viernes, 4 de marzo de 2016

SENDERISTAS UBRIQUEÑOS POR EL MUNDO: EL GANDUL (SEVILLA)

Texto y fotos por Alejandro Pérez Ordóñez
El pasado domingo 24 de febrero de 2013, Alejandro Pérez Ordóñez y Esther Carrero Fernández, acompañados de algunos amigos más, participaron en una ruta senderista guiada por el paisaje histórico de El Gandul, entre Alcalá de Guadaira y Mairena del Alcor, en la provincia de Sevilla. La convocatoria había sido realizada por el Grupo Ecologista Alwadi-Ira y por la Plataforma en Defensa de Los Alcores, que reivindican la declaración de un Parque Cultural que proteja los altos valores patrimoniales históricos y ecológicos de esta zona, elementos de gran interés que pudimos conocer de primera mano en esta ruta.
Pancartas en petición del Parque Cultural de Los Alcores

La cita era a las 10 de la mañana en el Palacio de Gandul, al pie de la antigua carretera Sevilla-Málaga, hoy semi-abandonada y desplazada por el nuevo trazado de la autovía A-92 que pasa a pocas decenas de metros. Las asociaciones convocantes desplegaron una pancarta y el anfitrión de la ruta, megáfono en mano, comenzó la presentación. Nuestro inmejorable guía eraFrancisco López Pérez, o simplemente Curro, docente e investigador incansable y además natural de El Gandul, conocedor en detalle de numerosos aspectos del lugar, hoy despoblado, pero que hasta 1840 fue una villa con ayuntamiento propio, antes de ser anexionada al municipio vecino de Alcalá de Guadaira.

Primero conocimos el núcleo de la antigua población, donde sigue en pie como edificación destacada la iglesia de San Juan Evangelista. Las explicaciones magistrales de Curro nos sirvieron para imaginarnos la vida de la pequeña villa en épocas pasadas: la torre, de origen medieval; la plaza con el ayuntamiento y calabozo municipal, precioso edificio que tuvo un reloj de sol; el cementerio... Y partiendo de allí, la Calle Real, que no es otra cosa que parte del antiguo camino de Sevilla a Granada, que da razón de ser a esta pequeña población, pues se encuentra a una jornada de camino desde la capital hispalense, de modo que era parada y fonda para los viajeros en ese itinerario. No en balde, en la posada del Gandul se alojó Washington Irving, que recoge en sus escritos esta estancia. La Calle Real está excavada en el terreno, de modo que las casas estaban sobreelevadas hasta dos metros por encima de los taludes de esta peculiar vía, hoy jalonada de chumberas. Al final está la citada posada y el molino de aceite, donde se conserva un azulejo con el topónimo de la población. Junto a este conjunto, hoy en ruinas como gran parte de los antiguos edificios, están los restos de la que fue estación de ferrocarril del Gandul, junto al trazado ya desmantelado de la vía Sevilla-Carmona, que a su paso por Alcalá fue conocido como el Tren de los Panaderos.

Continuamos por este camino hasta llegar a una zona inundable y amplios llanos, en la parte alta de la Mesa de Gandul, donde, tras atravesar los restos de un acueducto, descubriremos los orígenes remotos del poblamiento humano en esta zona. Se trata de los dólmenes de Gandul, necrópolis megalítica que incluye el Tolos de las Canteras, la Cueva del Vaquero y el Dolmen del Término, ya en el límite administrativo actual entre Alcalá de Guadaira y Mairena del Alcor. Antes pasaremos junto al mausoleo circular romano, singular columbario que se conserva, con una amplia reconstrucción. El dolmen de la Cueva del Vaquero es el más espectacular, porque conserva parte del túmulo que los cubría y se puede penetrar por su corredor hasta la cámara interior.

Una vez en el Cortijo del Término, Curro volvió a reunir al grupo en torno a él para explicar, entusiasmado, qué son lo que los alcalareños llaman "pioburros". Deformación fonética de "pie de burro", se trata de una pequeña plantita con una bonita flor violácea, antaño muy conocida por los alcalareños. Su simpático nombre le viene por la singular forma de su raíz, pequeño tubérculo que parece la pezuña de un asno, y que es comestible. En la vecina localidad de Mairena, los pioburros son conocidos como "patitas".

Vuelta atrás por el camino de la vía, y fin de la ruta, de multitudinario seguimiento pues participaron aproximadamente 200 personas, todo un éxito de esta convocatoria ofrecida especialmente para personal docente y abierta a todos los interesados, con el fin de la divulgación del rico patrimonio del entorno de Gandul, como tuvimos ocasión de comprobar. Magnífica idea que secundamos y a la que esperamos humildemente contribuir con la publicación de esta entrada de blog. Me despido de los lectores con el reportaje fotográfico de la jornada.





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