Pietro de Brognóli, un afamado artista italiano, para exponer una colección de láminas gravadas con el título: Historia de la pintura desde principios del siglo XIII hasta el XVII, lo veremos también junto a SS.AA. RR los Infantes Duque de Montpensier, el Infante D. Sebastián y toda élite de la ciudad.[8] En 1877, en la boda de Dolores Gómez de Barreda y Gómez de Barreda, con Nicolas Maestre y Lobo, que tuvo lugar en la casa de los Barreda; una ceremonia religiosa que correría a cargo del párroco de San Lorenzo, Marcelo Spínola y Maestre, el marqués de Gandul fue uno de los testigos. Actuaron como padrinos «la Sra. Dª Manuela Varona y Villavicencio y el Sr. D. Juan Maestre, y testigos el Sr. Marqués de Gandul, D. Manuel Gómez de Barreda, D. Ramón de la Miyar y don Rafael Lobo. La prensa dirá que «las señoras, si bien en menor proporción, dieron el mayor encanto y brillantez á la fiesta, como se justifica por sus nombres: Sra. Condesa de Casa Galindo, Marquesa de Esquivel y Casa-Ramos, Sras. de Guinarest, Carnevali, Spínola, Arjona y León; y Srtas. de Arjona, Villapanés».[9]
Nuestro afamado marqués es miembro de la Maestranza de Caballería, institución cuyos individuos pertenecen a la nobleza. En la Guía de Sevilla y su provincia aparece todos los años en la relación de Caballeros Maestrantes, un título que le viene heredado. Su nombre también aparecerá publicado anualmente entre los grandes de España, en la relación de marqueses.[10]En 1865, por Real Orden, se le concede el uso de una condecoración exclusiva para este cuerpo.[11] En la Guía Oficial de España lo tenemos en la relación de caballeros y en la de marqueses. [12] La visita a sus dominios debieron ser puntuales. No obstante, aparecerá permanentemente en la Guía de forasteros en Madrid.[13]
A finales de marzo de 1884 la prensa publicará la noticia de que el marqués de Gandul se encuentra grave o muy grave.[14] Ya en 1866 le dieron por muerto, tras sufrir un accidente con el caballo cuando se dirigía a su hacienda.[15]El 30 de marzo se anunciará su fallecimiento.[16]El treinta y uno de marzo de 1884, el diario La Fe dirá que «Ha fallecido en Sevilla D. José Pacheco y Aragón, Marqués de Gandul y digno Presidente que fue de la Junta provincial católico-monárquica de Sevilla.»[17]Por su interés transcribimos la necrológica publicada:
EL MARQUÉS DE GANDUL
Con profundísima pena hemos sabido la muerte del ilustre tradicionalista que por tanto tiempo y con tanto brillo supo llevar nuestra santa bandera, y dar dirección y ejemplo á los defensores de la verdad, en Sevilla.
He aquí en qué términos da cuenta de esta gran pérdida nuestro queridísimo colega sevillano:
«En la mañana de ayer, rompiendo las ligaduras mortales que la tenían sujeta á este destierro pasajero, voló al cielo la nobilísima alma del que fue en la tierra el aran caballero don José de Pacheco y Aragón, marqués de Gandul.
Dado de una naturaleza privilegiada, que había hecho casi invulnerable sus severas costumbres y el puntual cumplimiento de los deberes religiosos, en que fue siempre exactísimo, ha sucumbido a las consecuencias de un accidente imprevisto, cuando, á pesar de sus ochenta y cuatro años, aún parecía que por largos años podríamos disfrutar la dicha de su posesión, el estímulo de sus ejemplos.
Dios, sin embargo, lo ha dispuesto de otra manera.
Humillémonos y adoremos sumisamente sus santos designios.
Pero lloremos sin que sea protesta contra aquellos, sino justo testimonio de nuestro duelo, la pérdida que el tradicionalismo, la causa tres veces santa de Dios y del Derecho, han experimentado con la muerte del que siempre veneramos como nuestro jefe natural en esta región; del que fue siempre el primero en imponerse todo linaje de sacrificios; del que nada escaseó, principiando por su persona y terminando por su fortuna, para ofrecerlo y ponerlo al servicio de los sagrados intereses, á que su nobleza y recta conciencia le dictaban consagrarse.
Nadie con más severidad que el señor marqués de Gandul observaba respetuosamente la máxima 'NOBLEZA OBLIGA' y desde el primero al último día de su existencia, siempre estuvo firme y decidido donde aquella le ordenaba.
Ni las cárceles, ni el destierro, ni la privación de su fortuna, ni género alguno de intimidación, fueron jamás bastantes á producir en su varonil carácter un momento de debilidad.
Ni se quebró, ni se dobló.
Los vendavales le azotaron; pero él encontró en su fé y en su entereza fuerza suficiente para resistirlos.
Moderno Bayardo, se propuso hacer efectivo el lema que escribió en su escudo Sans poetir et sans reproche, y escrito é inmaculado lo deja para que su ataúd sea cubierto con este monumento de gloria.
Grave responsabilidad nos deja á los que hemos sido formados en su ejemplo.
¡Quiera Dios que siempre permanezcamos fieles observadores de ellos, puesto que al par nos lega el de saber resistir á toda contradicción!
Lloremos, pues, su muerte,
y pidamos al Padre de las Misericordias que, usando de ellas con largueza en
favor de la bendita alma del finado, le otorgue en la Bienaventuranza el lugar
reservado á los que, como él, pelearon con tanto entusiasmo las batallas del
Señor.
» R. I. P. A.» [18]
El funeral tuvo lugar en la parroquia de Magdalena con la asistencia de numeroso público. Sus restos fueron conducidos a sus posesiones en Gandul. El cortejo fúnebre iba presidido su sobrino, Francisco Pacheco.[19]
Unos días más tarde de su fallecimiento, la tarde
del 12 de mayo, D. Antonio Miura tuvo la desgracia de ser cogido por un toro
que le había vendido el marqués de Gandul. Al parecer, no podía ser amarrado
por los hombres a quienes esto se les había encargado. Miura, tratando de
ayudarles, desmontó del caballo, y al ir a coger al toro por la cola, éste le
embistió y le cogió repetidas veces. A consecuencia de los golpes, Miura perdió
el conocimiento, y en grave estado se le condujo a la venta de Guadaíra, donde
se le sangró; pasado algún tiempo, se le llevó a su casa de Sevilla…[20];
Otra versión nos dice que, Miura se apeó del caballo que montaba con el
objeto de derribar un toro de la ganadería del señor marqués de Gandul, que se
encontraba sujeto por una cuerda y que se trataba de conducir al matadero: pero
en el momento de cogerle la cola el Sr. Miura, el toro rompió la cuerda y
volviéndose con la velocidad del rayo, lo volteó por tres veces consecutivas,
ocasionándole terribles golpes en la cabeza, que le privaron del conocimiento.
Según un telegrama de última hora, el Sr. Miura se encuentra fuera de peligro.[21]
El accidente se produjo en el cortijo de Cuarto, sito en Tablada, Sevilla.
[1] «Padrón municipal». España, Provincia de Sevilla, registros municipales, 1293-1966.
Famil y Search.
[2]Navarro Domínguez, José
Manuel: “La desvinculación señorial en la comarca de los Alcores”, Villas, monasterios y señoríos. Estudio
sobre el régimen señorial, Sevilla, 2003 y “El problemático proceso de
incorporación de Gandul a Alcalá de Guadaíra en 1840”, IX Jornadas Locales de Patrimonio Histórico y Natural, Alcalá de
Guadaíra, 2008, en III Congreso de Historia y Cultura de Alcalá de Guadaíra,
15-18, 2022. El estudio de la economía en Los Alcores en la crisis del
Antiguo Régimen. Fuentes documentales y precisiones metodológicas.
p. 624.
[3]Flores, Leandro José de.
Memorias históricas de la villa de Alcalá de Guadaíra. Sevilla, Imprenta
de Mariano Caro, 1833 – 1834. La casa se encuentra en calle Alcalá y
Ortí, 16, La Cañada, al parecer construida por su padre, Álvaro Antonio Pacheco
y Ortega, IV marqués de Gandul, en torno a 1780, que era vecino de Alcalá de
Guadaíra y figuraba como hermano mayor de la cofradía del Santo Entierro.
[4] Guía de
Sevilla, su provincia. 1875, p.514., Guía de Sevilla, su provincia.
1876, p.264., Guía de Sevilla, su provincia. 1876, p.481., Guía de
Sevilla, su provincia. 1877, p. 258., Guía de Sevilla, su provincia.
1877, p. 473.
[5]Guía de Sevilla y su
provincia.
1865, p.262, Guía de Sevilla y su provincia. 1872, Guía de Sevilla y
su provincia. 1873, p. 471, 1876, p.481, 1877, p. 473, 1878, p.489, 1879,
p. 466, 1880, p.375 y 468, 1881, p. 473, 1883, p.473, 1884, p.398, Anuario del
comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración. 1881,
p.46.
[6]Diario Noticioso de la
ciudad de Sevilla,
25-10-1822. p.6. Su nacimiento tuvo lugar en Utrera en 1801.
[7]La
Andalucía, 26-09-1862, p.3.
[8]La
Andalucía, 02-011863) pg.1-2.
[9]El Campo (Madrid.
1876). 16-12-1878, p.14.
[10]Guía de
Sevilla y su provincia.
1866, p.109, 1872, pp. 227 y 234, 1873, p. 283, 1875, p. 310, 1876, p. 264,
1877, pp. 258 y 261, 1878, p.274 y 276, 1879, p.259, 1880, pp. 257 y 259, 1881,
p.272, 1882, p.243 y 246, 1883, pp.261 y 263, 1884, p.272 y 274.
[11]Guía de
Sevilla y su provincia. 1865, p.23, 1878, p.180.
[12]Guía oficial
de España.
1876, p. 178, 1877, p.178 y 216, 1878, p.180, p.218, 1879, p.222, 184 y p.257,
1880, p.186, 1881, p.184, 194, 272 y 274, 1882, p.184, 241 y 246, 1883, p.189,
p.230,1884, p.274, 1884, p. 201, p. 229.
[13] Guía de forasteros en
Madrid. 1853, p.190.
[14]La
Correspondencia de España. 28-3-1884, n.º 9.502 p. 1, El Día (Madrid).
28-3-1884 p.2, La Correspondencia de España. 30-3-1884, n.º 9.504, p.1,
La Discusión (Madrid). 30-3-1884, n.º 1.584, p.2.
[15]Las Noticias (Madrid)
11-1-1865, p.2. «Dice un periódico de Sevilla que el martes parece que yendo el
señor marqués de Gandul á su hacienda, fue despedido de su caballo en un salto
que este dio, resultando muerto en el acto.»
[16]La
Correspondencia de España. 30-3-1884, n.º 9.504, p.1, La Discusión
(Madrid). 30-3-1884, n.º 1.584, p.2.
[17]La Fe (Madrid).
31-3-1884, p.3.
[18]El Siglo
futuro
31-3-1884, n.º 2.708, p.2.
[19]Boletín de
loterías y de toros
(Madrid). 15-4-1884, n.º 1.729, p.2.
[20]El Día (Madrid.
1881). 14-5-1884, p.2, El Liberal (Madrid). 15-5-1884, p.2.
[21] La
Correspondencia de España. 15-5-1884, n.º 9.550, p. 2.