A modo de acto reflejo, cada vez que se difunde una denuncia sobre el
abandono de la Zona Arqueológica de Gandul o se reivindica un “Parque Cultural
para Los Alcores”, suele publicarse una columna justificando la actitud de la Administración,
relativizando la importancia de los hechos denunciados y ridiculizando las
propuestas planteadas para su protección y recuperación.
Concentración junto al palacio de Gandul pro Parque Cultural |
Causa estupor que se pase por alto, o se ignore, que la Zona Arqueológica de Gandul fue declarada Monumento
Histórico Artístico en 1931, bajo la denominación de “Necrópolis Dolménica de
Los Alcores, en Gandul”. Este patrimonio, en base a la Disposición
Adicional Primera de la Ley 16/1985, de 25 de junio de Patrimonio Histórico
Español, es Bien de Interés Cultural sin una delimitación precisa. No obstante,
por Resolución de 15 de octubre de 1.991, publicada en el BOJA nº 98 del 8
de diciembre de 1.991, la Dirección General de Bienes Culturales de la
Junta de Andalucía, incoa expediente
para su delimitación, incorporándose al “Catálogo General del Patrimonio
Histórico Andaluz”, como “Conjunto Arqueológico de El Gandul; Las Canteras;
Necrópolis dolménica de los Alcores”. La declaración tiene la facultad de “suspender
toda licencia municipal de parcelación, edificación y demolición en la zona y,
cualquier cosa que deba hacerse requiere la autorización expresa de dicha
Dirección General”. Y dado que, el expediente no se ha concluido y, desde el
Ayuntamiento no se ha actuado, con la contundencia debida, ante la
administración autonómica, obligándole a concluir los trámites administrativos, convirtiéndose en el máximo responsable de su abandono. Al igual que responsable de mantener en el cajón el acuerdo unánime del Pleno Municipal de impulsar la declaración de Zona Patrimonial gestionada por un Parque Cultural.
Francisco José Gavira Albarrán
Francisco José Gavira Albarrán
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