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martes, 1 de septiembre de 2020

HEMEROTECA: "Adufe: Hechos son amores y no buenas intenciones."

 “La estación de bombeo del Adufe, futuro museo del agua de Alcalá de Guadaíra”.[1] Hechos son amores y no buenas intenciones Sr Alcalde.

Nadie pone en duda que el agua es un componente destacado de nuestra identidad local. La estrecha relación se remonta a los primeros asentamientos humanos, hacia 4500 a.C, pues la cercanía del “Lago Ligur”, junto a la existencia de extensos humedales cercanos, permitió que en la elevación de Los Alcores se desarrollasen civilizaciones estrechamente vinculadas con el agua. 

En época romana se construye una extensa red de galerías subterráneas para conducir el agua desde Alcalá a la "Colonia Iulia Romula Hispalis".  Son los denominados “Caños de Carmona”. En el siglo XII, el segundo califa de la dinastía Almohade, Abu Yacub Yusuf lo repara. El acueducto estuvo en uso hasta mediados del siglo XIX, demoliéndose en 1912. En 1882 la conocida como Compañía de Aguas de Sevilla o “The Seville Water Works Company” se hace cargo del suministro de aguas a la capital Hispalense, ampliando las captaciones de agua de Los Alcores.
La estación de bombeo de Adufe se inaugura en 1883, aunque actualmente no cuenta con el mantenimiento necesario para su conservación. De este insigne edificio ha desaparecido la maquinaria elevadora original y presenta importantes déficits estructurales. El resto de las conducciones construidas por los ingleses también han desaparecido o están muy deterioradas. En este contexto, es lamentable que el Sr Alcalde se acuerde en plena época electoral –aún en precampaña- de una de nuestras señas de identidad que ha sido continuamente abandonada a su suerte por los diferentes gobiernos que ha ido configurando en sus 20 años de mandato.
Desde Andaluces de Alcalá queremos recordar al Sr Alcalde que el resto de nuestro patrimonio histórico ligado al agua, que ha condicionado la vida de nuestra ciudad durante generaciones, no se encuentra en mejores condiciones que las descritas para la estación de Adufe. Así, de los más de cuarenta molinos que, sobre el río Guadaíra y sus arroyos, atestiguan la importancia del agua como fuente de energía para la producción de harina –materia prima con la que se elaboraba el famoso pan de Alcalá[2]-. Cabe recordar que la mayoría han desaparecido o se encuentran en estado ruinoso y que a ninguno de los restaurados se les ha dado uso alguno, convirtiéndose en una constante asignatura pendiente, tantas veces exigida por la sociedad civil, representada en su amplia mayoría por la “Plataforma Salvemos el Guadaíra”.[3]
Nuestras fuentes, manantiales, arroyos, norias y otros elementos relacionados con el agua en Alcalá, que en los primeros años de los gobiernos postfranquistas aún podían dar testimonio de ese patrimonio alcalareño ligado al agua, en la actualidad se encuentran en peores condiciones. Podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que nunca han recibido la más mínima atención municipal. La mayoría de las fuentes y abrevaderos han dejado de existir antes de que se realizase, no ya un estudio de las mismas, sino tan siguiera un catálogo exhaustivo. Los manantiales han desaparecido en su inmensa mayoría, algunos como el “Fontanal”, debido a la extracción de albero de una cantera cercana. No hemos sido capaces de conservar ni una sola noria; otros elementos como albercas, canalizaciones, lumbreras, etc. han corrido la misma suerte.
Por otra parte, la masa de agua subterránea (MAS) Sevilla-Carmona (05.47), denominada así en el Catálogo de unidades hidrogeológicas[4], se encuentra sobreexplotada y altamente contaminada por nitratos y nitritos. Durante todos estos años, hemos visto como proliferaban los pozos ilegales a lo largo de nuestro término municipal afectándola de una manera muy grave, se advirtió de su problemática y se denunció sin éxito. Para Andaluces de Alcalá y gran parte de la ciudadanía alcalareña, es fundamental que nuestro Ayuntamiento proteja activamente el valioso acuífero Sevilla-Carmona, pues de la consecución de dicho objetivo va a depender, en gran medida, la recuperación de un patrimonio natural muy importante para nuestra identidad colectiva, como son los arroyos y fuentes hoy desaparecidos.
En Andaluces de Alcalá defendemos la Cultura del Agua como parte indisoluble de nuestra memoria, tanto individual como colectiva. El uso de forma racional y eficiente del agua, ya que contribuye a la protección de nuestro entorno natural y, consecuentemente, a nosotros mismos. En nuestro ámbito, una de las claves sigue siendo la recuperación del río Guadaíra mediante la ejecución completa del Programa Coordinado, eso sí, actualizado. Y, es evidente, que hay que preservar el patrimonio que aún nos queda. Estas, entre otras, serán las exigencias de nuestro colectivo a los que finalmente gobiernen tras las próximas elecciones locales.
Alcalá de Guadaíra, a 4 de abril de 2015.
Andaluces de Alcalá.




[1] http://www.ciudadalcala.org/noticias/noticia/2805/el-alcalde-propone-a-emasesa-convertir-la-antigua-estacion-de-bombeo-del-adufe-bajo-en-el-museo--del-agua-de-alcala-de-guadaira150#.VRfOsvysX0Q
[2] Entre los siglos XV y XVI existen en Alcalá 40 molinos. En el siglo XIX, el Padre Flores nos habla de 36 molinos de cubo, sin contar los de río y los de sangre. http://andalucesdealcala.blogspot.com.es/2010/02/los-molinos-harineros-de-alcala-de.html
[3] Un ejemplo fue la III fiesta del agua. https://sostenibilidadurbana.files.wordpress.com/2008/12/programa.pdf
[4] Mapa de Reconocimiento Hidrogeológico de España Peninsular, Baleares y Canarias http://idechg.chguadalquivir.es/DocumentosCHG/Hiperlink/GWB/0547.pdf

lunes, 11 de mayo de 2020

HEMEROTECA: SITUACIÓN DEL PATRIMONIO HISTÓRICO EN ALCALÁ DE GUADAÍRA Y MEDIDAS A TOMAR PARA SU PROTECCIÓN.

Gandul

         El término municipal de Alcalá de Guadaíra posee una serie de condicionantes como son la extensión de su Término Municipal, con más de 287 km2; su proximidad a Sevilla, antigua Hispalis e Isbylia y a los puertos; encontrarse regada por río Guadaíra y por el arroyo de Guadairilla que, recorriendo el término en su totalidad de Sureste a Noroeste, fertilizan sus riberas, ofrecen recursos alimenticios (peces, mariscos, animales que se acercan a las aguas, vegetales….) y constructivos (Maderas, cañas…), recursos energéticos para molinos y batanes, buenas vías de comunicación…; la formación geológica de Los Alcores que por su topografía destaca sobre el entorno y que ofrece mejores oportunidades de defensa, mejor control del entorno y vías de comunicación, diversidad de recursos alimenticios, constructivos…, una gran abundancia en recursos hídricos permanentes, mejores lugares para el asentamiento; encontrándose recorrida por importantes vías de comunicación: Vía Augusta, Hispalis-Anticaria, Cordel de Gallego, Cañada Real de Morón, Río Guadaíra…

      Todo ello ha propiciado que, ya desde antiguo, el hombre haya elegido nuestro término municipal como lugar para su asentamiento, por lo que su obra, ya sea en forma de construcciones que aún hoy quedan en pie como:

- Castillos de Alcalá y Marchenilla

- Palacio y Torre de Gandul

- Iglesias como Santiago, San Sebastián, El Águila, San Miguel, San Juan Evangelista de Gandul,…

- Ermitas como San Roque, Santa Lucía…

- Convento de las madres Clarisas

- Más de cuarenta haciendas, entre las que destacan La Soledad, Martín Navarro, Mateos Pablo, Los Ángeles, Zafra, El Maestre…


- Más de veinte cortijos, San Jorge de Algarabejo, Bucaret, Marchamorón, Maestre, Piedra Hincada, Gallegos, Los llanos de Gandul...

- Ranchos, como Cortijera, El Árbol o de la Viuda, El Minero,…

- Lagares como el de Los Jiménez

- Mas de Treinta Molinos harineros, al menos diez en el río Guadaíra, en Marchenilla, tres en Gandul, el de Cajul, el de rabo de Zorra, el de Oromana, el de Las Eras, el de La Tapada, los dos de Vadalejos, los de Zacatín, el de Los Ángeles, el de La Mina.

- Edificios industriales como las estaciones de bombeo del Adufe y La Retama, Harinera del Guadaíra, El Matadero,..

- Casas señoriales, Casas Molineras, Casas hortelanas y de recreo, Norias, Albercas, Abrevaderos, Fuentes, Puentes...,

- Kilómetros de Galerías…

Castillo de Marchenilla

       Ya sea en forma de yacimientos arqueológicos, de los que, según un miembro de la Asociación de Amigos de la Arqueología “Lucurgentum” se distribuyen por todo el término municipal más de 500, de distintas épocas, calcolítico, bronce, tartésico, turdetano, cartaginés, romano, visigodo, musulmán,...y un largo etc, de los que podemos destacar algunas zonas como Gallegos, Maestre, Otivar, Marchenilla (lo que han dejado las máquinas), y sobretodo Gandul.

      Sin hablar de las Vías pecuarias, de las que en Alcalá había más de 120 kilómetros y cuatro descansaderos, los caminos, más de cien caminos en nuestro término, según el catálogo elaborado por el propio Ayuntamiento de Alcalá, aunque no publicado y en el que se reconocen que un gran número se encuentran cortados, y vías férreas en desuso (Vía verde del alcor y vía desde el Sorbito a Morón de la Frontera y el Arahal, así como los edificios relacionados con ellas), pues también podemos considerar patrimonio histórico.

       Pero esta abundancia de riqueza patrimonial, que en principio podría parecernos un elemento enriquecedor, de prestigio, posible motor de la economía a través de su recuperación y difusión, fomentando el turismo cultural y de ocio, para las administraciones, sobre todo las locales, parece ser un verdadero quebradero de cabeza y esto no es nuevo, ya viene desde antiguo.

¿Cómo se enfrenta la Administración al Problema?

¿Qué medidas parece que han tomado las administraciones?:

No podemos decir que en Alcalá no se haya hecho absolutamente nada.

      Efectivamente en los últimos años se han tomado medidas referentes a algunos elementos patrimoniales como el castillo, algunos molinos o en los últimos días el puente viejo, es decir, alguno de aquellos elementos que la población ve diariamente, lo que unido a una publicidad aplastante, da como resultado, que buena parte de la población entienda por único patrimonio de Alcalá el castillo o que el Río Guadaíra sea identificado con el Parque de Oromana, el resto, la inmensa mayoría de nuestro patrimonio, no se ve, no es conocido y por tanto es como si no existiera.

Molino de Oromana


        Pero las administraciones tienen otras herramientas, y así,

- Cuando se proyecta una infraestructura como carreteras u otras obras de acondicionamiento caminos, jardines, etc, en general y para no entorpecerlos, en los proyectos jamás aparecen yacimientos arqueológicos, edificios rurales de interés, vías pecuarias, caminos o acuífero… que puedan verse afectados. Así ocurrió con el trazado de la Autovía Sevilla-Málaga, donde no se tuvo en cuenta el paso del cordel de Pelay Correa, el cordel de Marchenilla, ni los restos arqueológicos de los cerros de San Juan, ni la villa romana en el camino de bajada de Gandul a la dehesa de la Madre…; o en el trazado de la A-392, carretera Alcalá de Guadaíra a Mairena no se tuvo en el paso del Cordel de La Camorra, dejando sin conexión Gandul con la Dehesa Nueva; o en el trazado de la S-40 donde aparecieron varias villas romanas, necrópolis y unas termas. Durante el periodo de alegaciones al proyecto no hubo ninguna alegación referente a ellas; o las obras del colector de la cárcel de Mujeres, que destruyeron buena parte del molino de Tragahierros, o las obras de acondicionamiento del camino de bajada a Las Aceñas y la Huerta de la Alegría, donde no se tuvieron en cuenta el yacimiento arqueológico de Santa Lucía, apareciendo restos de diversas épocas; o los restos de tégulas, ladrillos y piedras de molino aparecidos en el arroyo de la Fuensanta, y que con posterioridad han sido destruidos con la remodelación de la zona; o los restos aparecidos en la ampliación del Parque de Oromana o las huertas de la Isla, de los que no hemos oído nada; o Proyecto Hombre en el antiguo campamento de Las Canteras, en Gandul….

- Cuando se solicitan autorizaciones para una explotación de cantera de extracción de albero (Recursos de la Sección A), en los Estudios de Impacto Ambiental, que presentan las empresas, jamás aparecen yacimientos arqueológicos, edificios rurales de interés, afecciones de vías pecuarias o caminos, al acuífero…, aunque sea dudoso el cumplimiento de la propia Ley de Minas, y por supuesto desde la Administración, Ayuntamiento o Junta de Andalucía, difícilmente se ponen trabas a este, y así ocurre que se destruyen importantes yacimientos arqueológicos, se pinchan los acuíferos, no se restauran las canteras o se convierten en polígonos industriales como ha ocurrido en Las Majadillas, Palito Hincado, Piesolo, Piedra Hincada, Santa maría… ; o lo que es peor, se recurre a declarar las canteras como meras explanaciones, como en La Isla o, con nocturnidad y alevosía, se extrae el albero sin ninguna autorización y nadie sabe quién ha sido, como algunas excavaciones en la Isla y cordel Gallegos.

Sólo gracias al esfuerzo de grupos sociales como la Sociedad Ecologista Alwadi-Ira, se ha conseguido que las Administraciones reaccionen, en algunos casos, obligando a cerrar algunas explotaciones por incumplir la Ley, o que hayan sido sancionadas, aunque lamentable la sanción por destruir un yacimiento arqueológico o pinchar el acuífero repetidamente sea meramente testimonial.

- Cuando un agricultor o particular destroza un edificio de interés o un yacimiento, catalogado o no, sencillamente lanzan información en todos los medios posibles, avaladas por arqueólogos, si es necesario, quitando hierro al asunto, es decir, que allí no hay nada de valor, y por supuesto, nada de sanciones o si las hay son irrisorias, como ocurrió en 2005 con el Molino Nuevo de Marchenilla en San Juan de Dios, Villa romana destrozada en 2009 junto al cortijo de Marchamorón y cuyos restos se depositaron en el cordel de Gallegos, o las casas de la Huerta de San José y Huerta del Cura…

- Criticando por oportunista las propuestas, estudios o publicaciones sobre patrimonio que proponga cualquier grupo o personas individuales, pues parece que en Alcalá solo saben o solo pueden hablar de patrimonio aquellos que cumplan un determinado perfil, utilizando todos los medios y personas que tienen a su disposición, como a ocurrido y está ocurriendo con la propuesta de protección de Los Alcores con la Figura legal recogida en la ley de Patrimonio Histórico de Andalucía de Zona Patrimonial y órgano gestor Parque Cultural, llevada a cabo por la Plataforma en Defensa de Los Alcores, alguno de los últimos libros publicados en Alcalá, o incluso a cualquiera que se atreva a opinar algo sobre patrimonio.

- Convertirse en paladines de todos aquellos temas que parecen conectar con la sociedad, dejando pasar el tiempo, para que se olvide y meterlo en un cajón.

       Todo ello se resume en el caso paradigmático de Alcalá de Guadaíra, Gandul, uno de los pocos Bienes de Interés Culturales de Alcalá y que, sin duda, es el elemento patrimonial más importante de nuestro pueblo, del que el Ayuntamiento, ya desde antiguo, jamás ha querido saber nada.

       Cuando eran los militares los que lo usaban, y si se realizaba alguna denuncia del uso de la necrópolis y villas romanas como zona habitual de prácticas de carros blindados, rápidamente recurrían a la excusa de la titularidad y competencia de la zona, ”esto es del Ministerio de Defensa”, o a justificar cuando no a negar los hechos.

Cuando los militares se marchan del cuartel Las Canteras, dejando abandonada a su suerte todas las instalaciones, al poco se cede o se vende, más de la mitad de las mismas a la multinacional General Dynamic, quien valla el recinto, en el que sigue con sus prácticas, y no conformándose con ello saca sus máquinas por el resto del antiguo campamento abriendo nuevos caminos y removiendo la tierra, destrozando la fina capa que separa la arqueología de la geología.

Y en el resto, lo que no está vallado, no les importa que haya un uso abusivo por partes de numerosos colectivos,

- Como los jugadores de Paint Ball, que llevan cerca de diez años apoderándose de buena parte de las edificaciones y eucaliptales

- Los motoristas que no les importa seguir destrozando la zona, como estaban haciendo el domingo pasado. El domingo día 08 de mayo de 2011, decenas de motos convocadas por un conocido club de Alcalá estaban realizando carreras. Habían montados sus carpas.

- Los que se dedican a cortar eucaliptos, ya sea para consumo propio o para venta de madera.

- Los que van a disfrutar de un buen día y dejan todas las basuras, cada vez menos afortunadamente.

- El pastoreo abusivo.

- El paso de vehículos sin control.

- Los que siguen expoliando el patrimonio arqueológico

- Y otros usos más respetuosos pero que habría que ordenar como: Vuelo de aviones, paseos a caballo, cicloturismo, senderismo, recolección de espárragos, tagarninas, caracoles, tomillo,…

        Y mientras dentro de la finca de Gandul, el palmar arde de tarde en tarde, arde el arroyo de La madre, se arrancan palmas, pero hay que creerse que son labores propias del trabajo agrícola, que para eso lo dice la autoridad competente, se destruye todo el yacimiento debido a los arados abusivos, sacan a la luz los cimientos de decenas de edificaciones, se permiten nuevas construcciones en su entorno, tanto en Mairena del Alcor como en Alcalá, se sigue permitiendo la destrucción total de Las Majadillas y por supuesto se sigue expoliando por el viejo método del detector de metales.

       El año pasado, por estas fechas, pudimos escuchar la versión de la Administración sobre la situación de Gandul y el Parque Cultural, a través de D. Enrique Domínguez Berenjeno, quien además de considerar que la situación de Gandul no era en absoluto delicada, de exponer la infinidad de legislaciones que, según él, hacen de Gandul un zona perfectamente protegida, de afirmar que era vigilada continuamente por las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, afirmó que ya hacía tiempo que se estaba elaborando el proyecto para delimitar la Zona Patrimonial, es decir, ya hace, al menos dos años que se está trabajando en ello, pero de momento la situación ha mejorado muy poco, todo lo contrario, por no hacer ni siquiera se ha acondicionado el firme de la Famosa Vía Verde del Alcor, ni se han instalado contenedores para depositar los residuos, ni…

¿Qué medidas podemos proponer, que repercutan favorablemente sobre el patrimonio de nuestro pueblo?

        A nivel general, en el término municipal de Alcalá de Guadaíra, habría que realizar o finalizar el estudio y catalogación exhaustivo de todos los elementos patrimoniales susceptibles de proteger, solicitando la declaración de Bien de Interés Cultural para algunos de ellos como la Hacienda de la soledad o Mateos Pablo, y exigiendo el cumplimiento de las leyes no sólo a los particulares, también a todas las administraciones implicadas y realizar una ardua labor de difusión.

        En cuanto a Gandul, se hace necesaria la urgente declaración de Zona Patrimonial de Los Alcores, con órgano gestor Parque Cultural que proporcione un Plan de Uso y Gestión donde se establezca entre otros:

- Forma de Acceso.

- Bolsas de aparcamientos.

- Actividades compatibles con el lugar y zonificación de las mismas.

- Recuperación de todos los elementos públicos: El antiguo campamento, la amplísima Red de Caminos, la Vía férrea y sus edificaciones, etc.

- Estudio y catalogación de patrimonio arqueológico:

o A través de convenios con la Universidad

o Con campos de trabajo

o Escuelas taller

o Haciendo partícipes desde la Universidad, institutos, colegios y a la población en general.

- Acuerdos con los propietarios de la zona como Gandul o Martín Navarro para llevar a cabo un uso más racional y respetuoso de las técnicas agrícolas.

- Detener el avance de las nuevas edificaciones y canteras, es decir, proteger el entorno del Parque Cultural.

- Y por último darle la divulgación suficiente para que este patrimonio deje de ser un problema y se convierta en un motor de la cultura, de la naturaleza, del ocio y de la economía de nuestro municipio.

Antonio Gavira Albarrán

Alcalá de Guadaíra, 21 de mayo de 2011
andalucesdealcala@gmail.com


martes, 1 de mayo de 2018

HEMEROTECA: Andaluces de Alcalá: Diagnóstico sobre el Molino Hundido y propuestas para su conservación.

1. Introducción. 


El ingenio hidráulico conocido como Molino Hundido o del Rincón fue, junto a otros molinos como: La Torrecilla, los tres de Gandul (La Madre), Tragahierro, Pared alta, Cañiveralejo o el Hornillo, propiedad del Marquesado de Gandul [1] desde la Edad Moderna hasta la actualidad. Este molino aparece nombrado en la relación de molinos de pan que hace Pedro León Serrano a principios del siglo XVIII [2]. A pesar de que algún autor lo considera arruinado desde muy antiguo, parece ser que este molino aún funcionaba a principios del siglo XIX [3], aunque se sabe con certeza que su actividad había cesado a mediados del mismo siglo, siendo posiblemente nombrado por primera vez, como “Hundido” [4]. En sus últimos años de actividad podría haber funcionado como batán. Es posible que este ingenio, junto al de la Torrecilla, no gozara de la rentabilidad suficiente para su arrendamiento por parte de los molineros, por lo que su falta de actividad conllevó a su abandono y progresivo deterioro hasta la actualidad. 



2. Diagnóstico. 
La situación actual del Molino Hundido es crítica, se encuentra en estado ruinoso, ha perdido una de las dos naves que lo formaban y su azud también está prácticamente desaparecido. Además, la nave que aún permanece erguida se encuentra colmatada de depósitos aluviales (limo-arcillosos) debido a las crecidas ordinarias del Guadaíra. Sus muros están cubiertos de grietas de distinto tamaño cuyo daño sobre la estructura, de por sí importante, se encuentra intensificado por la proliferación de ejemplares de eucaliptos, fresnos y tarajes. (Fotografía.1). 
Fotografía 1. Vegetación afectando la estructura del Molino Hundido. 

A pesar de todo lo apuntado, el mayor problema radica en la exposición de sus cimientos a la erosión hídrica, pues la acción del flujo hidráulico del Guadaíra los está dejando al descubierto a la par que está erosionando su superficie. (Fotografía. 2). 
Fotografía 2. Detalle de la exposición de la cimentación por erosión del lecho. 

El flujo hidráulico se ha visto condicionado por distintas actuaciones de dudosa efectividad efectuadas en este sector fluvial. En este sentido cabe citar la construcción de una presa en la década de 1980 [5] o el intento de creación de una escollera -para evitar la erosión lateral de la margen derecha- que han acentuado la afección que el flujo hidráulico está generando sobre la estructura del molino. 
Para llegar a tal explicación, es necesario conocer someramente qué tipo de régimen fluvial y qué comportamiento hidrológico caracterizan a nuestro río, cuyas temibles crecidas en Sevilla eran ya descritas por D. Leandro José de Flores [6]. Este comportamiento temperamental del río Guadaíra, capaz de incrementar su caudal durante las época de lluvias hasta el punto de provocar terribles inundaciones en Sevilla, muestra un marcado régimen irregular, característico de los ríos conocidos como de régimen “pluvial mediterráneo”. 
La irregularidad de su caudal se aprecia con meridiana claridad en la serie de datos recogidos por la desaparecida estación de aforos que se ubicaba en el Parque de Oromana [7]
Al analizar la serie en cuestión, que se corresponde con los datos obtenidos entre 1970 y 1995, se aprecian dos claras tendencias temporales en cuanto a las aportaciones mensuales, pues durante la década de 1970, los mayores caudales se recogían en los meses primaverales próximos al estío –fundamentalmente entre abril y mayo-, mientras que la tendencia varía durante la década de 1980 –prolongándose hasta 1995- cuando el registro de los mayores caudales se traslada a los meses otoñales e invernales, básicamente entre noviembre y enero, y ocasionalmente a febrero. Este somero análisis temporal confirma la irregularidad del comportamiento hidrológico anual de este río en una serie de 25 años. No obstante, aún puede extraerse otra lectura más, pues los caudales máximos anuales no siempre coinciden con los meses de mayor aporte, es decir, que aunque el caudal está directamente relacionado con la cantidad de precipitación acumulada, depende aún más si cabe de “cómo llueve”. Por consiguiente, cabe afirmar que las oscilaciones anuales se relacionan con una cuestión climática (marcada irregularidad de las precipitaciones del clima mediterráneo), aunque las crecidas y por consiguiente, su afección en forma de inundaciones, se relacionan con factores estocásticos puntuales como el tipo de precipitación, lo que incrementa, no solo la irregularidad de su comportamiento, sino como bien describía el Padre Flores en sus memorias, también su temperamento. 
La aproximación al tipo de régimen del Guadaíra –y su irregular comportamiento hidrológico- unido al tipo de sustrato por el que discurre, favorecen la erosión lineal durante la mayor parte del año hidrológico. De esta manera, el cauce del Guadaíra se encuentra especialmente incidido y alberga un lecho marcadamente encajado. Con el tiempo, esta capacidad ha generado una sección transversal con una gran diferencia entre la longitud del perímetro de mojado y la de la anchura del cauce. Esta morfología del cauce favorece la concentración de energía hidráulica (cinética) en el centro de la sección transversal durante las crecidas y, consecuentemente su capacidad de arrastre –fuerza motriz- en dicho punto, justo donde se ubicaba la desaparecida nave del Molino Hundido. Por consiguiente, no se entiende la finalidad con la que se ejecutó la citada presa en la década de 1980. 
El efecto que esta construcción ha tenido en la dinámica del flujo se ha concretado en la pérdida de actividad de uno de los cauces activos –concretamente del ubicado a la izquierda del Molino Hundido- focalizando toda su actividad “hidrogeomorfológica” en el cauce que discurre a la derecha del ingenio. Esta construcción, unida a la pérdida del azud, provocó además un cambio en el tipo de flujo hidráulico y de su acción sobre el cauce y, por consiguiente, sobre el propio molino. Tal es así, que hace ya unos años se perdió una de las naves que se encontraba adosada a la estructura que aún permanece erguida. 
La afección hidráulica del Guadaíra sobre esta zona se implementa además con la incisión desarrollada en periodos de bajo caudal y baja energía (mayor parte del año), pues al concentrar su radio hidráulico sobre el fondo del lecho (perfil longitudinal), la energía de su flujo solo alberga capacidad para desarrollar una erosión lineal. Este hecho provoca que los cimientos del molino se encuentren cada año más expuestos a otros agentes, tales como el desarrollo de algunas especies vegetales que están creciendo y desintegrando los muros y cimientos de este ingenio. Por tanto, este debilitamiento progresivo que expone la estructura a la energía que desarrolla el caudal durante los episodios de crecida ordinaria –mucho peor durante periodos de crecida extraordinaria- podría hacer que la última nave que se conserva del Molino Hundido desaparezca literalmente, perdiéndose así un elemento patrimonial de gran importancia para la cultura e identidad alcalareñas. 

3. Propuestas de intervención para favorecer su conservación. 
Como propuestas relacionadas con este diagnóstico, es conveniente incidir sobre la necesidad de eliminar la presa, restituir el azud, reforzar la cimentación del molino, sanear y limpiar los muros -eliminando la vegetación que está creciendo sobre la estructura-, limpiar en el interior del molino el aluvión depositado durante las crecidas y, quizás lo más importante de cara a su conservación, restituir un cauce que permita un mayor equilibrio hidráulico creando una barra fluvial “fitoestabilizada” –colonizada por vegetación riparia- y perpendicular al sentido del flujo, aguas arriba del molino, para crear una barrera natural que actúe de defensa durante las crecidas, disipando la concentración de energía hidráulica sobre la estructura restaurada del Molino Hundido. También sería conveniente dragar el cauce colmatado –situado a la izquierda del molino- para bifurcar el cauce en este sector, con el fin de que el caudal utilice todo el lecho fluvial disponible, y así mejorar la relación entre la anchura de la sección transversal y su perímetro de mojado, y condicionar la acción erosiva lineal propia de este río. 

Notas al pié. 
[1] “El Rincón y la Torrecilla del Marqués de Gandul pagaban 50 arrobas de harina al hospital de San Lázaro de Sevilla” [sic]. Leandro José de Flores. Memorias Históricas de la Villa de Alcalá de Guadaíra. Cuaderno 2º, capítulo doce, página 69. Sevilla, 1833. 
[2] Pedro León Serrano. Compendio de la Fundación y Antigüedad de la Villa de Alcalá de Guadaíra. Biblioteca de la Universidad de Sevilla. Sevilla, 1709. 
[3] “Se crian en este rio barbos, bogas y anguilas, y entran sábalos en las arriadas. Con sus aguas muelen los molinos del Rincón, la Aceña Trapera, Benaharosa, S. Juan, los dos del Algarrobo, el Arrabal, Realage, Pelay Correa, Cerrajas;”[sic]. Leandro José de Flores. Memorias Históricas de la Villa de Alcalá de Guadaíra. Cuaderno 2º, capítulo once, página 65. Sevilla, 1833. 
[4] “(...)los molinos harineros conocidos con los nombres de la Aceña, Trapera, Benaharosa , Si Juan, el Algarro bo y la Caja, el Arrabal, Realage, Pelai-correa y Cerrajas: los de la Torrecilla y del Rincón, se han arruinado. El arroyo Guadairilla nace en el térm. de Morón, y camina por vías algo tortuosas basta desaguar en el Guadaira por encima del molino hundido del Rincón,(...)”[sic]. Pascual de Madoz. Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar. Madrid 1846-1850. 
[5] “Si la intención era contener las crecidas para proteger al molino su efecto fue justo el contrario. Pero si la intención era contrarrestar la virulencia de las crecidas el error es aún mayor, pues en este tipo de secciones transversales estrechas y profundas propias de este río, la mejor opción para contener la energía es liberarla disminuyendo la concentración del radio hidráulico, es decir favoreciendo que la relación entre las longitudes de anchura y perímetro de mojado sea más favorable a la primera, es decir que la relación anchura/perímetro de mojado tienda a 1”. 
[6] “Este rio, único de alguna consideración en la banda izquierda del Guadalquivir, nace en las sierras de Morón, viene corriendo por entrar en las campiñas o términos de Carmona y Utrera, llega a Alcalá y la baña por el medio día (…). Esta tanto lo que se engruesa y crece en los inviernos que su corriente y entrada en los barrios de Sevilla la hace temible en sus arriadas”[sic]. Leandro José de Flores. Memorias Históricas de la Villa de Alcalá de Guadaíra. Cuaderno 2º, capítulo doce, página 69. Sevilla 1833. 
[7] Estación de Aforos nº 132. Datos de Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. 1995.

http://andalucesdealcala.blogspot.com.es/2013/05/andaluces-de-alcala-diagnostico-sobre.html

Andaluces de Alcalá, a 13 de mayo de 2013.