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domingo, 23 de agosto de 2020

10ª Cordel de Gallego

 

Ruta: Antonio Gavira Albarrán / Fotos Antonio y Francisco Gavira Albarrán

Sale de la Cañada de Matalajeme antes de llegar a la hacienda de La Palma, camina entre Los Bujadillos y La Pintada con dirección a la línea límite de este término con el de Utrera, al llegar al cual lo sigue en un kilómetro aproximadamente, desprendiéndose de ella para dirigirse en línea recta la cruzar la carretera de Madrid-Cádiz por la casilla de Peones Camineros llamada de Mendieta. Atraviesa el camino de Alcalá de Guadaíra a Utrera, pasa entre el cortijo de Sanabria y otro cortijo (El Gallego), deja a la izquierda un rancho (La Armada) y a la derecha el cortijo de La Palma, cruza también el cordel de Mairena del Alcor a Utrera, que aparece muy intrusado, pasa por tierras del cortijo de Marchamorón, cruza también el cordel de Carmona a Utrera y ya por la línea divisoria de este término de Alcalá y el de Utrera, sigue hasta su terminación en la Cañada Real de Piedra Hincada, después de atravesar el ferrocarril de Utrera a Morón y a Osuna.


Esta ruta comienza en la Cañada de Matalajeme

La anchura de esta vía es variable a lo largo de su recorrido, pero nunca inferior a 45 varas (37,61 metros). En lo sucesivo se le considerará necesaria con una anchura uniforme de 45 varas. Su recorrido total es de unos 22 kilómetros [1].

Según la legislación de la Mesta, el cordel es una vía pastoril para los ganados trashumantes, de 45 varas de ancho.

Esta ruta que proponemos se encuentra a unos 13 kilómetros, por carretera, del núcleo urbano de Alcalá de Guadaíra, por lo que tendremos que desplazarnos en coche hasta el lugar indicado para iniciar el recorrido.

Alcornoques, lentiscos, retamas o palmas cubren de vegetación este camino

Tomaremos dirección a Utrera para que, al llegar a la altura de la estación de Don Rodrigo, a unos 11 kilómetros de Alcalá, hagamos un giro [2] y dirijámonos a un camino que queda a la izquierda de la carretera. Se trata de la vía pecuaria denominada Cordel de Gallego. Seguiremos este cordel unos dos kilómetros y medio, hasta que lleguemos a una pequeña urbanización de parcelas que queda a nuestra derecha. Este es el lugar que hemos elegido para dejar los vehículos. Si nos fijamos a nuestra izquierda, hemos ido dejando una alambrada que justo aquí deja posibilidad de paso.

Cordel de Gallego

Tomaremos el cordel hacia delante en dirección al cortijo de La Armada, dejando a la derecha un olivar donde se encuentra un antiguo cortijo abandonado y más adelante a la izquierda otro cortijo, el de Gallego, que aunque no está habitado, sigue teniendo funciones agrícolas.

Cortijo de La Armada

Aspecto del camino entre La Armada y Gallego

Cortijo de Gallego

En este tramo el cordel nos muestra su mejor imagen, grandes alcornoques, lentiscos, retamas, palmas, esparragueras, etcétera, para en poco tiempo quedar todo en un palmar, a veces casi nada.

A unos dos kilómetros de distancia, aparece a la izquierda un vallado de chumberas y entre ellas un camino que da acceso al cortijo de La Armada. Abandonaremos el cordel y tomaremos este desvío, entre palmeras, hasta que el camino empiece a descender. Desde aquí tendremos unas panorámicas impresionantes, podremos ver toda la vega del río Guadaíra y de su principal arroyo, el Guadairilla; la formación de los alcores: Carmona, El Viso, Mairena, Gandul y Alcalá; el cortijo de Maestre, el de Zafra, el de la Boticaria…; el camino de Cuesta Carretilla, el de Maestre, etcétera.

Vista de los alcores desde Gallegos

Bajaremos este camino en dirección al arroyo de Guadairilla y al llegar a este lo tomaremos hacia abajo por su orilla izquierda hasta toparnos con un pequeño canal de drenaje. En esta zona la vegetación predominante es el carrizo y el eucalipto, aunque también podemos ver algunos álamos tarajes y raras adelfas.

Podríamos cruzar este canal y seguir el curso del arroyo, ya que unos quinientos metros más abajo existe un camino que tomado a la izquierda nos llevará hasta el mismo cortijo de Majada Alta, pero nosotros vamos a tomar este canal de drenaje que nos conducirá a una casilla abandonada junto a la cual existe un pozo de cuyo brocal podemos ver caer el agua (esto es debido a que pocos metros más arriba se encuentra una pequeña presa que actúa como vaso comunicante). Este manantial se encuentra bordeado de algunos álamos y sobre todo olmos durante una parte de su recorrido.

De esta casilla sale un camino que cruzando la arboleda nos deja ver justo enfrente, subiendo una pequeña cuesta, el cortijo de Gallego, pero nosotros cogeremos a la derecha, en dirección a Majada Alta. En esta parte del camino destacan una serie de pozos artesianos y de canales de drenajes que nos indican la gran riqueza de agua que dispone la zona. Al dar el camino un pequeño giro a la izquierda, vemos una alberca redonda y junto a ella uno de estos pozos en forma de fuente con abrevadero.

Pozo con abrevadero en Gallegos

Algo más adelante vemos un pequeño arroyo, cuyo actual nacimiento se encuentra en un pequeño bosque de olmos que está justo detrás de los eucaliptos. Este bosquecillo de olmos y eucaliptos tiene gran importancia no solo por ser de los pocos olmedales que quedan, sino porque al ser tan desconocido permite que especies como el zorro puedan sobrevivir.

Olmeda

A estas aguas se les unen las de la fuente y las de otro pequeño arroyo que nace en medio de un olivar cerca del cortijo de Majada Alta, y juntas van a parar al arroyo de Guadairilla.

Cortijo de Majada Alta

Al acercarnos al cortijo vemos que sale un camino a la izquierda, entre dos pozos. Se trata del antiguo camino que unía Alcalá de Guadaíra con Utrera. Si volvemos la vista atrás vemos como el camino se dirige en línea recta hasta Cuesta Carretilla y desde allí a Alcalá, que se encuentra a unos nueve kilómetros de aquí. El camino asciende suavemente llevándonos de vuelta al Cordel de Gallego, pero antes de terminar podemos volvernos un momento para ver todas estas tierras de labor, el arroyo, el pequeño bosque de galería a nuestra derecha…

Esta ruta tiene una longitud de unos nueve kilómetros y es de baja dificultad.

Mapa de la ruta: Antonio Gavira Albarrán

[1] Copia literal del Proyecto de Clasificación de las Vías Pecuarias del Término Municipal de Alcalá de Guadaíra de 1934.

[2] Hoy tomaremos la A-376 y la salida, a la derecha, de la estación de Don Rodrigo. Inmediatamente, en la rotonda, giraremos 360 grados para cruzar por el puente hasta encontrarnos con el inicio de la vía pecuaria, a la izquierda.

martes, 31 de marzo de 2020

Ruta por la Dehesa Nueva o Dehesa de Martín Navarro


Estamos ante una ruta circular de unos 7 kilómetros, apta para todos los públicos. La dificultad principal consiste en conseguir un permiso de la propiedad para acceder a la finca.[i] Si logramos sortear el único pero gran obstáculo, su visita constituye un regalo para los sentidos que no olvidaremos.

Paisaje de la Dehesa Nueva o Dehesa de Martín Navarro


La Dehesa Nueva o Dehesa de Martín Navarro se encuentra ubicada a dos kilómetros al Noreste del núcleo urbano de Alcalá de Guadaíra, limitando al Norte con la carretera de Mairena del Alcor a Sevilla (S-205), al Este con el Cordel de la Camorra, al Sur con la urbanización de Las Encinas, polígono industrial y finca de La Caridad, que la separan de la carretera de Alcalá de Guadaíra a Mairena del Alcor (A-392), al Suroeste con la Cañada del Chochar y al Oeste con el Cerro Gordo, hoy prácticamente desaparecido por las actividades extractivas de la cementera.


Para acceder en coche al punto de partida tenemos que llegar hasta la urbanización Las Encinas en la carretera de Mairena. Desde allí cogeremos por la carretera de servicio en dirección a Alcalá. Antes de llegar a una gasolinera veremos un amplio camino a nuestra derecha, la Cañada del Chochar, que irá dejando unas edificaciones y unas parcelas a la izquierda y una cochinera y la valla de la Dehesa Nueva a la derecha. A unos 500 metros de la carretera se encuentra el acceso a la finca y es donde dejaremos el vehículo.

          Se trata del espacio natural de mayor interés de Alcalá de Guadaíra, ejemplo de lo que debió ser la comarca de Los Alcores en otros tiempos. Predomina en la finca la encina, especialmente en las zonas bajas donde el suelo es más fértil, dominando el acebuche en los cerros, y donde la vegetación de porte arbóreo ha desaparecido, el tomillo ha ido ocupando su lugar. Pero la riqueza vegetal no se resume en encinas, coscojas y acebuches, es posible encontrar algarrobos, algún alcornoque, higueras, lentiscos, cornicabras, jaras, retamas, matagallos, majuelos, espinos negros, hediondos, jaguarzo negro, cantuesos, palmitos o tomillos, algunos de ellos podríamos considerarlos árboles singulares por su tamaño... y un largo etc. de herbáceas.

La fauna presenta, entre otras, las siguientes especies: ratonero, milano, águila culebrera, cernícalo común y primilla, cuervo, lechuzas, mochuelos, ..., zorros, liebres, conejos, meloncillo, gineta, erizo..., culebra de escalera, lagarto ocelado, etc.
         
Desde la entrada actual cogeremos por el sendero de la izquierda, paralelo a la valla, unos doscientos metros. Luego comenzaremos a subir por una vaguada en dirección noroeste. Salimos de las encinas para adentrarnos en los acebuches. Desde allí nos moveremos en dirección a Cerro Gordo para girar hasta llegar a la finca del Cercado, que bordearemos a cierta distancia en dirección Este, hasta conseguir localizar un antiguo abrevadero, testigo de la actividad principal desarrollada allí durante mucho tiempo, la ganadería.

Abrevadero


Una vez que hemos llegado a las inmediaciones de un eucaliptal, que debe quedar a nuestra izquierda, subiremos en dirección Norte, no sin antes pararnos en la Encina del Cura. David Cristel, en su libro “Árboles y Arbustos singulares del T.M. de Alcalá de Guadaíra”, la cataloga como árbol singular:

“…no tanto por su porte, como por el valor etnográfico asociado al relato de unos hechos que han perdurado gracias a la transmisión oral: un romance entre una señora, propietaria de unas tierras colindantes, y un sacerdote que la cortejaba al pie de esta noble encina. El relato ha perdurado gracias a la presencia de este ejemplar que, según se ha transmitido entre varias generaciones de alcalareños y alcalareñas, fue testigo de tal “aventura” amorosa.”

Encina del Cura


 En las proximidades de la carretera Sevilla a Mairena del Alcor tomaremos dirección Sur, andaremos en paralelo al Cordel de la Camorra. Cuando avistemos la urbanización de Las Encinas, giraremos en dirección Oeste. En la zona se localizan antiguas canteras para la extracción de sillares que fueron utilizados en las edificaciones importantes de Sevilla a lo largo de la historia. Estas canteras han pasado a enriquecer el paisaje, sirviendo de refugio a numerosas especies animales y vegetales. En sus inmediaciones hay yacimientos arqueológicos reconocidos. 


Antigua cantera donde se extraían sillares.

          La zona no cuenta con cursos de aguas superficiales, aunque es de destacar la existencia de una galería-depósito de finales del siglo XIX perforada por la compañía inglesa de aguas “The Seville Water Works Company Ltd”, para suministrar aguas potables a Sevilla. Hasta la mencionada galería-depósito eran enviadas las aguas de la Huerta de Los Pozos de Clavinque, Mairena del Alcor. Antonio Gavira afirma que:

 “la longitud de la misma es de más de 1.500 metros y tiene su inicio en la antigua Huerta de Camisón, a 16 metros de profundidad, finalizando en la zona de Otivar. En el interior de la galería se puede apreciar un importante catálogo de espeleotemas que van de pequeñas estalactitas, gours, coladas, calcita espática o dientes de perro, dientes de sierra, etc.”

Restos arqueológicos



El caminante se encuentra frente a otra de las reivindicaciones históricas del ecologismo en Alcalá de Guadaíra, que ha venido solicitando su protección ante la amenaza de la cementera, que tiene expedientes abiertos sobre sus cuadrículas mineras para extraer el albero que necesita en su producción de cemento. También se ha denunciado recientes actuaciones en su interior, como la corta de eucaliptos, roturación… que han supuesto agresiones sin precedentes, en los último cien años, al casi único punto adehesado que queda en Los Alcores.

Francisco Gavira Albarrán  


[i] El 1 de febrero de 2009, la Sociedad Ecologista Alwadi-ira organizó una ruta por la Dehesa Nueva guiada por Octavio Sánchez, que había gestionado la autorización. En la actividad estuvo acompañado de Antonio Gavira. A los pies de la Encina del Cura, Lauro Gandul leyó los versos de Antonio Machado “Encinares Castellanos”. El jueves 10 de marzo de 2011, con la correspondiente autorización de la propiedad, David Cristel, Octavio Sánchez, José Rodríguez y Antonio Gavira, accedieron a la dehesa para investigar la presencia de orquídeas. El resultado fue muy fructífero, entre otras, aparecieron “… numerosos ejemplares de Oprhys tenthredinifera Willd. - abejera, flor de la abeja-, bellísima orquídea con ramillete de grandes flores rosáceas, en algunos casos blanquecinas, y que pueden alcanzar más de medio metro de altura.” Para la catalogación de la Encina del Cura, como árbol singular, David Cristel y Antonio Gavira accedieron con la correspondiente autorización. El vallado de la finca tiene unos treinta años. Siempre ha existido un guarda. No obstante, muchos alcalareños, entre los que me encuentro, y maireneros, accedíamos para buscar espárragos sin demasiada dificultad. Eso sí, siempre con ojo avizor de que apareciese el guarda y te dijese que te fueras de allí. Fotos: Antonio Gavira y Francisco Gavira. Plano; Francisco Gavira.

Una propuesta de ruta.