Ruta: Antonio Gavira Albarrán / Fotos: Antonio Gavira,
David Cristel, Félix Ventero, Antonio García y Francisco Gavira
La
ruta propuesta tiene unos once kilómetros, es de dificultad baja, circular o
lineal, dependiendo de la situación de los cultivos; y de una duración de tres
o cuatro horas, en función de las paradas y el estado de la ribera del río
Guadaíra.
Si salimos en dirección a Morón de la Frontera por la carretera A-360, justo antes de llegar a la finca de Bucaré, tomaremos a la izquierda por la A-8100, que va de Utrera a Carmona. A nuestra izquierda dejaremos el Cortijo de Torre del Abad [i] y el Cortijo de Torre Estampío. A unos 4,8 kilómetros, la carretera es cruzada por la Cañada Real de Morón. Accederemos a la vía pecuaria a la derecha para dejar allí los vehículos.
También podemos coger la autovía Sevilla-Málaga (A-92). A la altura del Km. 27 nos encontramos con un cambio de sentido, donde tendremos que dejarla para tomar a la derecha, en dirección al río Guadaíra, por lo que fue el cordel de Utrera a Carmona, hoy la carretera A-8100. Dejaremos a la derecha el Cortijo de La Alameda y, tras cruzar el río, un amplio camino aparecerá a ambos lados de la carretera. Se trata de la Cañada Real de Morón. Dejaremos el coche en el cruce con la vía pecuaria, a la izquierda.
Tomaremos
la Cañada en dirección este-sureste, dirección Morón de la Frontera. A unos
quinientos metros, a nuestra derecha, se encuentra el Cortijo de Cabrera. A
unos dos kilómetros, tras un pequeño olivar, podemos ver los restos de una
pequeña torre sobre un montículo cubierto de hinojos. Este lugar, abrazado por
el cauce seco (la mayor parte del año) del arroyo de la Montera, es conocido
como la Torre de la Membrilla.
La
Torre de la Membrilla es parte de una fortificación de finales del siglo XIII y
principios del XIV, aunque en el lugar se han datado restos de época
romana [ii].
Esta fortificación pertenece a la denominada “banda morisca” que defendía los
reinos cristianos de las razias musulmanas del Reino de Granada, y está en
relación con otras fortificaciones de la zona, como la Torre del Cincho, la
Torre del Bado, el castillo de Cote, la Torre del Águila, etcétera. Los Reyes
Católicos mandaron destruir la fortaleza a finales del siglo XV, quedando en
pie la torre. Ya a principios del siglo XIX, en 1821, se mandó destruir definitivamente,
quedando su aspecto tal como la conocemos hoy día [iii].
Desde
aquí nos reincorporaremos a la vía pecuaria Cañada Real de Morón, uno de los
pocos ejemplos de vías pecuarias bien conservadas de toda la cuenca del río
Guadaíra, que en este tramo delimita los términos municipales de Carmona,
Arahal y Alcalá de Guadaíra. En este punto parece más un camino que otra cosa,
pero, tras atravesar el arroyo de la Montera y entrar en las tierras de Cabeza
Sordo, empieza a mostrar toda su riqueza. Al principio recorreremos un enorme
palmar. El palmito (chamaerops humilis) es la única palmera europea.
Poco más adelante, y a pesar de los continuos incendios y agresivas
roturaciones, podemos ver la cañada en todo su esplendor. Penetramos en una
zona de monte noble donde aún sobrevive una gran variedad de arbustos de clima
mediterráneo: coscojas, lentiscos, acebuches, torviscos, retamas, jaras,
majuelos, rosales, encinas, etcétera.
Junto
a la vía pecuaria se irán sucediendo terrenos de labor a la derecha y olivares
a la izquierda. Así llegaremos hasta un vallado que nos indica la existencia de
un cerrado de reses bravas, justo al terminar los olivares. El cortijo de
Cabeza del Sordo nos queda a pocos metros [iv].
En este punto tomaremos un camino entre olivos, se trata de la vereda de
Mejillán [v],
que nos conducirá en dirección al río Guadaíra, dejando a la derecha el cerrado
de toros.
Cerrado de toros bravos desde el miliario romano.
Es
de interés, que una vez que dejemos la Cañada Real de Morón, a unos doscientos
metros, junto al vallado que delimita el olivar del cerrado de toros, pararse
para ver un miliario que aún se yergue centinela de lo que posiblemente fue una
de las vías de comunicación más transitadas en época romana.
Continuando
entre olivos llegaremos al tramo medio del río Guadaíra, que en este lugar
se encuentra en un excepcional estado de conservación, presentando
retazos de bosque en galería, donde destacan, sobre todo, los olmos, álamos,
fresnos, sauces, tarajes, que están acompañados de un estrato arbustivo de
adelfas, zarzas, espinos majoletos, rosal silvestre (rosa mosqueta y rosa
canina), mirto, zarzaparrillas…
Bosque de galería en el tramo medio del río Guadaíra
en agosto.
Tomaremos
la margen izquierda para ir acompañándolo en su marcha hacia el Guadalquivir.
Podemos ver las distintas especies arbóreas que en algunos casos forman olmedas
y fresnedas, siendo más escasas otras formaciones.
Cruzaremos
primero un olivar y a continuación, tras salvar una gran cárcava, unos terrenos
cultivados de trigo o girasol, para, a continuación, internarnos en otro
olivar, todo lo cual formaba el denominado olivar de Benamalillo [vi].
En este tramo encontraremos varios caminos que vadean el río en dirección al
cortijo del Cerradillo. Es interesante bajar por ellos para comprender el
significado de bosque de galería, para comprobar, desde el propio cauce del
río, cómo la vegetación se distribuye en bandas paralelas cubriendo, en no
pocas ocasiones, con su sombra sus aguas.
Paisaje en agosto, a doscientos metros de la pasada de
la vereda de Mejillán.
Abandonamos
el olivar y seguimos nuestro recorrido para divisar de nuevo, a lo lejos, los
restos de la Torre de la Membrilla. Subimos un momento a ella para disfrutar
del entorno. Miremos hacia la Cañada, que se aleja en dirección a Cabeza del
Sordo, y, más allá, la vista se pierde en la vega del Guadaíra hasta divisar la
sierra de Esparteros. Desde aquí volveremos a la Cañada Real de Morón y a
nuestro punto de partida.
La
época del año más adecuada para realizar esta ruta es el inicio de la
primavera, finales de marzo y principios de abril, para ello existen varias
razones:
–
Es la estación en la que los árboles de ribera comienzan a cubrirse nuevamente
de hojas de distintas tonalidades, en la vía pecuaria florecen innumerables
herbáceas, que acompañan a todo un compendio de arbustos en flor, el verde de
los cereales inunda los campos de labor… Todo lo cual nos ofrece un magnífico
espectáculo de color.
–
Por otro lado, más avanzada la primavera, los trigales y los girasoles nos
impedirán el paso o lo harán más incómodo, a lo cual se puede unir las
temperaturas que ya en estas épocas del año pueden complicarnos una bonita jornada
de senderismo.
Cauce del río Guadaíra. Tramo medio en el mes de agosto.
Mapa de la ruta: Francisco Gavira.
[i] Junto al cortijo destaca el Eucalipto de Torre del Abad, catalogado como
uno de los árboles singulares de Andalucía.
[ii] Algunas fuentes nos hablan de enterramientos de
época musulmana y hallazgos de cerámica campaniforme, que relacionan con la
“motilla”, el lugar donde se levanta la torre y alguna otra elevación próxima.
[iii] El Padre Flores nos dice en sus Memorias,
entre otros datos de interés, que “la Membrilla, cuyo donadío cerrado tuvo
iglesia, aunque no se descubren rastros de su fábrica, en los años 1477 ú 87 se
mandó desmantelar el castillo por mandado de los Reyes católicos y en 1821 se
derribó la torre que había quedado por el jefe político de Sevilla á petición
de los alcaldes de Arahal”. Y que “su sitio y nombre nos recuerdan a Alonso
González de Medina, que fundando mayorazgo en 1445 era Sr. del lugar de la
Membrilla con su castillo y otros vasallos; y en 1410 lo era su padre Ruy
González de Medina, despensero mayor del Rey D. Enrique…”. También que sufrió
los azotes de la peste de 1348 y 1350, despoblándola. También que “en el rural
de la Membrilla, dice el citado plan de curatos, hay dos medias prestameras que
se unen á la fábrica de S. Sebastián, y á la de Santiago el beneficio del mismo
rural”. Lo que ha llevado a pensar que, en algún momento, perteneció al término
municipal de Alcalá. No obstante, Manuel Fernando, en su blog “La Casa de la
Tercia. Sobre castillos y cuestiones relacionales”, dice que “en el Libro del
Repartimiento de Carmona figura como San Andrés de la Membrilla, un lugar que
ya estaba despoblado desde la segunda mitad del siglo XIV, cuando era propiedad
de los Fernández Marmolejo, señores de la Membrilla y Alcalá Tejada”. Esteban
Mira Caballos, en La segregación de La Campana de la jurisdicción de
Carmona (1558), dice que en 1371 Carmona pierde la jurisdicción de
varios lugares, entre ellos la Torre de la Membrilla, este a favor de Alonso
Fernández de Marmolejo, citando como fuente a González Jiménez: De la
Edad Media a la Edad Moderna, Op. Cit., pág. 544, y Campillo de los Santos,
José Ángel: “Señoríos en el término de Carmona: El Viso del Alcor”, Actas
del III Congreso de Historia de Carmona, 2003, págs. 155-159.
[iv] Cortijos, haciendas y lagares de la provincia
de Sevilla. Junta de Andalucía. Consejería de Vivienda y Ordenación del
Territorio, págs. 738 y 739. Nos dice que el Cortijo de Cabeza del Sordo “se
encuentra en el extremo este del término municipal de Alcalá de Guadaíra y muy
próximo a los de Carmona y Arahal. Merece la pena ser destacado, además, por la
riqueza paisajística de la finca, que está regada por el arroyo de Montera. Su
amplio y complejo caserío responde a las pautas de los cortijos ganaderos,
siendo en este caso su estructura abierta. Se conserva en perfecto estado, pero
acusa diversos añadidos y transformaciones, fundamentalmente para su conversión
en residencia, aunque no ha perdido del todo sus funciones originarias. En
cuanto a la historia de la explotación, sabemos que sus orígenes se remontan al
siglo XVI. En 1741 era propiedad del marqués de Paradas y en el siglo XIX lo
fue del conde del Águila. Por último, sabemos que en 1905 su dueño era don
Ignacio Oliva y Huerta. El núcleo original del caserío es en la actualidad el
gran señorío de la finca, que se articula entorno a un patio y que se encuentra
perfectamente ajardinado. Junto a él todavía se conservan los antiguos
graneros, el guadarnés y las cuadras, estas últimas aún en servicio. A unos
pocos cientos de metros del caserío, ya en término municipal de Arahal, se
encuentra uno de los elementos más interesantes del conjunto, la plaza de tientas,
que cuenta con tribunas, corrales, cercados y mangas, lo que pone en evidencia
el carácter de dehesa de ganadería brava con la que contó esta explotación”.
[v] También nombrada Cordel del Rio Tinto en el Mapa
de Vías Pecuarias de Andalucía.
[vi] El Padre Flores dice que “las tierras y cortijos
junto a la Membrilla se llaman Benamalillo”
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