Los más de treinta y cinco kilómetros de
alcor, entendiendo éste en sentido amplio
y no sólo la caída desde las cornisas hasta la vega, que van desde el
cortijo de La Motilla, El Mogotillo, las Lomas del Gallaso y Ranilla en Carmona
hasta Mateos Pablo, Gallegos, Rosalejos y Marchamorón en Alcalá de Guadaíra,
han sido sometidos a un rápido proceso de deterioro como consecuencia,
fundamentalmente, de la presión urbanística y especulativa de los últimos años.
A ello se han unido la extracción de áridos y otros materiales, la expoliación
del patrimonio arqueológico, la proliferación de escombreras y basureros, la
sobreexplotación del acuífero, el arado en profundidad, la quema de las zonas
forestales y los palmares, el abandono de lo público… Ante todo este
estropicio, las Administraciones con competencias, Ayuntamiento y Junta de
Andalucía, no han sabido o querido preservar nuestro patrimonio histórico y
medioambiental, actuando como si todo fuera nada más que presente sin pasado y
sin futuro.ARQUITECTURA Y PATRIMONIO
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