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sábado, 24 de julio de 2021

Dejemos de ignorar tanto.


Es imprescindible que conozcamos el estado real de las cosas para actuar en consecuencia, desarrollando pensamiento crítico. Desde el punto de vista medioambiental local, lo podemos traducir en qué se hace, cómo y qué planes tiene el municipio con respecto a la sostenibilidad; también, qué proponemos y hacemos al respecto cada uno de nosotros.

La persona que gravó el vídeo de un camión cisterna vertiendo su contenido contaminante al río Guadaíra y luego lo difundió en las redes, consciente o no, puso encima de la mesa otra realidad; qué se hace para conservar lo que tenemos fuera de los núcleos urbanos. Si fuera un atentado aislado lo podríamos calificar de anecdótico, pero no es así. Continuamente se producen vertidos contaminantes en el medio rural; también son vertidos las haciendas en ruinas, los caminos y vías pecuarias usurpadas, los yacimientos arqueológicos expoliados, el potencial de Gandul ignorado, las extracciones de agua ilegales, las construcciones ilegales y las legales insostenibles, los basureros incontrolados y los “controlados”, como el de Nerva, la quema de residuos en cementeras y un largo etcétera. No es posible, sin colapsar, continuar manteniendo una relación con la naturaleza en términos de saqueo ilimitado de recursos, y los hechos nos muestran que se sigue mirando para otra parte.

Esta toma de conciencia comienza en el ámbito local. Nuestra realidad se encuentra politizada por quienes gestionan lo local, desde aquí y fuera de aquí. No olvidemos que el gobierno autonómico nos ha metido en una vorágine desreguladora, a base de decretazo, como denuncia Ecologistas en Acción: “El Decreto-ley 3/2021, elaborado, supuestamente, para la agilización administrativa y racionalización de recursos para la recuperación económica, está en la misma línea de favorecer la desregulación ambiental y urbanística que el Decreto Ley 2/2020 de 9 de Marzo 2020, aprobado también bajo el subterfugio del fomento de la actividad productiva.” 

No queda otra que actuar. Perder el miedo para poder proteger el patrimonio histórico y natural; en general lo público. Andalucía debe de dejar de ser la zona de sacrificio de Europa y en los municipios no todo consiste en mantener limpio de hojarasca los lugares de tránsito, como sucede en el nuestro con el Parque de Oromana. 

Francisco José Gavira Albarrán

24 de julio de 2021

martes, 18 de agosto de 2020

LA BOTICARIA, UN PROYECTO INSOSTENIBLE

 

El 8 de febrero de 2002, la Comisión de Gobierno Municipal declaró de utilidad pública e interés social una superficie de 21,85 ha., en plena cornisa de Los Alcores, para uso turístico recreativo, en la conocida como Hacienda de La Boticaria. Allí se construiría un hotel de 100 habitaciones e instalaciones de todo tipo, con la excusa de la hípica como motor de un negocio que se decía seguro y generador de riqueza para Alcalá. Todo fueron festejos, apoyos institucionales y respaldo económico de las cajas de ahorros. 

Esto fue lo que nos dijeron en el proyecto de actuación, pero comenzaron construyendo un campo de golf de 18 hoyos de forma ilegal; intentaron captar agua en varios pozos de un acuífero contaminado y sobreexplotado; se construyó un helipuerto, que ahora tienen que demoler; las habitaciones pasaron de 100 a 133, excediendo las obras de lo calificado y aprobado legalmente en 6.457,65 m2…, unas minucias que no supusieron ningún obstáculo para conceder y mantener una licencia de apertura que, aún hoy, sigue vigente. 

Por aquel entonces, la onda expansiva de la cultura del pelotazo tuvo sus efectos en urbanizaciones extractivistas, un ejemplo lo tuvimos junto al club de tiro o en el mismo proyecto de La Boticaria, como así lo confirma Rafael Camps, administrador concursal de Sansan Hoteles, empresa que fue propietaria del inmueble, en ABC de 21 de abril de 2018. La Boticaria fue “parte de un proceso inmobiliario más ambicioso”, en una zona paisajísticamente privilegiada, con un campo de golf como reclamo. 

Sin embargo, los beneficios prometidos se convirtieron en deudas por importe de 84 millones de euros que, según se publica, formaron en parte de un paquete tóxico de créditos hipotecarios de CaixaBank adquirido por el fondo estadounidense Apolo Global Management. Las deudas cuantificadas se extendieron a la Seguridad Social, la Hacienda Pública y otras entidades. Aunque nunca se han cuantificado y valoraron las horas y recursos empleados desde las administraciones local, provincial y autonómica.  

Finalmente, la entidad SPV REOCO 30 S.L., se hizo con la propiedad de La Boticaria por 500.000 euros., presentando el 20 de mayo de 2019, un proyecto de actuación con una doble finalidad, por una parte, legalizar el exceso de edificabilidad y, por otra, ampliar la superficie calificada de utilidad pública e interés social para adaptarse, según dicen, a las nuevas “necesidades de la explotación”. Con esta ampliación alcanzan las 49,96 ha, límite que le permite escabullirse de la obligación de redactar un Plan Especial más garantista, según el art. 42.4.d), de la LOUA, que así lo exige cuando se rebasen las 50 ha. 

Y, a pesar de que los informes sectoriales observaron incoherencia entre las superficies de las fincas registrales y las catastrales, en la superficie que corresponde a las fincas declaradas por el Ayuntamiento de utilidad pública e interés social; de que la titularidad de todas las parcelas, excepto una, corresponde a otra persona jurídica diferente a la promotora de la actividad; que justifican deficientemente la no inducción a nuevos asentamientos, ya que proponen actuaciones en otros 15.000 m2; de que deberán disponer de un aljibe para garantizar el abastecimiento de agua potable al hotel, al detectarse problemas relacionados con las posibilidades de suministro de Emasesa y las necesidades de La Boticaria; de que aún no tienen del todo decidido dónde se verterán las aguas residuales, si a la red o al arroyo del Guadairilla…, el 10 de marzo de 2020, el Delegado de Urbanismo firmó para su aprobación en el Pleno, el proyecto de actuación condicionado, aún a nombre de la entidad SPV REOCO 30 SL., concediéndoles también la petición de la cualificación urbanística de los terrenos por 100 años. 

Encima de la mesa se encuentran los escarpes de Los Alcores, un suelo clasificado en el POTAUS como No Urbanizable de Especial Protección por Planificación Territorial o Urbanística por Interés Paisajístico, de otra, un proyecto que aportará, a las arcas municipales muy pocos beneficios y, según el propio promotor, se estima que se amortizará dentro de 29 años. 

Ya es hora de cortar los flujos de recursos públicos a sectores privados insostenibles. Hoy más que nunca, desde lo público, se deben fomentar los proyectos transformadores, participativos, que combatan la pobreza, fomenten la igualdad y respeten el medioambiente. 

Francisco Gavira Albarrán

jueves, 2 de julio de 2020

Éxito de la sociedad civil contra la incineración.

Posible pinchazo del acuífero en la cantera de la cementera.


La Plataforma Contra la Incineración de Residuos en Los Alcores presentó, el pasado 26 de junio, en el Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra, más de 9.000 firmas ciudadanas exigiendo la modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para impedir la quema de residuos en la cementera Portland o en cualquier otra instalación de la localidad.

La ciudadanía muestra, de esa forma, una vez más, su rotunda oposición a la incineración de 292.000 toneladas/año de residuos en la cementera Portland de Alcalá de Guadaíra, entre los que, previsiblemente, estarán los del vertedero de Nerva (Huelva), según se desprende de su proyecto de ampliación.

Ante la lógica de la rentabilidad y el beneficio, esgrimida por la empresa desde hace años, con sus planes para quemar residuos en el horno de clinker, a fin de utilizarlos como combustibles alternativos, se reivindica su reducción, reutilización, reciclaje, compostaje…, minimizando, de esta manera, los efectos sobre la salud, la contaminación del entorno y la extracción de materia prima de la naturaleza.

El resultado de esta campaña es fruto del trabajo informativo desarrollado en la calle por la Plataforma, que está logrando desmontar los argumentos de la cementera, a pesar de los recursos que invierte en hacernos ver lo afortunados que somos por tenerla justo al lado de nuestra casa.  

La cementera es la industria que más contribuye al calentamiento global por emisiones de CO2 en la provincia de Sevilla, 598.000.000 kg/año vertidas a la atmósfera en 2018, últimos datos oficiales. Ha batido sus propios récords por emisiones de materia particulada (PM10) 4.780 kg/año, partículas totales en suspensión (PST) 54.100 kg/año, aumentado sus emisiones de metales pesados, como el cadmio, cromo, cobre, níquel, plomo, talio, cobalto, zinc, manganeso o vanadio. También los semimetálicos como el antimonio. Igualmente han aumentado las dioxinas y furanos, los policlorobifenilos, el benceno, los hidrocarburos aromáticos policíclicos, el cloro, etc., según un informe elaborado por la Plataforma.

También estamos ante la industria que más suelo ha devorado en nuestro término municipal, aproximadamente, 300 hectáreas. El suelo es, además de un recurso natural no renovable, un elemento clave del sistema climático, ya que tiene el potencial de capturar enormes cantidades de carbono. En nuestro caso, también, es un suelo muy rico en patrimonio paleontológico y arqueológico, su eliminación afecta seriamente al acuífero Sevilla-Carmona y deteriora un paisaje genuino, como es el de Los Alcores, en una zona fuertemente humanizada y donde el objetivo de la Agenda 2030 “lograr un mundo con efecto neutro en la degradación del suelo”, se encuentra más que justificado.

Tampoco nos habla la cementera de los puestos de trabajo que se pueden estar perdiendo por estar ubicada en un punto estratégico dentro del área metropolitana de Sevilla y de que forma parte de un sector sobredimensionado, diseñado sobre un hipotético crecimiento ilimitado del monocultivo del ladrillo en Andalucía.

Es alentador presenciar otro éxito de la sociedad civil organizada entorno a una plataforma unitaria de funcionamiento asambleario, que exige con estas firmas, a nuestros responsables políticos, no arrodillarse ante los intereses económicos de unos pocos, tomando medidas que protejan la salud de las personas, el medio ambiente y nuestro futuro.

Francisco Gavira Albarrán




jueves, 18 de junio de 2020

RECUPERAR LA ICTIOFAUNA DEL RÍO GUADAÍRA.

Molino de Las Aceñas


En enero de 2018 la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir elaboró un proyecto con la finalidad de “recuperar” los peces autóctonos del río Guadaíra, su ictiofauna, dándole continuidad longitudinal al cauce con diez actuaciones, en otras tantas “barreras”, que, supuestamente, lo impiden.

Dado que la CHG sigue siendo un organismo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica, un anacronismo que persiste a pesar de que más del 90% de la cuenca se encuentra dentro del territorio andaluz, el proyecto fue remitido a Madrid con el objeto de conseguir el Informe de Impacto Ambiental, siguiendo la tramitación simplificada en aplicación de la Ley 21/2013, de 9 de diciembre, de evaluación ambiental, elaborada por el primer gobierno de Rajoy.

Resulta chocante que la CHG utilice el procedimiento simplificado cuando la mayoría de las actuaciones tendrán lugar en un área incluida en la lista de Lugares de Importancia Comunitaria de la Red Natura 2000, por albergar especies como la pardilla (Rutilus Lemmingii) o el calandino (Rutilus alburnoides), entre otras, y con una extensión de 227,10 ha., lo que, sin duda, aconsejaría utilizar uno más garantista, como es la Evaluación de Impacto Ambiental ordinaria, marcando así distancia con la Junta de Andalucía, que mediante decreto ley 2/2020, de 9 de marzo, ha eliminado garantías ambientales y menospreciado la participación de la ciudanía escusándose en el “fomento de la actividad productiva”, pero no ha sido así.

En Madrid se procedió a cumplir con el trámite de información pública, notificándose a todos los ayuntamientos afectados, entre ellos al nuestro, Alcalá de Guadaíra, también a la Diputación Provincial, a las delegaciones con competencia de la Junta de Andalucía y los grupos ecologistas. Sorprendentemente, ningún ayuntamiento de la cuenca planteó alegaciones, ni tan siquiera respondieron a la misiva. El informe favorable se ha publicado en el BOE el 27 de abril, de este año, lo que ha motivado la personación de la Sociedad Ecologista Alwadi-ira en el procedimiento.

El impacto derivado de las obras que se proyectan en el cauce del río, consistentes en la sustitución de vados por otros de igual o superior envergadura, la demolición del azud de El Morillo, la eliminación de restos de un azud en Alcalá de Guadaíra, que pudieran ser los del desaparecido molino de La Torrecilla y la construcción de una “escala para peces” en el molino de San Pedro tendrán, necesariamente, unas repercusiones desastrosas en las escasas láminas y sus ecosistemas asociados, lo que de facto nos distancia de las recomendaciones de la Directiva Marco de Agua. La CHG no entiende que no todos los ríos se comportan de la misma forma o están asociados a un rico patrimonio, como es el caso del Guadaíra.  

A estas alturas la CHG debería tener claro que lo más urgente para el río es recuperar un caudal con suficiente calidad química, eliminando los salideros de los colectores, las captaciones de aguas para riego, estableciendo controles eficaces sobre la industria contaminante, evitando la erosión que genera la agricultura, reforestando las riberas con especies autóctonas…, todo ello combinado con medidas que eviten la propagación de especies invasoras y recuperando el riquísimo patrimonio hidráulico de los molinos y zúas. La continuidad longitudinal de paso para la ictiofauna en el río Guadaíra se garantiza manteniendo limpios los cubos de los molinos y durante las crecidas del río, como ha venido sucediendo a lo largo de los últimos 1000 años.

Francisco Gavira Albarrán


martes, 1 de mayo de 2018

Los molinos del Arroyo de La Madre

Molino de Arriba
Molino de Abajo

Con la foto del “Molino de Abajo”, uno de los tres ingenios hidráulicos que funcionaban con las aguas del “Arroyo de la Madre”, en el despoblado de Gandul, hoy bajo la jurisdicción de Alcalá de Guadaíra, mostramos la cruda realidad en la que hoy se encuentra un patrimonio molinero que en su día contribuyó a la elaboración de un riquísimo pan, como así lo atestigua la obra de grandes literatos: Miguel de Cervantes, Lope de Vega, Tirso de Molina, Matheo Briçuela o Pedro Calderón de la Barca.
Dentro de una actuación de urgencia, antes de que lo perdamos todo, tendríamos que: eliminar la vegetación que pueda estar afectando a las estructuras, el sellado de las grietas, la impermeabilización de los muros, la restitución del cauce original del arroyo en su cabecera y la limpieza del entorno e interior de los molinos.

Molino de En Medio
Desde 1979 tenemos gobiernos locales del mismo color, sin que estos hayan tenido la más mínima iniciativa conservadora, al menos, con respecto a los molinos citados o de cualquier otro elemento del conjunto patrimonial de Gandul, los mismos que tienen la propuesta de Parque Cultural de Los Alcores, aprobada por unanimidad en el pleno, después de una intensa lucha ciudadana, guardada en un cajón. Es hora de que tomemos nota.

Francisco Gavira Albarrán
1 de mayo de 2018

HEMEROTECA: Andaluces de Alcalá: Diagnóstico sobre el Molino Hundido y propuestas para su conservación.

1. Introducción. 


El ingenio hidráulico conocido como Molino Hundido o del Rincón fue, junto a otros molinos como: La Torrecilla, los tres de Gandul (La Madre), Tragahierro, Pared alta, Cañiveralejo o el Hornillo, propiedad del Marquesado de Gandul [1] desde la Edad Moderna hasta la actualidad. Este molino aparece nombrado en la relación de molinos de pan que hace Pedro León Serrano a principios del siglo XVIII [2]. A pesar de que algún autor lo considera arruinado desde muy antiguo, parece ser que este molino aún funcionaba a principios del siglo XIX [3], aunque se sabe con certeza que su actividad había cesado a mediados del mismo siglo, siendo posiblemente nombrado por primera vez, como “Hundido” [4]. En sus últimos años de actividad podría haber funcionado como batán. Es posible que este ingenio, junto al de la Torrecilla, no gozara de la rentabilidad suficiente para su arrendamiento por parte de los molineros, por lo que su falta de actividad conllevó a su abandono y progresivo deterioro hasta la actualidad. 



2. Diagnóstico. 
La situación actual del Molino Hundido es crítica, se encuentra en estado ruinoso, ha perdido una de las dos naves que lo formaban y su azud también está prácticamente desaparecido. Además, la nave que aún permanece erguida se encuentra colmatada de depósitos aluviales (limo-arcillosos) debido a las crecidas ordinarias del Guadaíra. Sus muros están cubiertos de grietas de distinto tamaño cuyo daño sobre la estructura, de por sí importante, se encuentra intensificado por la proliferación de ejemplares de eucaliptos, fresnos y tarajes. (Fotografía.1). 
Fotografía 1. Vegetación afectando la estructura del Molino Hundido. 

A pesar de todo lo apuntado, el mayor problema radica en la exposición de sus cimientos a la erosión hídrica, pues la acción del flujo hidráulico del Guadaíra los está dejando al descubierto a la par que está erosionando su superficie. (Fotografía. 2). 
Fotografía 2. Detalle de la exposición de la cimentación por erosión del lecho. 

El flujo hidráulico se ha visto condicionado por distintas actuaciones de dudosa efectividad efectuadas en este sector fluvial. En este sentido cabe citar la construcción de una presa en la década de 1980 [5] o el intento de creación de una escollera -para evitar la erosión lateral de la margen derecha- que han acentuado la afección que el flujo hidráulico está generando sobre la estructura del molino. 
Para llegar a tal explicación, es necesario conocer someramente qué tipo de régimen fluvial y qué comportamiento hidrológico caracterizan a nuestro río, cuyas temibles crecidas en Sevilla eran ya descritas por D. Leandro José de Flores [6]. Este comportamiento temperamental del río Guadaíra, capaz de incrementar su caudal durante las época de lluvias hasta el punto de provocar terribles inundaciones en Sevilla, muestra un marcado régimen irregular, característico de los ríos conocidos como de régimen “pluvial mediterráneo”. 
La irregularidad de su caudal se aprecia con meridiana claridad en la serie de datos recogidos por la desaparecida estación de aforos que se ubicaba en el Parque de Oromana [7]
Al analizar la serie en cuestión, que se corresponde con los datos obtenidos entre 1970 y 1995, se aprecian dos claras tendencias temporales en cuanto a las aportaciones mensuales, pues durante la década de 1970, los mayores caudales se recogían en los meses primaverales próximos al estío –fundamentalmente entre abril y mayo-, mientras que la tendencia varía durante la década de 1980 –prolongándose hasta 1995- cuando el registro de los mayores caudales se traslada a los meses otoñales e invernales, básicamente entre noviembre y enero, y ocasionalmente a febrero. Este somero análisis temporal confirma la irregularidad del comportamiento hidrológico anual de este río en una serie de 25 años. No obstante, aún puede extraerse otra lectura más, pues los caudales máximos anuales no siempre coinciden con los meses de mayor aporte, es decir, que aunque el caudal está directamente relacionado con la cantidad de precipitación acumulada, depende aún más si cabe de “cómo llueve”. Por consiguiente, cabe afirmar que las oscilaciones anuales se relacionan con una cuestión climática (marcada irregularidad de las precipitaciones del clima mediterráneo), aunque las crecidas y por consiguiente, su afección en forma de inundaciones, se relacionan con factores estocásticos puntuales como el tipo de precipitación, lo que incrementa, no solo la irregularidad de su comportamiento, sino como bien describía el Padre Flores en sus memorias, también su temperamento. 
La aproximación al tipo de régimen del Guadaíra –y su irregular comportamiento hidrológico- unido al tipo de sustrato por el que discurre, favorecen la erosión lineal durante la mayor parte del año hidrológico. De esta manera, el cauce del Guadaíra se encuentra especialmente incidido y alberga un lecho marcadamente encajado. Con el tiempo, esta capacidad ha generado una sección transversal con una gran diferencia entre la longitud del perímetro de mojado y la de la anchura del cauce. Esta morfología del cauce favorece la concentración de energía hidráulica (cinética) en el centro de la sección transversal durante las crecidas y, consecuentemente su capacidad de arrastre –fuerza motriz- en dicho punto, justo donde se ubicaba la desaparecida nave del Molino Hundido. Por consiguiente, no se entiende la finalidad con la que se ejecutó la citada presa en la década de 1980. 
El efecto que esta construcción ha tenido en la dinámica del flujo se ha concretado en la pérdida de actividad de uno de los cauces activos –concretamente del ubicado a la izquierda del Molino Hundido- focalizando toda su actividad “hidrogeomorfológica” en el cauce que discurre a la derecha del ingenio. Esta construcción, unida a la pérdida del azud, provocó además un cambio en el tipo de flujo hidráulico y de su acción sobre el cauce y, por consiguiente, sobre el propio molino. Tal es así, que hace ya unos años se perdió una de las naves que se encontraba adosada a la estructura que aún permanece erguida. 
La afección hidráulica del Guadaíra sobre esta zona se implementa además con la incisión desarrollada en periodos de bajo caudal y baja energía (mayor parte del año), pues al concentrar su radio hidráulico sobre el fondo del lecho (perfil longitudinal), la energía de su flujo solo alberga capacidad para desarrollar una erosión lineal. Este hecho provoca que los cimientos del molino se encuentren cada año más expuestos a otros agentes, tales como el desarrollo de algunas especies vegetales que están creciendo y desintegrando los muros y cimientos de este ingenio. Por tanto, este debilitamiento progresivo que expone la estructura a la energía que desarrolla el caudal durante los episodios de crecida ordinaria –mucho peor durante periodos de crecida extraordinaria- podría hacer que la última nave que se conserva del Molino Hundido desaparezca literalmente, perdiéndose así un elemento patrimonial de gran importancia para la cultura e identidad alcalareñas. 

3. Propuestas de intervención para favorecer su conservación. 
Como propuestas relacionadas con este diagnóstico, es conveniente incidir sobre la necesidad de eliminar la presa, restituir el azud, reforzar la cimentación del molino, sanear y limpiar los muros -eliminando la vegetación que está creciendo sobre la estructura-, limpiar en el interior del molino el aluvión depositado durante las crecidas y, quizás lo más importante de cara a su conservación, restituir un cauce que permita un mayor equilibrio hidráulico creando una barra fluvial “fitoestabilizada” –colonizada por vegetación riparia- y perpendicular al sentido del flujo, aguas arriba del molino, para crear una barrera natural que actúe de defensa durante las crecidas, disipando la concentración de energía hidráulica sobre la estructura restaurada del Molino Hundido. También sería conveniente dragar el cauce colmatado –situado a la izquierda del molino- para bifurcar el cauce en este sector, con el fin de que el caudal utilice todo el lecho fluvial disponible, y así mejorar la relación entre la anchura de la sección transversal y su perímetro de mojado, y condicionar la acción erosiva lineal propia de este río. 

Notas al pié. 
[1] “El Rincón y la Torrecilla del Marqués de Gandul pagaban 50 arrobas de harina al hospital de San Lázaro de Sevilla” [sic]. Leandro José de Flores. Memorias Históricas de la Villa de Alcalá de Guadaíra. Cuaderno 2º, capítulo doce, página 69. Sevilla, 1833. 
[2] Pedro León Serrano. Compendio de la Fundación y Antigüedad de la Villa de Alcalá de Guadaíra. Biblioteca de la Universidad de Sevilla. Sevilla, 1709. 
[3] “Se crian en este rio barbos, bogas y anguilas, y entran sábalos en las arriadas. Con sus aguas muelen los molinos del Rincón, la Aceña Trapera, Benaharosa, S. Juan, los dos del Algarrobo, el Arrabal, Realage, Pelay Correa, Cerrajas;”[sic]. Leandro José de Flores. Memorias Históricas de la Villa de Alcalá de Guadaíra. Cuaderno 2º, capítulo once, página 65. Sevilla, 1833. 
[4] “(...)los molinos harineros conocidos con los nombres de la Aceña, Trapera, Benaharosa , Si Juan, el Algarro bo y la Caja, el Arrabal, Realage, Pelai-correa y Cerrajas: los de la Torrecilla y del Rincón, se han arruinado. El arroyo Guadairilla nace en el térm. de Morón, y camina por vías algo tortuosas basta desaguar en el Guadaira por encima del molino hundido del Rincón,(...)”[sic]. Pascual de Madoz. Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar. Madrid 1846-1850. 
[5] “Si la intención era contener las crecidas para proteger al molino su efecto fue justo el contrario. Pero si la intención era contrarrestar la virulencia de las crecidas el error es aún mayor, pues en este tipo de secciones transversales estrechas y profundas propias de este río, la mejor opción para contener la energía es liberarla disminuyendo la concentración del radio hidráulico, es decir favoreciendo que la relación entre las longitudes de anchura y perímetro de mojado sea más favorable a la primera, es decir que la relación anchura/perímetro de mojado tienda a 1”. 
[6] “Este rio, único de alguna consideración en la banda izquierda del Guadalquivir, nace en las sierras de Morón, viene corriendo por entrar en las campiñas o términos de Carmona y Utrera, llega a Alcalá y la baña por el medio día (…). Esta tanto lo que se engruesa y crece en los inviernos que su corriente y entrada en los barrios de Sevilla la hace temible en sus arriadas”[sic]. Leandro José de Flores. Memorias Históricas de la Villa de Alcalá de Guadaíra. Cuaderno 2º, capítulo doce, página 69. Sevilla 1833. 
[7] Estación de Aforos nº 132. Datos de Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. 1995.

http://andalucesdealcala.blogspot.com.es/2013/05/andaluces-de-alcala-diagnostico-sobre.html

Andaluces de Alcalá, a 13 de mayo de 2013.

domingo, 21 de enero de 2018

DESINFORMACIÓN E INFORMACIÓN SOBRE LA SITUACIÓN DE GANDUL Y LOS ALCORES V

Pilar ancho Carmona
Finalmente, es sorprendente que tengamos que conocer por la prensa, en relación con la reivindicación de un Parque Cultural para Los Alcores que “esto está ya valorado” por “un equipo multidisciplinar” que nos ha costado “unos 60.000 euros”, ¿Cómo que por un “equipo multidisciplinar? ¿Cómo se ha decidido los componentes del mencionado “equipo”? ¿Cómo se ha adjudicado el contrato? ¿Quién ha valorado el resultado? ¿Se ha pedido opinión a la sociedad civil? 

Es preocupante leer, en la misma columna, unas palabras que se nos antojan ¿advertencia o amenaza? “Ahora se lo piden ustedes a ayuntamientos y administración autonómica, y a ver qué pasa. Cuando ese trabajo esté hecho y pasado a BOJA, esto es, cuando tengamos la cerveza fresquita…” No merece la pena calificarlas. Los grupos políticos municipales deberían actuar ya.

Francisco José Gavira Albarrán

domingo, 7 de enero de 2018

DESINFORMACIÓN E INFORMACIÓN SOBRE LA SITUACIÓN DE GANDUL Y LOS ALCORES IV

Palacio de Gandul
Sobre la conveniencia de proteger Los Alcores con la figura de “Zona Patrimonial”, gestionada por un “Parque Cultural”, son muchas las personas, con cualificación técnica, pertenecientes a diferentes disciplinas, las que se han pronunciado a su favor: arqueólogos, arquitectos, geólogos, geógrafos, historiadores, los grupos políticos con y sin representación institucional, los grupos ecologistas y de defensa del patrimonio de la provincia, los Ayuntamientos de la comarca, la Diputación, la Universidad de Sevilla, el POTAUS, grupos de profesores y empresariales… En los últimos quince años todos ellos han apuntado una serie de líneas que podrían constituir la base para esta experiencia, genuina y alternativa de gestión de empleo sostenible en un área importante de Los Alcores, basada en la arqueología, el paisaje, la naturaleza, las galerías, la paleontología, la arquitectura, la vía verde, la gastronomía, la hostelería, …  

Francisco José Gavira Albarrán

viernes, 5 de enero de 2018

DESINFORMACIÓN E INFORMACIÓN SOBRE LA SITUACIÓN DE GANDUL Y LOS ALCORES III

Hay que desmentir categóricamente la afirmación que ha aparecido en la prensa local de que en el despoblado de Gandul no hay ningún elemento protegido. El Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz recoge, expresamente, como Bien de Interés Cultural (B.I.C.) los siguientes elementos: “Denominación del bien: Palacio de El Gandul: Torre. Otra denominación: Iglesia rural de El Gandul.” Es cierto que estamos ante una mala identificación, pero también aquí es el Ayuntamiento máximo responsable por su inacción.   


Torre de Gandul
Aunque ha quedado muy claro que el despoblado de Gandul se encuentra incluido en el Catálogo General, dentro de un área BIC, y que algunos de sus elementos se encuentran expresamente incluidos como BIC, la Ley de Patrimonio Histórico, en su artículo 1.2 establece que “Integran el Patrimonio Histórico Español los inmuebles y objetos muebles de interés artístico, histórico, paleontológico, arqueológico, etnográfico, científico o técnico. También forman parte del mismo el patrimonio documental y bibliográfico, los yacimientos y zonas arqueológicas, así como los sitios naturales, jardines y parques, que tengan valor artístico, histórico y antropológico…”. Esto quiere decir que no es necesario la inclusión en un catálogo de un bien para ser considerarse patrimonial y, consecuentemente, no es motivo para dejar de actuar en cuanto a su protección y recuperación. También en este punto hay abundante jurisprudencia del TC.

Francisco José Gavira Albarrán

viernes, 8 de diciembre de 2017

DESINFORMACIÓN E INFORMACIÓN SOBRE LA SITUACIÓN DE GANDUL Y LOS ALCORES I

A modo de acto reflejo, cada vez que se difunde una denuncia sobre el abandono de la Zona Arqueológica de Gandul o se reivindica un “Parque Cultural para Los Alcores”, suele publicarse una columna justificando la actitud de la Administración, relativizando la importancia de los hechos denunciados y ridiculizando las propuestas planteadas para su protección y recuperación.
Concentración junto al palacio de Gandul pro Parque Cultural

Causa estupor que se pase por alto, o se ignore, que la Zona Arqueológica de Gandul fue declarada Monumento Histórico Artístico en 1931, bajo la denominación de “Necrópolis Dolménica de Los Alcores, en Gandul”. Este patrimonio, en base a la Disposición Adicional Primera de la Ley 16/1985, de 25 de junio de Patrimonio Histórico Español, es Bien de Interés Cultural sin una delimitación precisa. No obstante, por Resolución de 15 de octubre de 1.991, publicada en el BOJA nº 98 del 8 de diciembre de 1.991, la Dirección General de Bienes Culturales de la Junta de Andalucía, incoa expediente para su delimitación, incorporándose al “Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz”, como “Conjunto Arqueológico de El Gandul; Las Canteras; Necrópolis dolménica de los Alcores”. La declaración tiene la facultad de “suspender toda licencia municipal de parcelación, edificación y demolición en la zona y, cualquier cosa que deba hacerse requiere la autorización expresa de dicha Dirección General”. Y dado que, el expediente no se ha concluido y, desde el Ayuntamiento no se ha actuado, con la contundencia debida, ante la administración autonómica, obligándole a concluir los trámites administrativos, convirtiéndose en el máximo responsable de su abandono. Al igual que responsable de mantener en el cajón el acuerdo unánime del Pleno Municipal de impulsar la declaración de Zona Patrimonial gestionada por un Parque Cultural.

Francisco José Gavira Albarrán


miércoles, 15 de febrero de 2017

El antiguo campamento militar de “Las Canteras”.

Los terrenos pertenecientes al antiguo campamento militar “Las Canteras” fueron adquiridos por el Estado, “Ministerio del Ejercito”, en 1946. Por 339 ha. se pagaron algo más de ochocientas mil pesetas. (1)

En aquellos momentos España contaba con un ejército sobredimensionado, de más de un millón de efectivos, para el que no se escatimaban recursos económicos, mientras la inmensa mayoría del pueblo pasaba hambre y necesidades de todo tipo. (2) 
Foto del "vuelo americano" de 1956. Algunos han querido ver un anfiteatro.


La construcción de instalaciones y pistas, los movimientos de tierra y las maniobras militares, constituyeron agresiones muy serias al patrimonio arqueológico de la zona. Con posterioridad se fueron sumando otras: la construcción de la “fábrica de tanques”, perteneciente primero a la extinta “Santa Barbara S.A.”, y hoy a la multinacional de EE.UU, General Dinamic; (3) la “cárcel de mujeres”; o las instalaciones de “Proyecto Hombre”. Hoy continúan con la apertura de zanjas, el cerramiento de la zona con alambradas…

En el ámbito del “Campamento de Las Canteras” hay localizadas cinco villas romanas; innumerables enterramientos de la misma época, como el llamado “mausoleo circular”; o “tartésico orientalizante”, como son los túmulos de “Bencarrón”; o de época calcolítica, como es “la Cueva de los Vaqueros” o los llamados “Tholos de Las Canteras”.

(1) Registro de la Propiedad de Alcalá de Guadaíra.

(2) Terminada la guerra, Franco decidió mantener en pie de guerra un Ejército de un millón de hombres, El ejército de Franco y de Juan Carlos Paris 1976 Jesús Ynfante

(3) Es el principal proveedor del ejercito español de vehículos de combate y municiones. http://www.prnewswire.co.uk/cgi/news/release?id=156701 y http://madiaq.indymedia.org/andalucia/feature/display/67368/index.php

Francisco José Gavira Albarrán