Puente de hierro sobre el Guadairilla / Fotos:
Francisco Gavira
La
ruta de hoy es circular, tiene 5,5 km y no presenta ninguna dificultad, salvo que no es posible realizarla en época de
lluvias. Es la zona del término municipal de Alcalá más alejada de su núcleo
urbano, colindante con el de Los Molares.
Desde
el caserío de Los Garrotales o San Francisco, por la cañada de
Piedra Hincada, nos dirigiremos al lugar donde estuvo el molino de
Tarifilla para intentar identificar alguno de sus restos.
Continuaremos por la margen izquierda del arroyo del Guadairilla,
en dirección Alcalá, hasta llegar a un puente de hierro, que lo
cruza, perteneciente a la línea del ferrocarril Utrera-Morón de la Frontera.
Desde allí, regresaremos al punto de partida, alternando el arroyo con la
antigua vía del tren.
Desde
Alcalá cogeremos la carretera A-360, Morón de la Frontera. Cuando lleguemos a
la vía pecuaria Cañada de Piedra Hincada, la tomaremos a la derecha
para dejar estacionado el coche junto a unas chumberas. Frente a nosotros
tenemos el caserío de Los Garrotales o San Francisco, una construcción que ya
aparece en un mapa del Instituto Geográfico, de 7 de febrero de 1873. Continuaremos por la cañada, dejando a la izquierda el
cortijo y unos corrales donde es habitual la presencia de caballos. A nuestra
derecha, tierra calma. A trescientos cincuenta metros del punto de partida,
cruza la antigua vía del ferrocarril Utrera-Morón de La Frontera que,
inaugurada el 12 de septiembre de 1864,1 dejó de prestar servicios para
pasajeros en los años setenta y en los noventa para mercancías. En este punto
se ha formado un auténtico túnel vegetal compuesto por eucaliptos (Eucalyptus),
ailantos, que conocemos popularmente como “pestosos” (Ailanthus altissima),
y una falsa pimienta (Schinus molle). Allí, a nuestra izquierda aún
podemos ver la arruinada garita del guardabarrera.
Nosotros
continuaremos de frente, unos cien metros más, hasta el arroyo del
Guadairilla. A nuestra izquierda, olivos que, según un amigo, son de
variedades italianas y griegas. El arroyo lo tomaremos corriente arriba,
dejando los olivos a nuestra izquierda y un importante carrizal a nuestra
derecha (Phragmites australis), que lo seguiremos durante doscientos
metros, punto donde finaliza el término municipal de Alcalá y empieza el de Los
Molares. Allí le entra al Guadairilla un pequeño arroyo o gavia, también
cubierta de carrizos. Es la zona donde tenemos el reto de localizar los restos
del molino de Tarifilla, que, según dicen, fue destruido en los años
sesenta. Seguidamente, regresaremos a la vía
pecuaria, hayamos identificados o no los restos del molino. Una vez que
crucemos la “pasá” sobre el Guadairilla, cogeremos su vertiente izquierda en dirección
Alcalá. Esta zona es conocida como La Marquesa.
No
obstante, si continuásemos unos metros por la cañada, podríamos ver unos restos
cerámicos pertenecientes al yacimiento arqueológico catalogado
en el PGOU como Arql. 009, que pudo ser una villa romana. Hay otros en la zona.
Luego, desandaremos lo andado, hasta situarnos junto al arroyo, para continuar
con el recorrido propuesto.
En
los primeros 750 metros, hasta llegar a la desembocadura del arroyo
seco de San Julián, que más bien tiene pinta de gavia, predominan los
eucaliptos, algún taraje y abundancia de carrizos. A nuestra izquierda, tierra
calma.
Eucaliptos junto al arroyo del Guadairilla.
Una
vez que hayamos vadeado el arroyo de San Julián, junto a los eucaliptos
comienzan a aparecer también olmos (Ulmus minor), álamos blancos (Populus
alba), tarajes (Tamarix africana), alguna higuera (Ficus carica)…
La fauna tiene aquí un importante refugio que le es imprescindible para poder
subsistir en un ámbito fuertemente antropizado.
Continuaremos
nuestra marcha junto al arroyo de Guadairilla, hasta llegar a un puente
de hierro que lo cruza. Es un buen momento para hacer una parada y
sacar unas fotos del puente y los alrededores. Estamos, nuevamente, en la vía
del ferrocarril Utrera–Morón de la Frontera, para la que se reivindica
su conversión en vía verde.2
Desde
aquí, continuaremos unos metros hasta que podamos subirnos a la vía del
ferrocarril para ver el armazón del puente desde arriba. Esta zona del trazado
se encuentra salpicada de almendros (Prunus dulcis) y pitas (Agave
americana).
Segundo tramo del Guadairilla.
Seguidamente,
retrocederemos por la vía hasta poder situarnos en el lado opuesto al que
traíamos. Cruzaremos por el cauce seco del arroyo (nosotros lo hicimos a
primeros de octubre), para continuar en paralelo a la vía férrea unos
cuatrocientos metros hasta poder cruzarla, nuevamente, y continuar de regreso
junto al cauce del Guadairilla.3 En esta zona, la vegetación muestra
un componente más acorde con la de ribera autóctona. Esta parte del recorrido
fueron huertas hasta los años sesenta del siglo pasado. Una casetilla donde
se alojaba la bomba o motor de un pozo dan fe de ello.
Cuando
empiecen a predominar, nuevamente, los eucaliptos, regresaremos a
la vía del ferrocarril para seguirla hasta llegar a la cañada donde hemos
dejado el coche.
[1]Antonio Cuevas.
https://antonicuevas.blogspot.com/2018/04/el-tren-de-moron-una-mirada.html. Los
trabajos se inauguraron el 21 de octubre de 1860.
[2] https://www.acufer.es/conferencia-via-verde-utrera-arahal-moron/
[3] Existe una “pasá” unos doscientos cincuenta metros antes de llegar al
puente de hierro, muy oculta por la vegetación.
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