jueves, 2 de julio de 2020

Éxito de la sociedad civil contra la incineración.

Posible pinchazo del acuífero en la cantera de la cementera.


La Plataforma Contra la Incineración de Residuos en Los Alcores presentó, el pasado 26 de junio, en el Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra, más de 9.000 firmas ciudadanas exigiendo la modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para impedir la quema de residuos en la cementera Portland o en cualquier otra instalación de la localidad.

La ciudadanía muestra, de esa forma, una vez más, su rotunda oposición a la incineración de 292.000 toneladas/año de residuos en la cementera Portland de Alcalá de Guadaíra, entre los que, previsiblemente, estarán los del vertedero de Nerva (Huelva), según se desprende de su proyecto de ampliación.

Ante la lógica de la rentabilidad y el beneficio, esgrimida por la empresa desde hace años, con sus planes para quemar residuos en el horno de clinker, a fin de utilizarlos como combustibles alternativos, se reivindica su reducción, reutilización, reciclaje, compostaje…, minimizando, de esta manera, los efectos sobre la salud, la contaminación del entorno y la extracción de materia prima de la naturaleza.

El resultado de esta campaña es fruto del trabajo informativo desarrollado en la calle por la Plataforma, que está logrando desmontar los argumentos de la cementera, a pesar de los recursos que invierte en hacernos ver lo afortunados que somos por tenerla justo al lado de nuestra casa.  

La cementera es la industria que más contribuye al calentamiento global por emisiones de CO2 en la provincia de Sevilla, 598.000.000 kg/año vertidas a la atmósfera en 2018, últimos datos oficiales. Ha batido sus propios récords por emisiones de materia particulada (PM10) 4.780 kg/año, partículas totales en suspensión (PST) 54.100 kg/año, aumentado sus emisiones de metales pesados, como el cadmio, cromo, cobre, níquel, plomo, talio, cobalto, zinc, manganeso o vanadio. También los semimetálicos como el antimonio. Igualmente han aumentado las dioxinas y furanos, los policlorobifenilos, el benceno, los hidrocarburos aromáticos policíclicos, el cloro, etc., según un informe elaborado por la Plataforma.

También estamos ante la industria que más suelo ha devorado en nuestro término municipal, aproximadamente, 300 hectáreas. El suelo es, además de un recurso natural no renovable, un elemento clave del sistema climático, ya que tiene el potencial de capturar enormes cantidades de carbono. En nuestro caso, también, es un suelo muy rico en patrimonio paleontológico y arqueológico, su eliminación afecta seriamente al acuífero Sevilla-Carmona y deteriora un paisaje genuino, como es el de Los Alcores, en una zona fuertemente humanizada y donde el objetivo de la Agenda 2030 “lograr un mundo con efecto neutro en la degradación del suelo”, se encuentra más que justificado.

Tampoco nos habla la cementera de los puestos de trabajo que se pueden estar perdiendo por estar ubicada en un punto estratégico dentro del área metropolitana de Sevilla y de que forma parte de un sector sobredimensionado, diseñado sobre un hipotético crecimiento ilimitado del monocultivo del ladrillo en Andalucía.

Es alentador presenciar otro éxito de la sociedad civil organizada entorno a una plataforma unitaria de funcionamiento asambleario, que exige con estas firmas, a nuestros responsables políticos, no arrodillarse ante los intereses económicos de unos pocos, tomando medidas que protejan la salud de las personas, el medio ambiente y nuestro futuro.

Francisco Gavira Albarrán




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